Una verdadera pena y un error político tremendo: Isela Costantini fue separada de la conducción de Aerolíneas Argentinas por tener convicciones, luz propia e ideas, que a pesar de ser lógicas y sensatas, molestaban a muchos que tienen otros intereses. Recibió un presente griego y en apenas un año redujo el déficit a la mitad, firmó la paz con siete gremios y convirtió la línea de bandera en una compañía confiable, moderna y con índices de puntualidad jamás logrados. Señor ministro Dietrich, ¿le parece poco? Sergio F. Durante Agente de Viajes