La Cámpora no fue al Luna Park el domingo. No estuvieron sus dirigentes acompañando a Daniel Scioli ni sus militantes con las banderas en las tribunas. Algunas de sus figuras prefirieron acercarse al Hotel Intercontinental para acompañar a Aníbal Fernández.
Ayer, se llamaron a silencio y deliberación interna. Sus máximos dirigentes esperan las directivas de la Presidenta y de Máximo Kirchner para saber cómo continuar de cara al balotaje del 22 de noviembre.
En muchas dependencias del Estado, donde La Cámpora ganó posiciones en los últimos años, como el ANSeS, Aerolíneas Argentinas, la Cancillería y el Ministerio de Justicia, comenzaron las conversaciones preocupadas entre los jóvenes K ante la posibilidad de tener que buscar un nuevo empleo ante un posible cambio de poder en diciembre.
En una mirada individualista que generaba recelos en el resto del oficialismo, algunos camporistas celebraron en las redes sociales el incremento de bancas legislativas para sus dirigentes: habrá 27 diputados camporistas (Máximo Kirchner, Axel Kicillof, “Wado” de Pedro, Andrés Larroque y Mayra Mendoza, entre otros) y una senadora: la mendocina Anabel Fernández Sagasti.
El domingo, en Santa Cruz, Máximo Kirchner celebró la victoria de su tía Alicia para la gobernación, pero se desentendió del resultado nacional.
