La gerenta regional de Cargo de Air New Zealand habla sobre los planes y objetivos de la aerolínea que empezó a operar en el país, en diciembre último
Florencia Carbone
La apertura de una nueva ruta genera nuevos negocios, o al menos incrementa sustancialmente las posibilidades de hacerlos. No se trata de una máxima de la teoría comercial sino de lo que muestra la práctica, y Nancy Piazza, gerenta regional de Cargo de Air New Zealand, está convencida de que la realidad se encargará de confirmarlo una vez más.La aerolínea neozelandesa empezó a operar en la Argentina en diciembre último con el objetivo de transformar al país en el hub regional y cerrar lo que denominan "el anillo del Pacífico", que une Auckland, Australia, Asia, Norteamérica y Sudamérica, a través de Buenos Aires. Y hoy avanzan en proyectos que podrían ayudar a reactivar a la pesca, una de las economías regionales más golpeadas.
¿Cómo está posicionada Air New Zealand a nivel global? ¿Pertenece a las "grandes ligas"?
-Ocurre que no se conoce tanto en esta parte del mundo. Siempre existió esa idea de que somos los dos extremos, pero en realidad estamos mucho más cerca de lo que pensamos. Definitivamente Air New Zealand está en las grandes ligas, tal vez no por la cantidad de destinos, sino por sus servicios. Solemos tener una visión muy tradicional, miramos mucho a Europa y a Estados Unidos y entonces lo natural es compararnos con American Airlines, United, Lufthansa o Air France.
¿Con qué frecuencias operanen la Argentina?
-Operamos tres frecuencias semanales: martes, viernes y domingo, con un Boeing 777-200 (pasajeros y carga). Volamos la ruta Buenos Aires-Auckland. En cierto modo tomamos la ruta transpolar que hace varios años operaba Aerolíneas Argentinas (conectó Buenos Aires con Oceanía hasta marzo de 2014). En tiempo de tránsito, ese recorrido es casi igual que ir de Buenos Aires a Madrid, sólo que por un tema de huso horario llegás dos días después. Desde Auckland hay varias conexiones diarias con aviones de fuselaje ancho para Australia y Asia.
¿Por qué eligieron a Buenos Aires como hub para Sudamérica?
-Existe una buena conectividad y mucho tráfico entre lo que es Asia y Sudamérica. La expectativa de la empresa era completar y posicionarse en lo que se llama el anillo del Pacífico: Auckland, Australia, Asia, Norteamérica y Sudamérica. El último era el único punto que nos faltaba completar. En Chile ya estaba operando una aerolínea australiana y dada las similitudes y coincidencias con la Argentina, se decidió completar el anillo con Buenos Aires como puerta de entrada para Sudamérica.
A diferencia de otros destinos donde hay mucho comercio punto a punto o primario, por ejemplo entre Estados Unidos y Nueva Zelanda, Sudamérica es un mercado con más conectividad con Asia que con Nueva Zelanda o Australia. Hay mucho tráfico entre Asia y Sudamérica.
¿Cuáles son los principales productos de importación y exportación?
-Se traen repuestos, carga general, fundamentalmente desde Shanghai y Hong Kong, y de Bangkok que consolida en Asia. De salida (exportación) tenemos un mix de Argentina con el resto de Sudamérica. Llevamos salmón y fruta fresca -fundamentalmente arándanos y cerezas- de la Argentina y Chile; carga general y derivados como el cuero, y flores de Ecuador y Colombia. El pescado es un nuevo proyecto de negocio que hay entre la Argentina y Nueva Zelanda. Creo que con esta ruta surgirán nuevos negocios. Tenemos acuerdos con otras compañías aéreas mediante los que concentramos toda la mercadería en Buenos Aires y desde acá sale para Auckland.
¿Impactó en la operatoria el cambio de política comercial que hubo en la Argentina a partir de diciembre?
-En lo que respecta a carga aérea es muy prematuro evaluar si hay buenos o malos impactos. Por ejemplo lo del negocio del pescado es algo totalmente nuevo, algo que estamos empezando a conversar con el agente de cargas. Son negocios que surgen primero por el cambio de política comercial y también por la apertura de la ruta.
