La aerolínea Sol anunció ayer su cierre definitivo, así como el despido e indemnización de todos sus empleados, tras dar por concluidas las negociaciones para vender sus acciones a dos candidatos, la aerolínea boliviana Amazonas y la española Air Nostrum. Los gremios aeronáuticos no aceptaron las condiciones que propone la compañía, que es pagar las indemnizaciones en cuotas, a medida que vaya vendiendo sus activos, que básicamente son tres aviones Saab de 35 plazas y sus rutas, las cuales también son consideradas un activo. Hay una nueva reunión prevista para dentro de una semana.
La empresa había dejado de volar a mediados de enero, luego de que Aerolíneas Argentinas le rescindió un contrato por el cual le alquilaba horas de vuelo a cambio de una remuneración de casi un millón de pesos por día. En estos meses Sol siguió pagando los sueldos y buscando un comprador: las conversaciones más avanzadas habían sido con Amazonas, aseguraron voceros de Sol, pero todo quedó congelado tras el anuncio de la llegada de Avianca-TACA al país, a través del convenio de compra de la empresa de taxis aéreos McAir.
Air Nostrum, una aerolínea española que hace vuelos cortos para Iberia, había ingresado como “accionista tecnológico” de Sol en septiembre de 2015: fue luego de que Sol firmara un acuerdo con el entonces titular de Aerolíneas, Mariano Recalde, por el cual la empresa se comprometió a alquilarle horas “block” a cambio de casi un millón de pesos por día. Una de las primeras medidas del nuevo Gobierno fue rescindir ese acuerdo, y Air Nostrum se retiró. “ (La empresa) ha optado por hacer efectiva la cláusula de salida que había incorporado”, dijo Air Nostrum en enero, a través de un comunicado.
Según los voceros de Sol, la compañía hoy pertenecería exclusivamente a tres de sus directivos: Juan Nyffeneger, ex titular del Ente Turístico de Rosario hasta 2010, Horacio Rubén Darré y Claudio Cebreiro (ex Aerolíneas). Los voceros aseguraron que Horacio Angeli, titular del Grupo Transatlántica, dejó de ser accionista de Sol en 2014, pese a que sigue vinculado al “día a día” de la compañía. “Ese mismo año, Sol anunció al ministerio de Trabajo que iba a echar 60 personas y tanto el ex ministro Tomada como Recalde les dijeron que no podían hacerlo. Cerraron de palabra el convenio con Aerolíneas, pero éste se concretó recién un año más tarde”, aseguraron voceros.
En realidad, a lo largo de sus diez años de historia Sol funcionó en base a subsidios. Comenzó a volar en enero de 2006 con “subsidios no reintegrables” del gobierno santafesino de Jorge Obeid
