Las partes se volverán a reunir mañana en procura de lograr un acuerdo a los reclamos gremiales que ya provocaron un paro hace poco más de una semana.
Directivos de Aerolíneas Argentinas y los representantes de APLA, el gremio que nuclea a los pilotos de la compañía, volverán a reunirse mañana al mediodía en la sede de la empresa a los fines de avanzar en una posible solución al conflicto entre ambas partes que ya provocó un cese de actividades por 16 horas a mediados de este mes.
Isela Costantini, titular de Aerolíneas Argentinas por un lado y Pablo Biró, secretario general de APLA, estarán nuevamente frente a frente en una puja que si bien tiene un sentido económico, no deja de pisar las cuestiones políticas.
Aerolíneas Argentinas tiene, dentro de la gama de gremios que conforman su plantel de trabajadores, divididos a sus pilotos entre los afiliados a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y quienes se encuentran bajo el paraguas sindical de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA). Los primeros vuelan los aviones de Aerolíneas Argentinas y los segundos lo hacen con los de Austral y aunque parecen lo mismo, no lo son.
En primer lugar son, en alguna medida, enemigos acérrimos, a punto tal que no hace mucho tiempo un comandante de Aerolíneas no permitía que uno de Austral viajara en un avión de Aerolíneas y viceversa.
La pelea entre ambos gremios tiene sus orígenes en la fusión de Aerolíneas Argentinas y Austral allá por 1980 y desde entonces la competencia entre ambos fue constante, aun cuando formaran parte del mismo grupo empresario, o como en este caso, ambas fuesen estatales.
La integración de ambas partes fue un desafío permanente de las sucesivas administraciones que rigieron los destinos de Aerolíneas y Austral y hoy aunque el enfrentamiento es mucho más moderado, no deja de tener vigencia.
La reunión de mañana sólo involucra a APLA, porque si bien UALA acompañó la medida de fuerza de este mes, negocia de manera separada con la empresa y de alguna manera está esperando el resultado de las tratativas entre APLA y la compañía para tomar una posición determinada.
¿Qué puede pasar mañana?. Es difícil anticiparlo porque como dijimos antes las negociaciones tienen un componente político interno y externo que las complican.
El componente político externo apunta a la posición adoptada por el Gobierno Nacional en cuanto a permitir el arribo de empresas extranjeras para operar en el cabotaje argentino, ampliando la competencia en ese mercado, del cual hoy Aerolíneas y Austral ostentan más del 80 por ciento frente a LATAM, Andes, Gol y Alas Uruguay.
Los pilotos se oponen a esta decisión gubernamental porque entienden que implica un perjuicio directo contra Aerolíneas, ya que para ellos no existe reciprocidad en la explotación de rutas y las compañías extranjeras pretenden usufructuar el negocio a bajo costo en desmedro de las fuentes de trabajo y modificando las actuales condiciones laborales de las que gozan los pilotos.
El componente político interno es precisamente la interna que vive APLA, dividida en varios grupos que pugnan por la conducción del mismo, uno encabezado por el hermano de Pablo Biró, Daniel Biró, quién ha ido logrando un mayor predicamento entre sus pares durante los últimos tiempos a punto tal de amenazar el liderazgo del actual secretario general. Ante esto Pablo Biró necesita una demostración de fuerza hacia adentro que despeje un poco el camino respecto a quién lleva las riendas del sindicato en estos momentos.
Aerolíneas Argentinas cerró hace días la negociación paritaria con la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) con un 35 por ciento de aumento. Lo mismo que la empresa le ofreció a APLA y el gremio rechazó. Los pilotos pretenden un aumento del 45 por ciento como mínimo.
Voceros de la empresa indicaron que la negociación está muy dura y las posiciones en las reuniones anteriores fueron intransigentes. No obstante esperan que en el encuentro de mañana se flexibilicen un poco a los efectos de no volver a sufrir un paro que no solo perjudica a la compañía por las pérdidas que ocasiona, sino sobre todo a los pasajeros, ajenos a éste y a cualquier otro conflicto de esta naturaleza y víctimas primarias de esta circustancia.