¿Por qué el peso de la carga aérea en la región es relativamente chico? ¿De qué factores depende que se desarrolle el sector?
-Hay una parte que tiene que ver con los tratados de libre comercio, como ocurre entre Chile y Perú con Nueva Zelanda, por ejemplo. Tienen un TLC y entonces el movimiento de cargas aéreas es más intenso que el de las cargas marítimas que tiene tiempos muy lentos para lo que es la zona del Pacífico. Argentina aún no forma parte de ese tratado por lo tanto no hay tanta participación comercial en esa zona del mundo.
Así como en el mundo del transporte aéreo de pasajeros las empresas low cost permitieron sumar nuevos usuarios, ¿no podría idearse algo similar para la carga?
-En lo que es carga ya existen distintos tipos de producto y algunos rayan con el concepto low cost. Cada línea aérea ofrece diferentes opciones, muchas contemplan ofertas multimodales combinando transporte marítimo, terrestre y aéreo. Hay productos de alta gama que buscan y necesitan llegar en el menor tiempo de tránsito posible y una alta garantía de entrega, aunque eso sea más costoso. Por otra parte, hay servicios que ofrecen aviones cargueros puros, que de por sí es un servicio de bajo costo.
¿Cuáles son los planes de la empresa en el rubro carga a corto y mediano plazo en la Argentina?
-Estamos enfocados fundamentalmente en consolidar al país como el hub, la ruta de entrada y salida de Sudamérica. En lo que respecta a la empresa, el objetivo es lograr abrir la mente. Hasta hoy estábamos muy concentrados en Australia y Estados Unidos. Ahora queremos ampliar las perspectivas para el resto del mundo.
Hacia fin de año agregaremos un vuelo -con lo que habrá cuatro conexiones semanales- y cambiaremos el equipo con el que operamos al pasar a un Boeing 787-900, un avión más eficiente y con mejor rendimiento, con diferente distribución de pasajeros y carga.
Auckland es un aeropuerto chico, con un servicio de cargas muy bueno y expeditivo. El porcentaje de conexión es muy alto: entre 90 y 100%, lo que significa que vuela tal como se reservó, que no hay tantos problemas de reprogramación ni de reconexión. Una carga está prevista para un vuelo y llega y conecta para ese vuelo.
¿Qué capacidad de carga tiene el vuelo que operan actualmente?
-Entre 10 y 14 toneladas. El trabajo que venimos haciendo desde diciembre está dando resultados: la bodega va y viene con 13 toneladas de carga en promedio. La posibilidad de carga depende mucho de las condiciones climáticas de la ruta. De ida vamos en contra de los vientos y eso afecta bastante la disponibilidad.
Recorrido femenino
A los 44 años, Nancy Piazza, gerenta regional de Cargo de Air New Zealand, admite que la que ocupa no es una posición habitual para mujeres. "De hecho creo que fui una de las primeras en ocupar este cargo en una línea aérea, tal vez en algunas marítimas sí las hay", arranca antes de comentar en tono risueño que su desembarco es parte de la tendencia en la Argentina: "Isela Costantini en Aerolíneas Argentinas y Rosario Altgel como CEO de Latam", dice.
Piazza grafica el recorrido femenino en el sector. "Casi siempre arrancamos en lo que llamo la parte de arriba del avión: ventas, reservas, etc. En la parte de abajo del avión (donde está la bodega de carga) me animo a decir que fui una de las primeras. Lo único que sabía de lo que era una guía aérea era una traducción que había tenido que hacer cuando estudiaba en la universidad (se graduó como traductora de inglés). Y en aquél entonces tuve que preguntar qué era. Eso fue en 1993. En esos años empezaba a florecer el tema del comercio exterior en la Argentina, más líneas aéreas empezaban a llegar al país".
La gerente regional de Cargo de Air New Zealand cuenta que trabaja en la industria desde 1994. Su carrera empezó en British Airways. "Siempre en carga, pero en distintos sectores, hasta 2014", relata antes de mencionar que fue testigo directo de el proceso de fusión entre la aerolínea británica y la española Iberia.
"Ni siquiera los empleados daban mucho por la fusión. Eran mundos totalmente distintos, pero no sólo funcionó, sino que hoy esa alianza está posicionada como una de las más grandes", concluye.
