El Aeroclub Chaco cumple hoy 95 años de intensa vida institucional, recordando hitos históricos que confirman el valor de la institución como fue la creación de Aerochaco a partir de una propuesta que nació en el seno de la entidad. Fue el tercer club aéreo que tuvo el país, precedido sólo por el Aeroclub Argentino en cuya creación participó Jorge Newbery y el de Santiago del Estero. Hasta 1983 funcionó en el terreno ubicado en las avenidas Las Heras y Castelli, y luego fue trasladado al kilómetro 97.5 de la ruta nacional 11, donde actualmente desarrolla sus actividades, bajo la presidencia de Horacio Bohdanowicz.
Primeros pasos
El acta fundacional del aeroclub se firmó el 28 de agosto de 1921 en el municipio de Resistencia, que por entonces ocupaba un edificio ubicado en la avenida Alberdi, donde actualmente está el Club Social.
En la institución se formaron los primeros pilotos chaqueños, muchos de los cuales llegaron a desempeñarse en importantes líneas aéreas de pasajeros. Entre 1961 y 1962 llegó a contar con 12 aeronaves.
En la entidad funcionó además una escuela de paracaidismo y también se desarrollaron actividades con planeadores. La entidad participó en forma activa en la ubicación y reubicación del actual aeropuerto internacional de Resistencia.
Todo comenzó el 10 de agosto de 1921, cuando un grupo de vecinos de Resistencia hizo circular una invitación, dirigida a los más variados sectores de la comunidad, en la cual además de explicar los motivos y ventajas que la aviación cobraba en el mundo entero, ponían de manifiesto la inquietud de contar en la ciudad con una aeródromo y una escuela de vuelo, con el fin de formar pilotos locales y, además beneficiarse con la excelencia que este medio de transporte demostraba tener a lo largo del planeta. La reunión se concretó finalmente el 28 de agosto del mismo año y luego de un intercambio de ideas y opiniones se decidió crear el Aero Club Chaco. Entre los asistentes, habían autoridades militares vinculadas a la actividad.
El nacimiento de Aerochaco
Este capítulo es uno de los que más llena de orgullo a la entidad, ya que esta empresa pionera de la aviación se gestó en ella.
En octubre de 1956, las autoridades del Aero Club Chaco, resuelven formar una comisión con el objetivo de crear de una línea aérea regular comercial. La comisión estuvo integrada por Amborsio Pujal, Ulises Lorente y José Pinciroli.
La iniciativa tuvo buena acogida por parte de las autoridades locales, que en 1957 y por decreto 2391/57 creó Aerochaco Líneas Aéreas Chaqueñas, cuyo primer directorio lo integraron Juan B. Fissore, Ernesto Pinciroli, Ambrosio Pujal, Pablo Fraschina, Ulises lorente y Luis Linstrom.
La insignia que caracterizó a esta empresa era la cabeza de un indio, sobre el mapa de la provincia del Chaco, enmarcados por un arco y flecha.
La empresa comenzó sus operaciones con una aeronave DHC 2 “Beaver”, bautizada con el nombre de Toba.
La segunda que se adquirió, igual a la anterior, fue bautizada con el nombre de Mataco.
Ambas tenían una capacidad de seis pasajeros y fueron traídas desde Canadá por Atilio Pisarello, Segundo Zampa y Carlos Virgilio Liva, pilotos del Aeroclub. En 1969 la empresa se modernizó incorporando tres aeronaves bimotores de origen canadiense Twin Otter. Según la tradición ya impuesta fueron bautizadas como Mocoví, Abipón y Vilela, con capacidad para albergar a 18 pasajeros.
Fue tan notorio el crecimientos y aceptación de Aerochaco en la zona, que debió incrementar su flota, pasando así en 1978 a la incorporación de dos aeronaves de mayor porte, los Farchild 227 para 44 pasajeros, que fueron las últimas con la que la empresa operó hasta sus últimos días, cesando sus actividades en forma definitiva en 1990.
Esta línea aérea, que nació como una necesidad de la provincia, llegó con sus primeros vuelos a las ciudades de Charata, Villa Ángela, General San Martín, Clorinda, Formosa y Villa Ocampo.
