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06/08/2016 - urgente24.com - Nota

Un aterrizaje de emergencia dejó varios heridos

Faltan US$ 200 millones por año y nadie se pregunta dónde van. Una posibilidad para comenzar a reordenar: la Empresa Argentina de Navegación Aérea Sociedad del Estado (EANA) asumió la gestión y operación del sistema de controladores aéreos de todo el país, según informó el Ministerio de Transporte. Mediante la publicación en el Boletín Oficial, se oficializó el traspaso de las funciones que estaban en manos de la Fuerza Aérea. El presidente de la nueva empresa es Agustín Rodríguez y Alberto Guevara fue designado como vicepresidente. El servicio público de navegación aérea comprende: Gestión del Tránsito Aéreo (ATM), Servicios de Tránsito Aéreo (ATS), Servicios de Información Aeronáutica (AIS), y el Servicio de Comunicaciones Aeronáuticas (COM). ¿Podrá concederle más eficiencia al sistema? En 2009 el sistema de controladores aéreos fue traspasado a la ANAC y luego en 2011 regresó a manos de la Fuerza Aérea. En 2015 se aprobó la Ley Nº27.161 que creó EANA. Tiene mucha tarea por delante. Aquí un breve repaso a algunas de las situaciones críticas.

SITUACIÓN COMPLICADÍSIMA

por JORGE SARMIENTO

La República Argentina es un territorio muy extenso, con una orografía y climatología muy variada, zonas con nieve (Ushuaia, Rio Grande, Rio Gallego), zonas de alta montaña, (Salta, Jujuy), zonas subtropical (Resistencia, Corrientes, Formosa), con vientos (Bariloche, Comodoro Rivadavia, Esquel) y zona de sub estadas.(Aeroparque de Buenos Aires, Ezeiza, Mar del Plata). Lo único que nuestro país no sufre son fenómenos climáticos como los ciclones y huracanes.

Si adicionalmente, a los temas de la naturaleza, le agregamos la mala infraestructura aeroportuaria, el precario servicio de protección al vuelo y una administración de la aviación deficiente, llegamos a la conclusión que no es seguro volar en argentina.

Esto no por falta de recursos económicos, más de US$ 200 millones anuales, se recauda en concepto de Tasas de protección al vuelo que pagan todas las empresas que vuelan sobre cielo argentino. Es decir es un peaje que toda aeronave paga y que las empresas asumen como un costo directo de explotación.

Los US$ 200 millones no se ven reflejados en mejor servicio y seguridad, la noche del 3 y la mañana del 04/07, se registró un incidente por corte de suministro eléctrico en la torre de control del aeropuerto de Ezeiza, que paralizó y puso en alerta a todos los vuelos del centro del pais.

La falta de suministro eléctrico no fue detectada a tiempo y las baterías del back-up no fueron suficiente.

Es inaceptable que las alertas no funcionen con el avance tecnológico que tenemos en el mundo del transporte aéreo.

Y así, innumerables situaciones que demuestran la precariedad del sistema a pesar de los altos ingresos propios y el aporte del Tesoro Nacional que sostiene el sistema aéreo en la República Argentina.

Los aeropuertos no han sido modernizados en lo que se refiere seguridad: por ejemplo, durante la gestión del gobierno K se compraron 24 autobombas modernas, pero apenas están en servicio 16. Sin mucha explicación de donde están las 8 restantes.

Tampoco hay un sistema de rescate en caso de accidentes aéreo con recursos, para actuar en la búsqueda, asistencia y salvamento a las aeronaves nacionales o internacionales, que puedan haber sufrido algún se accidente en tierra o en el mar. Se cuenta con solo 10 personas y dos camionetas para todo el país. El sistema de ubicación y rescate, funciona gracia a las fuerzas de seguridad y bomberos voluntarios.

No se cumple con las normas internacionales, que son obligaciones asumidas por el Estado Nacional de acuerdo a los tratados con las demás naciones signatarias en el seno de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).

La Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) no logra hacer pie con una alta conflictividad gremial, a consecuencia de la desprolija transferencia en 2007 del personal militar a la administración pública. Las últimas semanas las autoridades de la EANA firmaron un convenio de trabajo con menos de la cuarta parte de su persona.

Los controladores aéreos, viven a diario órdenes y contra ordenes, interrumpiendo un trabajo que se necesita de mucha concentración y que se tienen que evitar distracciones.

Los radares, solo controlan el 40% del espacio aéreo de argentina y son de vigilancia. Que deberían ser complementados con radares de ayuda a la navegación, como tienen los países vecinos de Chile, Brasil y Paraguay.

