La señal más fuerte vino de Antonio Caló, el titular de la CGT oficial que, apenas horas después de los cambios, confirmó una huelga de 36 horas para el miércoles. Ven "insuficiente" la medida y cuestionan que no se haya tocado el piso del tributo. Los bancarios y otros dos sindicatos también paran.
El alivio en Ganancias no convenció al sindicalismo. Lejos de moderar sus reclamos, como en otros años, esta vez la dirigencia gremial interpretó como "insuficiente" el anuncio de una reducción en los descuentos para la categoría más baja y al menos cuatro sindicatos ratificaron el lanzamiento de medidas de fuerza para esta semana, con pedidos de entre el 30 y el 42%.
"Nos ponen en una discusión de pobres contra pobres y no vemos que mejore la situación con $500, cuando uno paga $2.000", dijo a este medio, el representante de la comisión interna del Banco Nación, Carlos Fabregat, tras anoticiarse del cambio en materia fiscal.
La señal más fuerte igualmente vino de Antonio Caló, el titular de la CGT aliada al Gobierno y líder de la Unión Obrera Metalúrgica que, apenas horas después de los cambios en el gravamen difundidos por Economía, confirmó ante la mesa chica de esa central que "el miércoles desde las 12 comienza el paro de 36 horas" de su gremio para exigir un 32% de suba salarial.
"Mientras Kicillof estaba en TV, nosotros discutíamos la paritaria y no acordamos nada, por eso se decidió anunciar el paro", dijo a iProfesional el vocero de la UOM, Abel Furlán, aunque reconoció que en caso de que el Ministerio de Trabajo dictara la conciliación obligatoria "se replantearía la decisión".
La medida de fuerza, que será sin asistencia a los puestos de trabajo e incluirá una movilización el jueves a la principal cámara metalúrgica ADIMRA, será la primera huelga que realiza el gremio en dos años, ya que según afirmó Furlán "ahora estamos muy lejos y pedimos un salario básico de $8.500".
Así, uno de los principales apoyos del oficialismo en el plano sindical metió presión al Ejecutivo, justo cuando en su gremio crecía el malestar y sus pares de la central obrera, como el mercantil Armando Cavalieri, le reclamaban un "paro" para enviar un mensaje a la Casa Rosada, a la que acusan de frenar las negociaciones y presionar a los sindicatos con el fin de que acaten un techo del 25%.
La misma actitud de rebeldía adoptaron los empleados bancarios, al ratificar este lunes las medidas de fuerza programadas para el miércoles y jueves durante las dos últimas horas de dichas jornadas, y la federación de trabajadores aceiteros, que ayer por la noche iniciaron una huelga por tiempo indeterminado. Su objetivo es lograr una suba del 33 y el 42 por ciento, respectivamente.
En tanto, los trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) lanzaron un paro de 96 horas, en reclamo de un aumento salarial "de no menos del 40 por ciento". "Llevaremos adelante un paro nacional los días 4, 5, 6 y 7 de mayo del corriente, en defensa de los derechos de los trabajadores del organismo", informaron en un comunicado.
Para aplacar los ánimos, Kicillof explicó este lunes que la modificación en Ganancias implica una rebaja de entre 18 y 69 por ciento respecto de lo que tributan los trabajadores que ganan en bruto entre $15.000 y $25.000 mensuales. La medida se hará efectiva para los sueldos a partir de mayo y no modifica el mínimo no imponible, como pedían los gremios.
El funcionario aseguró que lo anunciado representa una "mejora" de hasta 6 puntos porcentuales en los salarios (entre 580 y 880 pesos) y negó que se haya puesto un "techo" del 25%, si bien comentó que tomando la medición privada de precios menos favorable al Gobierno, el indicador " da un dos por ciento, lo que representaría un 24 por ciento" de actualización anual.
Justamente varios gremios, como es el caso de los bancarios, reclamaban junto con su pedido de aumento 5 puntos extra en compensación por Ganancias a las empresas, hasta tanto el Gobierno no efectuara un cambio en materia impositiva.
En este sentido, una de las principales críticas al Ejecutivo es que se rehúsa a modificar el piso del tributo desde agosto del 2013, cuando lo fijó en $15.000 brutos. "El Gobierno tiene que actualizar periódicamente Ganancias", dijo el lunes el titular de La Bancaria, Sergio Pallazo.
