Buenos Aires. La decisión de la empresa Sol Líneas Aéreas de cesar sus actividades, a raíz de la rescisión de un contrato de cooperación que tenía con Aerolíneas Argentinas, se transformó en pocas horas en un nuevo punto de cruce entre el Gobierno actual y exfuncionarios de la gestión kirchnerista.
El expresidente de la línea aérea estatal, Mariano Recalde, defendió el convenio. "Era un excelente negocio para Aerolíneas Argentinas, Sol y todo el país. Sol no vivía de la teta del Estado", sostuvo.
En tal sentido, consideró que "las únicas que se benefician (con la quiebra de Sol) son las líneas privadas que vuelan en el país, por ejemplo, Lan.
Recalde aseguró que la nueva gestión "analiza suspender la incorporación de aviones (en Aerolíneas), lo cual es una especie de vaciamiento lento y paulatino, ya que si no se reemplazan las aeronaves actuales por otras más modernas, la empresa se va a ir achicando".
Escándalo
Por su parte, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, se mostró escandalizado por los alcances del acuerdo.
"Es un terrible escándalo que hemos detectado, en la cual Aerolíneas Argentinas, con su bolsillo de payaso, iba distribuyendo plata por ahí, con su mal uso de recursos", indicó.
Dietrich explicó que el convenio "significaba que Sol le alquilaba toda su flota, transfería todos sus gastos a Aerolíneas", que luego pagaba el 12 por ciento de utilidad "cada siete días", lo que hubiera implicado un impacto anual de 70 millones de pesos.
Respecto de los trabajadores, señaló que van a pedir a Lan y a Aerolíneas que "den prioridad a estas personas en la búsqueda de personal".
En la tarde de ayer, fuentes oficiales deslizaron que, instruidos por el Gobierno nacional, un grupo de abogados estaría analizando la posibilidad de presentar una denuncia penal por el contrato en cuestión.