Con poca visibilidad solo se puede operar en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que solo una de sus tres pistas cuenta con el instrumental necesario para que los aviones puedan aterrizar con poca visibilidad. El resto de los aeropuertos antes fenómenos como meteorológicos como una simple neblina quedan inoperables.

Solo la gran pericia de nuestros pilotos y controladores hacen seguros los vuelos en Argentina.

Hace falta que las autoridades tomen conciencia y hagan las inversiones que se requieren con urgencia para cambiar esta peligrosa realidad.

El control de la seguridad aérea está en manos funcionarios poco idóneos.

El nuevo administrador de ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) es un profesional de 9 años de experiencia en Gerencia General y Dirección de Área en empresa internacional de servicios de salud, incluyendo reestructuración, desarrollo y estabilización del negocio y 20 años de experiencia en compañías globales de consumo masivo incluyendo 7 años en posiciones de Alta Dirección. Competencias específicas en Compras y Logística en negocios de alto crecimiento, según publica la página web del organismo.

El Aeropuerto Jorge Newbery de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tiene un movimiento anual que afecta el 90 por ciento del tráfico del cabotaje argentino y desde 2008, luego de la internacionalización del aeropuerto para la región de los países limítrofe, participa en una cuarta parte del tráfico aéreo internacional que se origina en nuestro país.

El ingeniero Víctor Manuel Acuña diseñó y construyó en 1945 un Aeródromo en las actuales 138 hectáreas que ocupa el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires.

Hoy posee una pista de 2.100 por 40 metros de ancho, resiste el movimiento de 330 operaciones diarias, con aeronaves de hasta 170/220 pasajeros que impactan contra sus cabeceras sus casi 40/70 toneladas a una velocidad de 220 kilómetros por hora y despegar aeronaves con un total de 100 toneladas. Desde este aeropuerto se puede llegar a 41 ciudades argentinas y 10 destinos internacionales.

En los últimos 5 años los movimientos aéreos se multiplicaron, producto del crecimiento en el parque aéreo, la llegada de nuevos operadores y la internacionalización del aeropuerto Jorge Newbery a los países vecinos, Brasil, Bolivia, Paraguay y Chile, (antes sólo era internacional para Uruguay).

Además del crecimiento de pasajeros con la llegada de aviones de módulos de 150 o 170 asientos como los Air Bus 320 o los Boeing 737 800 NG.

En el mercado internacional de 500.687 pasajeros por año del 2008 se llegaría a los 2.424.168 según lo proyectado para el año 2016, es decir que casi se quintuplica el movimiento de pasajeros que llegan y parten.

Además del mercado de cabotaje 5.687.000 del mismo año 2008, en una proyección para el presente año legaría a los 11.075.984 de pasajeros; por lo que nos hace afirmar que el tráfico de cabotaje en Aeroparque casi se duplicará.

El predio físico no se alargó ni se extendió para ningún extremo, siguen siendo las mismas hectáreas con los 30.000 metros cuadrados de plataforma comercial que proviene desde los años 80‘.

Tampoco se mejoró la seguridad, salvo algunas medidas correctivas en la contaminación del caucho en las cabeceras que dejan las aeronaves en los aterrizajes y el mejoramiento de la señalización con pinturas en la plataforma, para que las puntas de alas no impacten contra otras aeronaves, a pesar de ellos sigue sucediendo por la alta congestión.

Además, desde su concepción en los años '50, sigue la torre de control dando espalda al movimiento de aeronaves sobre el rio, o la pantalla de radar del torrero, que es solo de vigilancia, es la imagen repetidora del radar de Ezeiza.

Es decir que, si se satura o se corta el radar de Ezeiza, afectan la aproximación de las aeronaves de aeroparque.

2 elementos inauditos, que son propios del Aeroparque Metropolitano y que en ningún aeropuerto del mundo, con el mismo movimiento de operaciones y pasajeros tiene estas deficiencias, o podemos llamarlas del folklore nacional características operativas porteñas.

Lo único que se hizo fueron obras de infraestructura para pasajero en la terminal, ahora la seguridad sigue esperando, se podría afirmar según un piloto de más de 10 mil horas de vuelo que la seguridad es la misma que cuando el aeroparque era un aeródromo.

Es hora que las autoridades del Ministerio de Transporte y de la Aviación Civil se despierten, no podemos depender solo de la capacidad de nuestros pilotos y controladores, hoy en el mundo a muchas herramientas que hacen que volar no sea peligroso.

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