Por otra parte, los gremios desconfían del impacto que pueda tener una medida que, en principio, les sabe a poco. El secretario de prensa de La Fraternidad, Horacio Caminos, señaló que "el anuncio de Kicillof no es muy simpático" y desestimó que la decisión del Gobierno fuera suficiente.
"Obviamente no es lo que esperamos", dijo Caminos y agregó que su sector reclama "un piso de $30.000".
La Fraternidad fue uno de los principales sectores que impulsó el 31 de marzo el paro del transporte contra Ganancias y que ahora deberá definir, junto con los sindicalistas del sector, si retoman la protesta este mes.
Rebelión sindical
Así las cosas, el anuncio en Ganancias terminó por evidenciar la falta de efectividad que empiezan a tener las medidas tomadas por el Gobierno para contener los reclamos y el aislamiento creciente que enfrenta en el ámbito sindical ante el respaldo cada vez más reducido de los gremios aliados.
La prueba está en el antecedente por el cual el Ejecutivo logró congelar el paro que habían anunciado los sindicatos del transporte, al eximir el medio aguinaldo de diciembre del pago del tributo. Ahora, las autoridades no pudieron impedir que los gremios anunciaran medidas de fuerza.
Tal vez ello se deba a que la decisión oficial quedó a medio camino respecto de las expectativas de los gremios aliados que esperaban, al menos, una actualización del mínimo no imponible. La semana pasada, el titular de UOCRA, Gerardo Martínez, había adelantado que la Casa Rosada elevaría ese piso a $22.000, algo que finalmente no sucedió.
Aunque reconoció que "no es la solución de fondo", el líder gremial fue de los pocos que lo consideró como "un paliativo importante". El también secretario de Relaciones Internacionales de la CGT oficial destacó que "el Gobierno muestra la sensibilidad y se pronuncia a favor a través de una ley", al tiempo que se mostró proclive a "una reforma fiscal y tributaria".
El apoyo solitario de Martínez quedó así opacado por la postura más crítica del resto de la mesa chica de la central obrera cercana a la Rosada, que ratificó el lunes "discusiones libres y sin ningún techo", luego de la reunión que mantuvieron Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Héctor Daer (Sanidad), Cavalieri y el propio titular de UOCRA.
Por ello, aunque Caló también intentó mostrarse neutral y despejar dudas de que su paro fuera interpretado como una protesta contra el Gobierno, lo cierto es que hasta los propios líderes sindicales oficialistas cada vez más se animan a apuntar contra los funcionarios a la hora de buscar responsables sobre el estancamiento de las paritarias.
Desde el sindicato de Comercio criticaron al Ejecutivo porque "no homologa a nadie que pida 30%", luego de que la entidad pactara un aumento de esas características la semana pasada y se lo vetaran en el Ministerio de Trabajo.
"Esperamos que las autoridades levanten el teléfono, porque si no se viene un paro", amenazaron.
En los últimos días Cavalieri subió el tono de sus declaraciones y advirtió que "puede haber un conflicto". El dirigente mercantil, conocido por su rol más conciliador dentro del mundo sindical, llamó a los gremios a juntarse y se burló del ministro de Economía. "Kicillof me hace acordar a Cavallo cuando decía que el salario era inflacionario. Es Cavillof", dijo.
La situación en la que se encuentran las paritarias terminó de recalentarse el lunes, cuando Juan Carlos Sacco, uno de los vicepresidentes de la Unión Industrial Argentina (UIA), propuso que el Gobierno impusiera los incrementos salariales por decreto.
"Lo problemático es que no hay un solo convenio colectivo de trabajo, sino más de 800. La única solución es que por un año el Gobierno dé por decreto un aumento salarial, como sucedió en otras épocas. Para mí, eso no estaría mal", dijo el empresario del sector gráfico.
Más temprano, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, pidió que se acordara "un número razonable" en los incrementos, ya que "no se puede ir de madre" la situación.
El funcionario hizo estos comentarios en una jornada en la que el gremio de Camioneros, otro de los peso pesados, advirtió que su "piso" de aumento salarial es del 33%.
