Persecución judicial y mediática al que enfrente el modelo; licuar el poder del triunvirato de la CGT y privilegiar el diálogo por sector y con los gremios del transporte
POR ALEJANDRO DI BIASI Si nos sacamos perjuicios de encima, aceptaremos que a pesada herencia se convirtió en un colchón que permite al presidente Mauricio Macri llevar adelante su plan de ajuste, dejando en el camino a miles de heridos y daños colaterales. Con la complicidad de la corporación mediática, el respaldo de la patria financiera (de adentro, pero sobre todo de afuera) y el odio visceral hacia el peronismo en general y al kircherismo en particular, el PRO está decidido a enfrentar al sindicalismo y ponerlo casi en la misma línea de fuego que a Cristina Fernández y sus seguidores. Pasaron las movilizaciones y el contundente paro de CGT y el Ejecutivo siguió alimentando el relato dialoguista, aunque no hubo convocatoria oficial para los máximos referentes de la central obrera. La marcha en respaldo al Gobierno los terminó de envalentonar. Convencido de que no habrá otra huelga nacional hasta antes de las elecciones, Macri despliega su estrategia: beneficios para los dirigentes que acompañen; negociación directa con los gremios del transporte y persecución judicial y mediática a los que lo enfrenten.
En el acto del 1 de Mayo, con el justificativo de un encuentro del Partido Fe aliado electoral del PRO- que lidera el titular de los peones rurales (UATRE), Gerónimo Venegas, Macri probó el folclore justicialista. Con las imágenes de fondo de Perón y Evita y sin ponerse colorado- afirmó: "Dieciocho meses después, el cambio comenzó y vamos por el buen camino, porque el cambio va a incluir a todos los argentinos", sostuvo y agregó: "Alguien dijo que la estrella polar de un país es la productividad, y eso lo dijo Juan Domingo Perón, quien también sostuvo que cada argentino tiene que producir lo que consume, y eso lo podemos hacer, y mucho más que eso".
Macri dando clases de peronismo, aunque llevándolo a su molino, porque lo de producir lo que consumo viene de la ideología de la meritocracia que impulsa su administración. "Vamos a crear trabajo para todos los argentinos", expresó Macri y adelantó que desde agosto se crearon 82.000 puestos de trabajo en blanco, aunque no hay ningún dato oficial que lo confirme.
Pero más allá de sus dichos, ya se está viendo un Macri recargado: En dicho encuentro, con gremios que militan en las 62 Organizaciones Peronistas que también lidera Venegas, subrayó: No va más el país de los ventajistas, no va más el país de la patota". Esta será la nueva vertiente del jefe de Estado. Sostiene que viene a enfrentar a las mafias de cualquier tipo, aunque en realidad le apunta a los dirigentes gremiales que se oponen al modelo. Los apuntados por distintos motivos- son: Omar Viviani (taxistas), Antonio Caló y el Barba Gutiérrez (metalúrgicos), Walter Correa (Curtidores), Hugo Yasky y Pablo Micheli (CTA), Sergio Palazzo (Bancarios), entre los más importantes, y se los tratará de ligar con figuras como José Pedraza (ferroviarios, preso por el crimen de Mariano Ferreyra) o Omar Caballo Suárez (ex titular SOMU, detenido por irregularidades en el gremio marítimo).
De vital importancia serán las negociaciones con los sindicatos del transporte nucleados en la CATT. Funcionarán con una doble intención: por un lado, tenerlos de aliados y evitar que garanticen el éxito de un potencial paro nacional; por otro lado, licuar al triunvirato de la CGT.
Otro de los pasos esenciales en la gestión de Cambiemos será la reestructuración de la administración pública. El propio Gobierno admitió que el año pasado se fueron 15.000 empleados, mayoritariamente por despidos. Ya quitaron la gran capa de la grasa militante. Pero ahora se verán una reforma que promete más cesantías y una dura lucha contra la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), al que Macri no reconoce ni cuando era jefe del Gobierno porteño. El propio presidente advirtió cuál es su visión del sector. Para referirse a la crítica situación que atraviesa el gobierno de Alicia Kirchner en Santa Cruz, sostuvo que el Estado no puede ser un aguantadero de trabajadores. Después del escándalo del INCAA, el presidente llamó a volver a jerarquizar la importancia del empleado público a partir del concurso público para dejar de lado la intervención nociva que tuvo la política de convertir al Estado en un aguantadero.
Además, en su avanzada contra el sindicalismo, el gobierno publicó en el Boletín Oficial una serie de recomendaciones destinadas a transparentar las elecciones de los sindicatos, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, estimó que están destinadas a evitar "la conducta extorsiva" en algunos gremios. El ministerio de Trabajo publicó la disposición 7-E/2017 mediante la cual se establecen una serie de recomendaciones para transparentar las elecciones gremiales, incorporando del voto electrónico, cumplimentando la ley del cupo femenino del 30% y rechazar que dirigentes que estén "inhibidos penal o civilmente" formen parte de las listas electorales de los gremios.
La resolución cita el artículo 14 bis de la Constitución Nacional, que habla del derecho de los trabajadores a "una organización sindical libre y democrática". En cuanto al grado de compromiso que se les pedirá a los gremios, en relación la recomendación del Gobierno, Triaca, dijo que exigirá el cumplimiento de las recomendaciones por parte de los sindicatos. "Hay algunos que desde la posición gremial han abusado de la conducta que les corresponde por ley y se han transformado en extorsionadores", sostuvo. Y amplió: "Tenemos que velar porque esas conductas extorsivas no existan más en la Argentina. Ni en los sindicatos, ni en las empresas, ni en la justicia, ni en la política".
En el acto con Venegas, Macri cargó contra los planes laborales y anunció un supuesto cambio de actitud: pasar de los subsidios a la incentivación del trabajo. Lanzó el programa "Empalme" que en realidad funciona desde 2010 (ver tema aparte). "Decimos que todos los que tengan esos planes puedan entrar a trabajar sin perder el plan, que las empresas puedan incluir eso que reciben como parte de su salario. Eso facilita que se los pueda tomar, son cientos de miles de argentinos, que de esa manera les abrimos una puerta, porque los necesitamos", ese fue el escueto anuncio cuando los presentes, y en especial Venegas, esperaban otras medidas, como algún tipo de mejora en el impuesto a las ganancias.
"Yo no vine a defender a ningún mafioso", enfatizó el Presidente y agregó: "No va más el país de la ventajita, el país de la patota, el país con comportamientos mafiosos, la Argentina es de todos los argentinos y no me voy a bancar a ninguno de los que nos quieren llevar por delante, porque yo estoy acá por ustedes". Macri apuntó contra el aguantadero del Estado, que hoy creció en altos salarios a funcionarios que ya son millonarios. Macri apuntó contra las mafias, cuando el Gobierno acumula causas como el Correo Argentino, Panamá Papers y Avianca, entre otras, a pesar de que en muchas se cierren las investigaciones o la justicia les falle a favor. Macri apunta contra la industria nacional y se ofrece a la comunidad internacional, no como el granero sino como el supermercado del mundo. Macri apunta lástima que el blanco son los trabajadores.
