Se teme que la enésima crisis estallada ahora pueda ser la última
ROMA.- Si compró un pasaje de Alitalia para los próximos meses, no tiene que asustarse: la aerólinea de bandera italiana está volando -todavía- normalmente. Pero si compró pasaje de Alitalia para el año que viene, quizás debería comenzar a preocuparse.
Aunque la deficitaria Alitalia vivió y sobrevivió a varias turbulencias en las últimas décadas, se teme que la enésima crisis estallada ahora pueda ser la última. Alitalia volvió a entrar en agonía ayer, tras ser bochado en un referéndum interno, con más del 67% de los votos, un pre-acuerdo de salvataje sellado el 14 de abril pasado entre los sindicatos y la compañía. El pre-acuerdo preveía una reestructuración sangre, sudor y lágrimas que incluía 1700 despidos y recorte de sueldos del 8%. Al mismo tiempo, un plan industrial que preveía la disponibilidad de los accionistas a una recapitalización de 2000 millones de euros.
La aplastante victoria del "no" al salvataje en el referéndum, en el que se expidieron 10.022 de los 12.500 trabajadores llamados a votar, volvió a hundir a Alitalia en el caos. La compañía -cuyo mayor accionista es desde 2014 Etihad, compañía de los Emiratos Árabes, junto a un grupo de grandes empresas italianas (51%)-, anunció hoy que, visto el resultado negativo de la consulta y la imposibilidad de avanzar con una recapitalización, decidió poner en marcha el mecanismo de "administración extraordinaria especial". Así como sucedió con la última gran crisis, en 2008 -en tiempos de Silvio Berlusconi, cuando la aerolínea fue dividida en dos y un grupo de privados denominado CAI (Compañía Aérea Italiana) se quedó con la parte sana-, se espera que en las próximas semanas sea nombrado un interventor que tendrá luego dos caminos: o vender, o declarar la bancarrota, lo cual significará la desaparición de Alitalia.
La compañía pierde 700 millones de euros por año, 2 millones de euros por día, 80.000 euros por, una situación a todas luces inviable. El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, había advertido, hace unos días, que la situación era grave y que sin no se alcanzaba un acuerdo, Alitalia podía morir. "Sé muy bien que a los empleados se les piden sacrificios, pero sé que sin un acuerdo sobre el nuevo plan industrial Alitalia no podrá sobrevivir", había dicho, en vísperas del referéndum interno.
Aunque algunos sindicatos lo esperan como el "plan B", el gobierno de Gentiloni excluyó una nacionalización de Alitalia. "Alitalia es una empresa privada, ahora tenemos que esperar la decisión de los accionistas y después estaremos listos para aplicar la ley para tutelar a los trabajadores", dijo el ministro del Trabajo, Giuliano Poletti. Poletti lamentó el resultado del referéndum, que "produce un problema de muy difícil solución que daña a los mismo trabajadores".
Los empleados de Alitalia no piensa lo mismo. "Ahora el Estado nos tiene que salvar: salvó a los bancos ¿por qué a nosotros no?", se preguntó Laura, empleada de la compañía, de 52 años, que votó "no" al pre-acuerdo de salvataje porque singificaba "una muerte en cuotas".
El ministro de Desarrolo Económico, Carlo Calenda, en tanto, avizoró que las cosas se resolverán en el lapso de unos seis meses. "El período de administración extraordinaria podrá cerrarse en unos seis meses y con una venta parcial o total de los asset de Alitalia o con la liquidación. Si habrá empresas interesadas en comprarla, aún es prematuro para decir", indicó Calenda. El ministro aclaró que en estos seis meses la Unión Europea podría darle luz verde a una ayuda pública para Alitalia.
Para tranquilidad de los viajeros, en esta primera fase, quedan garantizados los pasajes comprados por los pasajeros, que tendrá prioridad respecto de otros acreedores.
Los entendidos creen que la victoria del "no" al pre-acuerdo de salvataje de Alitalia fue un voto de protesta en contra de la gestión de Etihad. Aunque los problemas de la compañía nacieron muchos años antes, cuando en el año 2000 comenzó a tener una aguerrida competencia con las aerolíenas "low-cost" y se agravaron en 2008, cuando fracasaron las negociaciones para la venta de Alitalia a Air-France, justo en esta misma época.
