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01/11/2017 - La Nación - Nota

Paritarias y low cost, dos ejes de la pulseada




EL ESCENARIO Nicolás Balinotti LA NACION

El Gobierno tiene un interés particular en resolver el conflicto aeronáutico por varias razones. La primera es porque la paritaria del sector podría ser un caso testigo para las negociaciones salariales de 2018. Si bien es la ú1tima paritaria de 2017, su período de aplicación abarca casi por completo el año próximo. Por eso se mantiene fírmela postura oficial de no ceder un aumento por encima del 16%, que es la pauta inflacionaria que se prevé en la ley de presupuesto para el año que viene. Algo similar a lo que ocurrió con los bancarios en el primer trimestre, cuando fueron los pioneros en acordar una cláusula gatillo por inflación.

El otro argumento está vinculado con el desembarco de las líneas low cosí una de las grandes apuestas del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. La batalla de los gremios con las líneas de bajo costo son por las condiciones laborales. Aceptan su llegada siempre y cuando les garanticen que mantienen los derechos que gozan en Aerolíneas Argentinas y Latam.

Desde hace más de un mes que la negociación paritaria está estancada El rompecabezas gremial se unió para reforzar su reclamo, aunque la prolongación del conflicto abrió grietas internas y hay sectores que comienzan a negociar de forma unilateral con el Gobierno.

En 2016, los gremios aeronáuticos obtuvieron en promedio alzas de entre40y 45%. Este año estarían dispuestos a cerrar entre 23 y 26%, según las conversaciones privadas que se dieron en la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA). El Gobierno, en su rol de empleador, no estaría dispuesto a superar el 16%. Aunque un funcionario que participa de la negociación se entusiasma con un acuerdo más amplio: “Sólo si se limitan a cumplir con su convenio colectivo seria un logro. Hubo grandes abusos durante el kirchnerismo”.

En la negociación salarial de este año se da una particularidad: se dejaron de lado los puntos convencionales y el Gobierno sólo quiere debatir el porcentaje de aumento. Va en línea con la intención de reducir costos y aportes patronales. No habría esta vez plus para la obra social o para la mutual, por citar un ejemplo. Los gremios distinguen allí un ajuste.

En la FAPA vaticinan una dura batalla contra las low cosí por su tradición sobre las condiciones laborales. “Auspician de manera poco clara la asignación de rutas a operadores de dudosa o ninguna capacidad operativa”, expresaron críticos con la mirada puesta en el Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Aviación Civil.

A diferencia del bloque de la FAPA, que es el más combativo, el moyanista Juan Pablo Brey (Aeronavegantes) quedó aislado en el mapa gremial aeronáutico y se muestra más conciliador con las low cost. Avanzó con la empresa Flybondi para definir las escalas salariales para los aeronavegantes y en su gremio comparan las low cost con Uber. “No se pueden frenar”, argumentan.



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