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07/06/2016 - Clarín - Nota - Sociedad - Pag. 38

Pánico a bordo de un avión:“Acá nos estrellamos y nos morimos”

Lo dice un pasajero del vuelo de Avianca que tuvo una fuerte turbulencia. Polémica por la falta de asistencia.

Una fuerte turbulencia sacudió a un avión que iba de Lima a Buenos Aires, generando minutos de pánico a bordo. Según la aerolínea colombiana Avianca, 4 pasajeros y 8 tripulantes sufrieron golpes y fueron atendidos. Pero algunos pasajeros aseguran que hubo más heridos y se quejaron de la asistencia recibida.

La aerolínea publicó en su cuenta de Facebook que el vuelo AV965 salió de Lima el viernes a las 22:36.

Sufrió una fuerte turbulencia inesperada al cruzar la cordillera de los Andes a las 03.11 (hora Argentina).

El avión aterrizó 04.16 en Ezeiza.

“Se realizó la valoración médica a los pasajeros, con ayuda del personal de sanidad portuaria del aeropuerto de Ezeiza. Diez personas fueron remitidas al hospital para su respectivo chequeo y tras recibir la revisión y atención médica correspondiente, ya han salido del centro sanitario.

Avianca lamenta esta circunstancia y sigue atenta a la evolución de los pasajeros afectados”, concluye el comunicado de la aerolínea.

Varios pasajeros se quejaron en Twitter. Aseguran que hubo más heridos. Uno de ellos es Alejandro Babato: “Yo vi de 10 a 15 pasajeros ensangrentados”, dijo a Clarín. Tiene 39 años, vive en Buenos Aires y trabaja en una agencia de turismo.

Viaja en avión todos los meses, pero por este vuelo hace dos días que no puede dormir. Desconoce qué pasó: dice que el piloto no hizo anuncios y que Avianca no dio información.

“Ya habíamos cruzado los Andes.

Siempre en el cruce te piden que te abroches el cinturón de seguridad.

Yo estaba en la fila 31, viendo una película. De golpe, sin aviso, el avión descompensó y cayó en picada”, cuenta Babato. Y relata: “Salí despedido de mi asiento. Con la cabeza golpeé el techo, hice un agujero y caí al piso. El señor que estaba adelante también la pasó mal: con su frente golpeó la pantalla de video. La chica que estaba sentada del otro lado del pasillo cayó encima mío y su bebé quedó tirado en el pasillo. El chico que estaba sentado atrás, que tenía la remera llena de sangre porque se abrió un compartimento y le cayó una valija encima. Acá nos estrellamos y nos morimos, pensé”.

“La azafata que estaba en mi área tenía la cara completamente ensangrentada.

Otras estaban tiradas en el piso, atrapadas debajo del carro que usan para el servicio de comida.

Algunas se cortaron con las botellas de vino porque acababan de servir la cena. Otra lo único que decía era: ‘mi columna, mi columna’, no se podía levantar”, describe Babato.

Según su relato, cuando el avión aterrizó uno de los tripulantes informó que los pasajeros que no tenían heridas de gravedad se quedaran sentados. Retiraron a los que estaban con heridas expuestas y a los que tenían niños. Luego, el resto. “Y ahí fue como si nada hubiera pasado: andá a migraciones, agarrá tu valija y andate”, cuenta Babato, quien fue solo al Otamendi donde le detectaron una rectificación cervical.

Por su parte, la usuaria Sol Juliett –también de Buenos Aires– compartió su experiencia en Facebook, en respuesta al comunicado de Avianca. “En menos de 5 minutos, el avión perdió toda la estabilidad y empezó a descender. Se abrieron los compartimentos, volaban cosas, algunas personas cayeron al piso.

Las luces quedaron apagadas por completo, no se veía nada. Nadie nos habló por los altoparlantes, estábamos asustados, desconcertados sin poder ver nada. Aún con alerta un solo pasajero se levantó y empezó a asistirnos, brindando agua, hielo y gasas a las personas lastimadas. El personal brilló por ausencia, recién nos asistió cuando estábamos llegando a destino”, explicó. w

Duro impacto. Dos azafatas con vendas y cuellos ortopédicos. La turbulencia las sorprendió en el servicio de cena.

Corte. La herida de una de las azafatas afectadas. Desastre. Los compartimentos se abrieron y todo cayó.

Las luces se apagaron por completo, no se veía absolutamente nada. Nadie nos habló por los altoparlantes, estábamos asustados, desconcertados.” Sol Juliett (pasajera)

Salí despedido de mi asiento. Con la cabeza golpeé el techo, hice un agujero, y caí al piso.

Una chica cayó encima mío y su bebé quedó tirado en el pasillo.” Alejandro Babato (pasajero)

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