Con la incorporación de las Twin Otter, la empresa expendió de manera considerable los destinos de la misma, llegando a volar a las ciudades de Santiago de Estero, Jujuy, Catamarca, Salta, Oran, Tartagal, Ceres, Córdoba, Las Lomitas, Posadas, Puerto Iguazú, Reconquista, Santa Fe, Rosario, Corrientes, Mercedes, Paso de los Libres y Monte Caseros. En esta misma época Formosa y Misiones pasaron a ser socias de la empresa.
Hacia los año 80, llegó inclusive a realizar viajes al exterior, a la ciudad de Asunción, Paraguay, así como viajes chárter al Brasil.
Después de haber operado en la zona por más de 30 años, Aerochaco dejó de volar y funcionarcomo tal en 1990.
Más de 48 pilotos que pasaron por ella y se formaron en la misma, han pasado a volar en distintas líneas aéreas del país y del mundo.
De ellos, cabe destacar al Comandante César Vega Fernández, socio que comenzó su vida aeronáutica como mecánico del club, se recibió de piloto en el mismo, voló en Aerochaco, y hoy ostenta el honor de ser el primer piloto chaqueño formado en este club que se halla habilitado a volar los aviones Boeing 747 Jumbo, de Aerolíneas Argentinas.
A varios años ya de estos acontecimientos es muy grato recordar y compartir un sinnúmero de anécdotas junto a varios de los integrantes de Aerochaco, como Miguel Basail (h.), Rene Casullo, Walter Gómez, Manuel Borre, Martín Guzmán, José León Canteros y Raúl Ricardo Medina, entre otros.
Traslado a la ruta nacional 11
Hacia los años 60 y 70, el crecimiento de la ciudad hizo que los que años antes eran las afueras de Resistencia, donde estaba emplazado el Aeroclub, fuera quedando dentro del trazado de la ciudad, de modo que operar en dicho predio se fue tornado cada vez más difícil,
El crecimiento de la ciudad fue tal de que ya la pista se encontraba entre el caserío, lo que además de ser una dificultad, también era una molestia para los vecinos.
Todavía vive en la memoria de varios chaqueños aquel aterrizaje que realizara un avión DC-3, cuyo piloto, debido a las inclemencias del clima, no pudo detener la maquina en forma adecuada, terminando su recorrido en una de las zanjas de la avenida Las Heras, a escasos metros de la puerta de unade las viviendas de la zona.
Así las cosas, a mediados de 1983, se concretó el traslado al Kilómetro 977,5 de la Ruta Nacional 11, donde se halla encuadrado actualmente el aeródromo, llegando inclusiva a llevarse uno de los hangares que se hallaban en el predio inicial.
Esta nueva ubicación, a unos 30 kilómetros de la ciudad, es un lugar más que óptimo para la práctica de la actividad aeronáutica, tanto en su perfil de enseñanza o escuela como así también para entrenamiento de los pilotos. Cuenta con todas las comodidades y la infraestructura necesarias para la práctica de manera segura y confiable.
El Aeroclub hoy
En el país llegaron a existir cerca de 200 aeroclubes, una cantidad que hoy no llegaría a los 50 clubes en actividad. Hasta principios de los 90, existió un sistema de subvenciones, administrados por una dependencia de la Fuerza Aérea. Luego, por decreto del entonces Presidente Carlos Menen, este sistema dejó de funcionar.
Fue el principio del fin de muchos aeroclubes a los largo del todo el país. Esta situación llevó a que el volar deportivamente se hiciera cada día más difícil y costoso a su vez, lo que motivó a muchas instituciones, y en especial a sus dirigentes, a agudizar el ingenio con el fin de no engrosar la lista de entidades similares que fueron desapareciendo.
Luego de pasar por innumerable vicisitudes, hoy el Aeroclub Chaco, cuenta con cuatro aeronaves en estado de vuelo, que se hallan debidamente habilitadas, incluso para realizar vuelos por instrumentos.
Funciona además en las mismas instalaciones un taller aeronáutico desde el año 2000, que se ha tornado en un gran soporte y ayuda para la actividad ya que cualquier problema que se pueda suscitar es solucionado prácticamente al instante.
Escuela de vuelo
El Aeroclub cuanta hoy con una escuela de vuelo, en la que se pueden obtener desde la licencia básica, es decir piloto privado de avión, hasta la máxima de piloto transporte de línea aérea.
