TEMOR POR AEROLINEAS
Marcos Peña protagonizó ayer un intercambio tenso con el diputado camporista Juan Cabandié, quien acusó al gobierno de alentar una política de promoción de líneas aéreas de bajo costo "en detrimento" de Aerolíneas Argentinas.
Cabandié argumentó que el ingreso al mercado de empresas con tarifas reducidas no tendrá otro efecto que el "desguace" de la aerolínea estatal, de la misma forma que sucedió con Varig en Brasil. Pronosticó que una vez que se haya cumplido este cometido de anular a la línea de bandera, las nuevas aerolíneas abandonarán la política de precios reducidos.
Además, señaló que esta política afectará el trabajo argentino ya que las nuevas empresas no tienen capacidad para "absorber" los 14 mil trabajadores que hoy emplea Aerolíneas Argentinas.
Peña desestimó los argumentos de Cabandié y dijo que la política de las low cost" van a generar una "verdadera revolución" que va a hacer que "más argentinos puedan volar más y a mejor precio".
Aclaró que "esto se va a hacer fortaleciendo al mismo tiempo Aerolíneas Argentinas, con más gestión y menos déficit" que el que dejó la gestión de Mariano Recalde.
En tanto, Cabandié denunció que Me Air, la empresa aérea del grupo económico de la familia Macri, "no fue vendida a Avianca" como se afirmó, sino que "compró la marca" para "tener una posición en el mercado", por lo que evaluó que existe una participación encubierta de la "misma empresa" en un claro caso de conflicto de intereses.
Péña rechazó las acusaciones: "Quédese tranquilo que no hay ningún delito. Ninguna de las aerolíneas son concesionarios o contratistas del Estado. Toda aerolínea que quiera establecerse en la Argentina con trabajo nacional, con empleados nacionales lo podrá hacer".
