Quisiera referirme a la reciente designación del empresario cordobés Ercole Felippa en la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), de la ciudad de Córdoba, la cual se encuentra en un mal estado económico y muy comprometida, no sólo por su descomunal deuda de 1400 millones de pesos, sino también por un aparente sobredimensionamiento en la planta de personal. Mi conocimiento bastante cercano del señor Felippa me permite afirmar con toda certeza que más allá de si posee la idoneidad o no para desempeñarse en dicho cargo, se trata de una persona cuya honestidad y transparencia nos da la tranquilidad de que el nicho de corrupción y clientelismo político causante de la catastrófica situación actual de Fadea llegará a su fin. No obstante, no es tal mi optimismo en lo que respecta a la optimización de los recursos humanos y la eliminación de personal ocioso que deba afrontar, habida cuenta de que en similar situación se encuentra la cooperativa láctea que Felippa preside en la localidad de Freyre, hace más de quince años, sin que nada haya sido capaz de hacer al respecto en todo ese tiempo y menos aún en la actualidad, en que la por todos conocida crisis tanto de la industria láctea como del sector productivo lo requieren con inmediatez.
Juan Pablo Bottiglieri
