La presidenta Dilma Rousseff estudia la presentación de una propuesta legislativa para permitir a grupos extranjeros tener una propiedad de hasta 100% de las aerolíneas locales, por encima del límite actual de un 30 por ciento.
Según el diario brasileño Valor, el año pasado, el Congreso debatió una propuesta para aumentar el límite sobre la propiedad extranjera a un 49 por ciento. La noticia provocó una suba fuerte de las acciones de Gol, que llegaron a dispararse hasta un 42% en San Pablo, recuperándose de mínimos históricos a los que cayeron la semana pasada por la baja de la demanda de pasajes y la fortaleza del dólar.
Además, Gol dijo que sus resultados operativos del cuarto trimestre arrojaron un alza de 6,8% en la medición de precios conocida como rendimiento por pasajeros, luego de que la compañía elevara sus tarifas para restaurar la rentabilidad en medio de la severa recesión que sufre Brasil.
El gobierno del país vecino también analiza la apertura de capital de la estatal aeroportuaria Infraero.
Durante años, el Gobierno brasileño ha estudiado la idea de cambiar las reglas de propiedad de las aerolíneas, pero una grave crisis en el sector alimentada por una profunda recesión está añadiendo presión sobre los políticos para eliminar los límites.
Mercado interno
El mercado de las aerolíneas brasileñas está dominado por TAM, la unidad local de LATAM Airlines Group, con sede en Santiago de Chile; Gol Linhas Aéreas Inteligentes, que es en parte propiedad de la estadounidense Delta Airlines; Avianca Brasil y Azul Linhas Aéreas Brasileiras.
Recientemente, el conglomerado chino HNA Group compró 23,7% del capital de la tercera mayor aerolínea de Brasil, Azul Linhas Aéreas, por 450 millones de dólares. La operación valuó la compañía creada por el fundador de la estadounidense JetBlue, David Neelman, en 1.800 millones de dólares.
HNA es dueño de 14 aerolíneas con una flota de 524 aviones. Entre las compañías, controla Tianjin, el mayor cliente del fabricante Embraer en Asia. Azul es el principal cliente en Brasil.
A su vez, United Airlines controla desde julio un 5% de la empresa brasileña, que adquirió por 100 millones de dólares, y tiene un representante en su Consejo de Administración. La mayor parte de Azul pertenece a su presidente ejecutivo y fundador, Neeleman, que es dueño de parte de la portuguesa TAP.
