Su última gira fue el 27 de noviembre de 2015, con Cristina Kirchner en el poder. Y el 16 de febrero del año pasado hizo su vuelo hasta la base aérea de El Palomar, donde hoy espera
Tras deambular varios meses por remates e intentos para cederlo, el diezmado Tango 01, primera nave de la flota aérea presidencial y posiblemente uno de los aviones más conocidos de la historia argentina, va camino al desguace.
Al menos así lo estiman fuentes oficiales que participan del proceso para desprenderse de ese activo estatal.
La Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Fernando De Andreis, hizo semanas atrás uno de los últimos intentos por darle otro destino al Tango 01: intentó negociarlo con el Ministerio de Defensa, ahora a cargo de Oscar Aguad, que tenía la intención de convertirlo en un avión hidrante, con capacidad para transportar miles de litros de agua.
Según indica el diario La Nación, esa clase de equipamiento se necesitó en enero de este año, cuando un incendio costó más de un millón de hectáreas en La Pampa.
La cartera de Defensa, sin embargo, desistió de sumar a sus filas la aeronave por una inconveniencia económica. Sucede que el Tango 01 tiene una tasación estimada en torno a los U$S 2,5 millones, un precio magro para el lujo que representó en los años ’90, pero para volver a los cielos con las condiciones de seguridad apropiadas hay que invertir en él entre US$ 21 millones y US$ 26 millones, según el cálculo que hacen los técnicos de la Casa Rosada, para recuperar la mejor prestación de su célula de fuselaje, los trenes de aterrizaje, motores e instalación de tanques auxiliares.
El Tango 01 no vuela desde hace meses. Su última gira fue el 27 de noviembre de 2015, con Cristina Kirchner en el poder. Y el 16 de febrero del año pasado hizo su vuelo hasta la base aérea de El Palomar, donde hoy espera.
El avión, un Boeing 757/200, fue desprogramado por sus “altos costos operativos, la proximidad de las inspecciones de mantenimiento, su obsolescencia, corto alcance y poca autonomía de vuelo”.
En septiembre del año pasado, el Gobierno decidió vender el Tango 01. Sin embargo, se encontró con varios problemas para alcanzar ese objetivo. En mayo de este año, tras el fracaso en encontrarle nuevo dueño, bajó su precio de U$S 2,5 millones a U$S 1,5 millones.
En cambio, ya parece tener su destino sellado el Tango 02, un Fokker F-28 que estaba en servicio en diciembre de 2015, y continuó volando hasta enero pasado, hasta que una inspección revisó uno de los motores y determinó que no estaba en condiciones de seguir operando por daños en los álabes de la turbina.
Irá a parar a la Fuerza Aérea, que lo desarmará y reutilizará sus partes como repuestos en otros aviones del mismo modelo que forman parte de su flota.
