Prevén que el déficit llegue a US$ 320 millones en el año; desde 2008, consumió US$ 678 millones cada 365 días
Luego de seis meses, ya se puede comparar la gestión de Mariano Recalde con la de Isela Costantini. Foto: Archivo / Maxie Amena / LA NACION
En Aerolíneas Argentinas dicen que ya pasó el peor semestre, el tiempo en que se juntaron las cuentas impagas de la gestión anterior y las ventas de pasajes aún no volados. Luego de seis meses, ya se puede comparar una gestión de Mariano Recalde con la de Isela Costantini .
Con datos de julio, los subsidios a la empresa han estado prácticamente igualados. Ahora bien, cuando se mira la operación pura, el recorte del déficit ha sido importante. Hasta fines del mes pasado, el Tesoro le envió a Aerolíneas Argentinas 3201,5 millones de pesos, contra 3165,5 millones que requirió en el mismo período de 2015, una diferencia del 2%. Claro que si se pasa a dólares, la caída de este año frente al anterior es ostensible. "En los primeros siete meses del año, los gastos comerciales bajaron 48 millones de dólares. Este año ya requerimos del Tesoro subsidios por 247 millones de dólares y en lo que queda del año estaremos en unos 70 millones más. Es decir, vamos a estar en menos de la mitad del año pasado", dijo Pablo Miedziak, gerente financiero de Aerolíneas.
En los primeros meses del año, la nueva administración utilizó gran parte de los fondos para pagar deuda que la jefatura de La Cámpora había dejado impaga. En aquella libreta de almacenero se anotaban proveedores de repuestos y, sobre todo, empresas que financian los leasing de los aviones.
Pero cuando se mira la operación pura, las diferencias son grandes. En los primeros seis meses de 2016, la línea aérea de bandera transportó 3,908 millones de pasajeros en 15.990 vuelos, contra 3,474 millones que se repartieron en 14.990 servicios que se prestaron 12 meses antes. Es decir, se voló más y se transportaron alrededor de medio millón más de pasajeros.
Aquella mejora en los asientos vendidos ya se refleja en el factor de ocupación, que es del 75,7% en toda la red, algo así como 0,92% más que en 2015. Aerolíneas sacó a la venta 8,65 millones de lugares, 8,8% más que el año anterior. De esa cantidad, la venta directa fue de 36,8%, alrededor del 3,6% más que en 2015.
Sin embargo, no hay una gran mejora en los ingresos que dejó la suba en los números de pasajeros de Aerolíneas, no de Austral. El año pasado, al 30 de junio habían ingresado a la caja de la empresa 694,4 millones de dólares en concepto de pasajes vendidos, mientras este año ese ingreso sumó 674 millones.
Hay dos motivos que explican esto: la devaluación y la venta anticipada. Gran parte de los aviones que Aerolíneas puso en el aire en los primeros meses del año estaban vendidos y cobrados en 2015. Hubo casos de vuelos que tenían 80% de los tickets vendidos por anticipado. Asientos llenos y servidos a un dólar de 14 pesos, pero cobrados a 9,50 pesos. La peor de las combinaciones para los recién llegados.
Recalde había acumulado a julio de 2015 un rojo de 113,4 millones de dólares en su resultado final al 30 de junio del año pasado, mientras Costantini anotó para ese mismo período de este ejercicio una pérdida de 48,17 millones de dólares.
La factura de combustible bajó de 180 millones de dólares a 141 millones, pese a que consumió alrededor de un 10% más de litros. La baja del petróleo, y por consiguiente del combustible JP4 que usan los aviones, fue una gran aliada de Costantini. Hay quienes dicen que, más allá del precio del petróleo, la anterior administración no era buena compradora de combustible. Esos mismos dicen que hay pocos ingenuos en el mercado aerocomercial.
