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16/12/2016 - Clarín - Nota - Sociedad

Las empresas dicen que no pueden bajar precios y que muchas rutas dan pérdida


Afirman que la mayoría de los destinos no son rentables y que las regulaciones les impiden hacer promociones.

¿Cómo puede ser que hacer un viaje en avión tenga un precio similar o incluso inferior al de tomarse un colectivo al mismo destino, cuando el viaje es mucho más corto? Lo que al sentido común le cuesta entender tiene explicaciones. Las empresas de ómnibus niegan que la causa esté en sus ganancias. Apuntan a que deben dar el servicio todo el año y a que la actividad no está subsidiada.

"Los aviones llegan sólo a 46 destinos del país, que son los aeropuertos de las grandes ciudades. Pero los micros conectamos a 1.600 destinos intermedios sin interrupción y la mayoría de las rutas no son rentables, sino de fomento", plantean en la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi).

En ese sentido, dicen que la regulación las obliga a recorrer las rutas todos los días varias veces, aunque la demanda sea baja y sólo vendan muy pocos asientos. Con buen o mal tiempo, con los micros llenos o casi vacíos, tienen que salir igual por la función social que tiene el servicio, con los mismos costos de personal y combustible.

"A eso se suma -agregan en la Celadi- que el Gobierno fija una banda tarifaria mucho más estrecha que la que tienen las aerolíneas y te multa tanto por cobrar de más como por cobrar de menos. Así, aunque se hacen promociones, nunca pueden ser tan agresivas como las que se ofrecen para los pasajes de aviones." La consecuencia, según explican, es que los micros quedan altamente subutilizados. Datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) refieren que los ómnibus tienen 51 asientos y que en promedio sólo 24 butacas por viaje se ocupan, es decir, menos de la mitad. Frente a ese 47%, Aerolíneas Argentinas tuvo en lo que va de este año una ocupación promedio del 76,1% en sus vuelos de cabotaje.

"Para tener mejores precios se necesita una mejor adaptación de la oferta a la demanda", reclaman. Y agregan: "Hoy si la demanda de un destino cae no se pueden reducir los servicios. Pedimos más flexibilidad, ampliar la banda tarifaria y tener un marco regulatorio. También queremos que se deje de subsidiar el transporte aéreo para poder competir de igual a igual".

Ante la consulta de Clarín, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich aseguró que el Gobierno va en ese sentido y que ya redujo "a la mitad" los subsidios para Aerolíneas. "Ya hemos empezado a ampliar la banda tarifaria y estamos en conversaciones con el sector para continuar. Nosotros no tenemos problema en que desaparezcan los pisos para bajar precios", afirmó.

El funcionario agregó que están trabajando en flexibilizar las frecuencias de algunas rutas y pronosticó que los costos de las empresas también bajarán, a medida que avance el plan oficial de construcción de autopistas. Todo eso permitirá, según promete, que el servicio vuelva a ser económico y recupere pasajeros.w Martín Grosz

UNA OPCION MAS ACCESIBLE

En el verano llegan los vuelos low cost

Para los ómnibus este será el último verano sin la competencia de las aerolíneas low cost, que planean reducir los costos de los vuelos a cambio de cobrar aparte algunos servicios, como la comida o el despacho de equipaje. El 27 de diciembre se hará una audiencia donde varias empresas pedirán permiso para operar en el país. Como adelanto, una firma ya lanzó para los próximos meses vuelos ida y vuelta a Mar del Plara por $ 1,329, a Córdoba por $ 1.567 y a Salta desde $ 2,368.

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