La semana pasada la aerolínea KLM cumplió 96 años y, como ya es tradición presentó una nueva casa miniatura hecha en cerámica de Delft. Para este año, la casa elegida fue la del marino holandés Hendrick Hamel, ubicada en Gorinchem. El edificio fue reconstruido en el lugar donde nació este héroe naval y allí funciona un museo donde convergen las culturas holandesa y coreana. Vale destacar que estas casas de porcelana –devenidas en piezas de colección en todo el mundo– se ofrecen como regalo a los pasajeros de la World Business Class de KLM en los viajes intercontinentales.
Lo interesante es que cada una de las casitas es réplica de construcciones famosas de los Países Bajos (Holanda).
Coincidiendo con el aniversario de la compañía aérea, también estuvo en la Argentina Thijs Visserel, a cargo del departamento de Alimentos y Bebidas de KLM, quien ofreció un interesante panorama sobre qué se tiene en cuenta a la hora de diseñar el menú de a bordo, en todas las clases del avión. La diferencia de sabores en tierra y en el aire, los productos de estación y el cuidado del medioambiente fueron ejes de su presentación.
Hubo tiempo, también, para hablar de los vinos, ya que recientemente KLM hizo una cata de altura, a 10.000 metros: la enóloga Thérèse Boer, los pasajeros de Business y periodistas invitados degustaron seis vinos. Los más votados ya forman parte de la carta de vinos de KLM.
