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16/09/2015 - Ambito Financiero - Nota - Sup. ámbito BIZ - Pag. 6

Negocios con drones, todavía un desafío

Suele decirse que los drones abrirán un mundo de oportunidades en los negocios y que tendrán en el mediano plazo una gran incidencia en el PBI de los países. Pero la realidad muestra que estos pequeños aviones no tripulados están aún lejos de revolucionar el sector comercial y es apresurado predecir su impacto económico.

Por: Leandro Ferreyra

La incorporación de estos equipos en toda aplicación posible del ámbito comercial no es más que un intento por vender u ofrecer moda y/o modernidad tecnológica, dispara Iván Insausti, fundador de la empresa Hexacópteros. Hasta que la tecnología de los drones no avance en aspectos clave como la autonomía de las baterías, entre otros tantos, los usos más aplicables y viables se seguirán dando en el medio audiovisual; en arquitectura e ingeniería para el relevamiento de obras y construcciones; en el mercado inmobiliario para la exhibición de propiedades y en la actividad agropecuaria para servicios de relevamiento de sembradíos. Todo esto, siempre y cuando no se requieran tiempos de vuelo muy prolongados.

MITOS QUE SE CAEN

Entre los negocios que más suenan surge la entrega de delivery con multicópteros (lo anunció Amazon pero está aún en suspenso), que hoy en día no es viable con un equipo que tiene como máximo 20 minutos de autonomía. Si contemplamos los tiempos necesarios en la maniobra de entrega, a una velocidad promedio de 40 km/h, nos da un radio de cobertura de 4,5 km, con la posibilidad de hacer una sola entrega por vuelo, y con el agravante de que la autonomía se ve afectada por la velocidad del viento y el peso de la carga a entregar, sin contar que no podrían operar en días lluviosos, por ejemplo. Y todo esto pensando en un ámbito ideal, con circulación en lugares espaciosos donde las casas de todos los clientes cuenten con un fondo amplio sin cables, árboles ni mascotas, o niños jugando, para que el dron aterrice seguro y sin problemas. Por lo tanto, cualquier ciudad con cables y edificios por doquier estaría completamente descartada. Tampoco podría ser aplicable en zonas rurales, porque la densidad de la población hace que el radio de entrega pautado por la autonomía sea inviable. La realidad es que sigue siendo mucho más económica y efectiva la utilización de motos para este fin, pero suena menos moderno y tecnológico, ironiza Insausti.

En la misma sintonía, otro ejemplo de uso limitado se da en el ámbito de la seguridad. Un dron se puede usar perfectamente como 'ojo aéreo' en tiempo real, pero no es efectivo para patrullar y prevenir al tener tan poco tiempo de vuelo disponible, sentencia el experto.

AFUERA, TAMPOCO

Los entendidos en el tema coinciden en que los resultados podrán notarse con el transcurso del tiempo. En el largo plazo, las mejoras en la reducción de costos, seguridad y efectividad en las misiones que ofrecen los drones contra los métodos convencionales en muchas industrias serán difíciles de ignorar. Un ejemplo: el monitoreo de las líneas de transmisión eléctrica. Los drones pueden operarse con una fracción del costo de los vuelos tripulados, como helicópteros, y pueden obtener imágenes de igual o mejor resolución. Otro beneficio es que no ponen en peligro la vida de un piloto. Las compañías que adopten esta tecnología tendrán ventajas competitivas sobre sus rivales, y en este sentido, creo que se volverán esenciales, opina desde Estados Unidos Dave Bowen, analista senior de Measure, una empresa proveedora de servicios de drones a sectores vinculados con la agricultura, la energía, seguros e infraestructura.

Al igual que en la Argentina y en el resto del mundo, en EE.UU. la cuestión reglamentaria y legal es un tema en permanente debate. Actualmente, la Administración Federal de Aviación (FAA) no permite el uso de drones para operaciones comerciales a menos que el operador reciba lo que se llama una Exención Sección 333. La FAA ya emitió unas 500 exenciones, pero diversas restricciones frenaron un mercado muy fructífero. La FAA tampoco permite aún vuelos que superen la línea de la vista, ni vuelos sobre personas que no estén directamente involucradas en la operación del drone. Esto frena aplicaciones de la tecnología del drone a larga escala e industriales, como el monitoreo de oleoductos de petróleo o gas, cuenta Bowen en un mano a mano con Ámbito Biz. Para el norteamericano, sólo se podrían imaginar nuevos nichos de negocios con el uso de drones si se resuelven algunas cuestiones que no sólo tienen que ver con el marco regulatorio sino que hacen falta mejoras tecnológicas, como una mayor autonomía de vuelo. Es una lástima que no se solucionen algunas cuestiones pues, personalmente, descubro aplicaciones nuevas y creativas para drones casi todos los días, agrega Bowen.

NICHOS QUE FUNCIONAN

Bruno Kraska, representante de la empresa DJI en la Argentina, cuenta que industrias como construcción, minería o agricultura, entre otras, ya están experimentando el uso de drones. Lo utilizan para realizar actividades de supervisión, las cuales antes sólo se podían hacer con un helicóptero. De esta manera se optimizan tiempo y costos.

Kraska dice que con el avance de softs independientes el crecimiento va a ser mayor. Hoy hay un soft que cuenta el ganado, un soft para monitoreo y mareo en 4D que empezaron a usar en agrimensura, y otros accesorios como cámaras que miden el agua y la salinidad del campo, como también monitoreos de cosecha, explica Kraska, principal proveedor de drones con operador a productoras y programas de TV del medio local.

El reglamento

La Organización de la Aviación Civil Internacional, a la cual está adherida la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de la República Argentina, no tiene todavía un reglamento internacional, aunque anunció que están trabajando en ello y podría entrar en vigencia recién en 2018. Mientras, se sugirió a las organizaciones de los distintos países que vayan elaborando legislaciones provisorias.

En ese contexto, la ANAC trabajó en una ley que fue aprobada y publicada en el Boletín Oficial el 15 de julio pasado, pero recién empezará a ser efectiva en noviembre. En resumen, la ley divide a los drones en pequeños (menos de diez kilos), medianos (de diez a 120 kilos) y grandes (más de 120 kilos). A su vez, también los segmenta por usos: recreativo y comercial. Para estos últimos, la reglamentación establece una serie de disposiciones, entre las que figura la obligatoriedad para los propietarios u operadores de contratar un seguro de responsabilidad por los daños a terceros que pudiera ocasionar la operación. Los drones deberán estar inscriptos en un registro especial, que será organizado y administrado por el Registro Nacional de Aeronaves y a su vez deberán llevar una placa de identificación inalterable fijada a su estructura.

Entre otras prohibiciones terminantes están las de tripular más de un dron con el mismo control remoto y la de volar drones totalmente autónomos, es decir, hacer funcionar vehículos en los que no hay intervención humana. Además, se aclaran las alturas máximas y mínimas, así como los espacios que deben mantenerse libres de drones. Por último, los propietarios deberán elaborar un manual de operaciones y un sistema de gestión de riesgos adecuado para operar.

Estos equipos, regulados y bien utilizados pueden ser muy seguros y eficientes; en cambio, en las manos equivocadas pueden resultar peligrosos. Con la regulación que se viene, previo a cada trabajo será necesario registrarlo ante la ANAC, que expedirá un permiso, habilitando el vuelo en la fecha, localización y rango horario solicitados, o no, imposibilitando la actividad, dice Insausti.

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