Por las promociones aéreas, los micros de larga distancia reducen frecuencias
Para no salir casi vacíos, en los tramos largos juntan servicios entre
empresas para minimizar costos, sobre todo en los tramos más largos,
donde viajar en avión es más barato.
Mientras aguardan que el Gobierno avance en un marco regulatorio para el
sector, que les permita ganar competitividad y reducir precios, las
empresas de micros de larga distancia comenzaron a reducir frecuencias,
sobre todo en los tramos más largos, afectados por las promociones de
líneas aéreas.
Diferentes empresas admitieron haber reducido frecuencias en viajes
largos entre grandes ciudades, como de Buenos Aires a Mendoza, Córdoba o
Bariloche, ya que salir con la mayoría de los asientos vacíos no es
rentable. "Lo que hacemos es, en caso de poca diferencia horaria entre
servicios de una y otra empresa y baja ocupación de asientos, sumar
pasajeros a un sólo servicio para minimizar costos. El Ministerio de
Transporte puede autorizarlo, pero lo hace de palabra, con lo cual
estamos en una situación muy precaria, necesitamos que se legalice",
explicaron fuentes del sector. "Si un micro sale muy vacío todos pagan
un boleto más caro; si se saliera con un 80% de ocupación, la tarifa
sería más barata. Pero el promedio es menor al 50%", agregaron.
La mayoría de las empresas realizan viajes largos, de 500 km. a 1000 km.
Las más afectadas son las que cubren rutas de más de 1000 km., por la
competencia del transporte aéreo. En los últimos meses, las aéreas que
hacen vuelos domésticos (Aerolíneas Argentinas, Latam y Andes) lanzaron
fuertes promociones, antes de que nuevas firmas lleguen al mercado.
Así, al reservar con tiempo, se puede volar desde Buenos Aires a Mendoza
(ida y vuelta) por $ 2096, mientras que en micro cuesta $ 1700 en precio
promocional, $ 2350 en semicama (valor habitual), $ 3060 en cama y $
3700 en cama suite, ida y vuelta, en viajes de 14 a 16.30 horas por
tramo. A Bariloche, las aéreas ofrecen promociones a $ 2809, mientras
que en ómnibus (de 20 a 24 horas) cuesta $ 2004 en promoción, $ 3340 en
semicama y $ 3800 en cama, ida y vuelta. Es decir, viajar en avión
cuesta apenas un poco más o incluso menos que hacerlo en micro, y en un
viaje de corta duración.
Como anticipó El Cronista el lunes, se estima que el transporte de larga
distancia caería un 20% por el arribo de nuevas aéreas: perderían más de
8 millones de pasajeros, de los 37,9 millones que trasladan al año.
En este contexto, las empresas reclaman, al menos desde 2013, un marco
regulatorio que les permita adaptarse a la demanda. "Unimos más de 1500
puntos del país, muchos pueblos dependen de los micros, tanto en
traslado de pasajeros como de encomiendas. Necesitamos que el Gobierno
tenga más celeridad en tratar un marco regulatorio para ser más
competitivos y bajar precios, una celeridad que sí tuvo para llamar a
una audiencia para nuevas rutas a empresas aéreas, en tiempo récord",
destacó en tanto Gustavo Gaona, vocero de la Cámara Empresaria de Larga
Distancia (Celadi).
El transporte de larga distancia es considerado servicio público, de ahí
la rigidez para hacer cambios en frecuencias y servicios. Las empresas
buscan que el marco regulatorio contemple, por ejemplo, hacer acuerdos
de código compartido, como las aéreas, para trasladar pasajeros de una
empresa a otra en caso de baja ocupación (algo que hoy hacen bajo
autorización, pero en forma precaria); cambios en sus bandas tarifarias,
para bajar más los precios en servicios de escasa demanda y subirlos en
los de alta; y contar con licencias legales, ya que desde 2013, cuando
vencieron, están con permisos precarios. También reclaman una jornada
laboral específica: hoy es de 8 horas y cada micro debe partir con dos
conductores, pero cuentan las horas que viajan como acompañante como si
condujeran, con lo cual cuando toman el volante estarían infringiendo la
ley.
El arribo de más aéreas se da en un contexto donde los pasajeros de
micro caen año a año: entre 2011 y 2015 se redujeron un 28%, de 50,5
millones a 37,9 millones de personas; y las distancias recorridas
bajaron un 15,3%, según la Celadi, en base a la CNRT. En este contexto
difícil, quedaron desde enero además como único medio de transporte
público sin subsidio.