Francisco o Franco, el padre del Presidente, y el empresario de mejor relación con la República Popular China, tiene un nuevo proyecto entre manos: traer a la Argentina una compañía con 1.000 aviones. Sin error de redacción ni tipeo: 1.000, un millar.
De esta forma, y mientras su hijo no delinea una política clara sobre la aerolínea de bandera argentina, el octogenario hombre de negocios -exactamente 86- apuesta a insertar una compañía que forma parte del plan chino para “conquistar el mundo” a través de grandes empresas, según lo definieron distintos medios internacionales.
HMA, tal el nombre de la empresa, es la fusión de tres grandes aerolíneas internacionales: Air China, China Southern Airlines y China Eastern Airlines. HMA forma parte de un plan del Gobierno chino de fusionar compañías públicas.
Franco Macri, actualmente de vacaciones en Cerdeña, tiene la entrada de HMA como una especie de fetiche o última conquista. Pero, como suele ocurrir en Argentina, no podrá hacerlo sin la habilitación de rutas comerciales, que depende del Estado. Es decir, de su hijo en última instancia.
Aquí radica la primera de dos grandes contradicciones del primer Macri famoso con HMA: no seguiría la política aerocomercial del gobierno de su hijo, que por ahora protege y subsidia a Aerolíneas Argentinas. La segunda es más grave y de fondo: el Macri presidente apuesta a un país integrado con Europa, Estados Unidos y la Alianza del Pacífico; en lugar del “Eje del Mal” kirchnerista protagonizado por China, Rusia o Venezuela.
“Franco no termina de asumir que tiene 86 años y que el protagonismo quedó a cargo de su hijo”, cuenta un allegado a ambos, con tanto afecto por uno como por el otro. El estado de ánimo de Franco es tal, que en un partido de Boca Juniors, cuando le hicieron saludar a un periodista, se presentó como “El Verdadero Macri”.
Por otra parte, también hay una contradicción empresarial en la apuesta de Franco a HMA. Y es que tiene vendida su empresa Mac-Air Jet a los colombianos de Avianca, quienes “sólo” esperan (con todo lo que abarca ello) la autorización del Ministerio de Transporte para operar rutas aéreas.
El fundador de la dinastía familiar sigue proyectando negocios. Aunque se contrapongan a lo que desearía su hijo el Presidente, e incluso a algunos de sus intereses.