Una vez obtenido la licencia, el socio queda habilitado a volar en las aeronaves del club.
El curso básico consta de 40 horas, con instrucción tanto práctica como teórica.
La actual dirigencia, con una antigüedad en la institución promedio de ocho años, junto a los demás socios que colaboran de manera activa en la institución, tiene entre sus objetivos formar la mayor cantidad de pilotos, mantener en estado óptimo de las aeronaves, mejorar las instalaciones del club, y mantener la vida social de la institución, buscando incrementar la masa societaria activa, que actualmente registra un poco más de 200 socios activos, sin contar los vitalicios, con los cuales suma aproximadamente 315 socios.
En este momento se cuenta con seis aeronaves, una adquirida el año pasado y la última en marzo de este año, con el fin de destinar la misma a la formación de pilotos, escuela y entrenamiento.
Además se adquirió un entrenador terrestre de vuelo por instrumento, con la misma finalidad.
Entre los servicios que presta el Aeroclub, además de la formación de pilotos, está la de traslados aéreos y vuelos de bautismo.
La escuela de vuelo en la actualidad cuenta con cinco instructores, German Paniagua, piloto con más de 15.000 horas de vuela de vasta experiencia, Horacio Bohdanowicz, José Olivero, Gerardo Petruk y Leandro Colcombet, que juntos tienen la tarea de la formación de pilotos. En la actualidad hay aproximadamente unos 15 alumnos.
Acta fundacional
Los vecinos que suscribieron el acta fundacional de la entidad fueron Tomás Sánchez de Bustamante, Enrique Obligado, Ángel D’Ambra, Sandalio Cáceres, Virgilio Guerrero, Almeyda Guzmán, Hernán Ferreyra, Eduardo Delovo, Francisco L. Pereno, Hans Kohon, Enrique V. Scherini, Rodolfo Bossio, Domingo Ponessa, Gerardo Varela, Severo Ferrajoli, Domingo Mayo, Pedro R. Tuotti, Leoncio Mayo, Emilio D’Uva, Francisco Carrió, Eduardo F. Varela, Demetrio López Barreto, Lino R. Torres, J. F. Pisarello, Alejo Vidal Penco, José D. Chávez, Luis D’Ambra, Justo P. Farías, Castor Flores Leyes, Gregorio López Molina, Luis J. Rossi, Rolando Casal, Elmo Herwing y Carlos Rodolfo.
El primer aeródromo
El paso siguiente a la creación de la entidad fue encontrar el lugar apto para que funcionara el aeródromo. Hacia el año 1922 se buscaba un terreno apropiado para las instalaciones, en las afueras de la ciudad. La comisión designada al efecto, se inclinó por un terreno ubicado en la avenida Las Heras, que pertenecía al municipio que cedió un predio de 600 metros por 400 de frente.
Allí se instaló el Aero Club, hasta mediados del año 1983, cuando se trasladó a sus actuales instalaciones en el Kilómetro 977.5 de la Ruta Nacional Nº11 donde funciona actualmente. En aquel primer predio es donde la institución vivió sus momentos de mayor esplendor y donde es recordado por la mayoría de los resistencianos. Pero a medida que la ciudad fue creciendo quedó prácticamente dentro de la misma, por lo que debió pensarse en su traslado a un sitio más adecuado.
La institución además llego a contar con entrenadores terrestres, similares a los utilizados por la Fuerza Aérea para el entrenamiento de sus pilotos.
La importancia y gravitación que tenía la entidad en la comunidad era notoria, llegando incluso a tener participación en todo lo relacionado con la actividad aérea en la provincia.
Recordemos que fue el mentor del nacimiento de Aerochaco, la primer línea aérea local y regional, lo cual merece un capítulo aparte, y además participó en forma activa en la ubicación y relocalización del actual Aeropuerto Internacional de la ciudad de Resistencia, que funcionaba en el mismo predio del Aero Club, es decir en la intersección de las Avenidas Las Heras y Castelli, donde hoy se halla instalado el Club Central Norte.
Fue una comisión formado por miembros de la entidad, la que trabajó para relocalizarlo donde hoy se halla ubicado.
Los miembros que trabajaron en esta tarea fueron los socios Marcelo Chamorro, Héctor Lecco, Aldo R. Pascual, con la colaboración además de José E. Pinciroli y Ambrosio J. Pujal.
