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20/04/2018 - LaNacion.com



La piloto con nervios de acero: aterrizó con un motor y salvó 148 vidas

Samantha SchmidtSirvió en la marina durante 10 años, hasta alcanzar el rango de capitana; ahora vive en San Antonio con su esposo y sus dos hijosWASHINGTON.- Mientras hacía descender su avión con 149 personas a bordo, la voz de la piloto sonaba tranquila pero concentrada.

"Southwest 1380, tenemos un solo motor", dijo Tammie Jo Shults, expiloto de combate de la marina norteamericana. "Perdimos parte de la aeronave así que vamos a tener que desacelerar". También solicitó que en la pista de aterrizaje hubiese personal médico. "Hay heridos entre los pasajeros".

"Pasajeros heridos, OK, ¿hay fuego en el avión?", preguntó una voz masculina del otro lado, según las grabaciones de control de tráfico aérero.

"No, no hay fuego, pero falta parte del fuselaje", dijo Shults antes de hacer una pausa. "Dicen que hay una abertura y que. alguien se cayó."

Efectivamente, este martes el motor del avión de Shults explotó, y las esquirlas del estallido hirieron a siete personas e hicieron volar una ventana por la que cayó un pasajero. Los pasajeros del vuelo con dirección a Dallas se prepararon para el impacto y las máscaras de oxígeno ahogaron sus gritos de terror.

En medio de ese caos, Shults completó exitosamente el aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional de Filadelfia, salvando 148 vidas y evitando una catástrofe aún peor.

"Tiene nervios de acero", le dijo a la prensa Alfred Tumlinson, uno de los pasajeros a bordo del avión. "¡Aplausos para esa señorita! Le tengo que mandar tarjeta de Navidad con un regalo por haberme traído a salvo a tierra. ¡Es una genia!".

Otro pasajero, Diana McBride Self, le agradeció a Shults en Facebook "por su liderazgo y su coraje en esa situación tan traumática". Y agregó que Shults "después se acercó a hablar con cada uno de nosotros personalmente".

"Eso es un verdadero héroe norteamericano", escribió Self. En las redes sociales muchos estuvieron de acuerdo, y hasta compararon a Shults con el capitán Chesley "Sully" Sullenberger, que en 2009 logró acuatizar exitosamente un avión de US Airways sobre el río Hudson, en Nueva York.

Southwest se negó a revelar el nombre de la piloto, pero en las redes sociales los propios pasajeros confirmaron que se trata de Shults, y su suegra se lo corroboró a The Washington Post. El marido de Shults también se lo confirmó a otros medios de prensa. Shults también fue contactada pero prefirió no hacer comentarios.

Su suegra, Virginia Shults, dice que no bien escuchó la voz de la piloto en la transmisión de radio reconoció a su nuera. "¡Esa es Tammy Jo!"

"Era como si ella y yo hubiésemos estado acá hablando tranquilamente", dice Virginia. "Es una persona que trasmite mucha tranquilidad".

Tampoco la sorprendió que Tammie Jo fuese la piloto responsable de un habilidoso aterrizaje. Tanto su suegra como sus amigos la describen como una pionera de la aviación, una mujer dispuesta a romper barreras para alcanzar sus objetivos.

Fue una de las primeras pilotos mujeres de la Marina de Estados Unidos, según la universidad a la que asistió, la Universidad Nazarena MidAmerica, y donde se graduó en 1983. Cindy Foster, compañera de estudios de Tammie Jo, le dijo al Kansas City Star que Shults también fue una de las primeras mujeres en volar un F-18 Hornet para la marina.

"Siempre decía que no iba a permitir que nadie le dijera que no podía lograrlo", dijo Foster.

La constancia de Shults hasta convertirse en piloto se remonta a su infancia en un rancho de Nuevo México, cerca de la base aérea Holloman, según ella misma escribió en el libro Military fly moms ("Aviadoras militares y mamás"), de Linda Maloney.

"Hay gente que crece rodeada de aviación. Yo crecí debajo de la aviación", escribió. Y cuando veía ese espectáculo de aviones en el aire, "simplemente sabía que tenía que volar".

Recuerda haber asistido a una charla sobre aviación durante su último año de secundaria, en 1979. Un coronel retirado empezó la clase preguntándole a Shults, la única chica presente, si se había equivocado de aula.

"Junté el valor de asegurarle que realmente estaba interesada en volar", escribió Shults en el libro. "Me dejó quedarme pero se ocupó de aclararme que no había pilotos profesionales mujeres".

Ya en la universidad, cuando conoció a una mujer que acababa de recibir sus "alas" en la fuerza aérea, "me aboqué a intentar colarme en ese club".

Pero Shults, cuyo nombre de soltera es Bonnell, escribe que la fuerza aérea, "no estaba interesada" en hablar con ella. La marina la dejó postularse para la escuela de candidatos a oficiales de aviación, "pero no parecía haber mucha demanda de pilotos mujeres".

Shults escribe que "finalmente", un año después de dar el examen para aviación en la Marina, encontró un reclutador dispuesto a darle curso a su candidatura. Tras cursar en la escuela de candidatos a oficiales de aviación en Pensacola, Florida, fue asignada piloto-instructora del escuadrón de entrenamiento de la Estación Aeronaval Chase Field, en Beeville, Texas, donde les enseñaba a los estudiantes de aviación a volar un Navy T-2. Luego fue trasladada para volar un A-7 Corsair en Lemoore, California.

Por entonces, conoció a su "caballero de brillante armadura", un colega piloto que se convertiría en su esposo, Dean Shults, quien ahora también es piloto de Southwest Airlines.

Debido a la ley de exclusión de combate, a Tammie Jo Shults se le prohibió volar en un escuadrón de combate. Mientras que su esposo podía unirse a un escuadrón, las opciones de Tammie eran limitadas, como por ejemplo entrenar en guerra electrónica a los barcos y aviones de la marina.

Más tarde se convirtió en una de las primeras mujeres en volar el por entonces flamante avión de combate F-18 Hornet, pero una vez más, desde un rol secundario. "Las mujeres eran nuevas en la comunidad de los Hornet, y ya había señales de fricción".

Sirvió en la marina durante 10 años, hasta alcanzar el rango de capitana. Dejó la marina en 1993, y ahora vive en San Antonio con su esposo y sus dos hijos, un varón adolescente y una hija veinteañera.

Foster, su amiga de la universidad, dijo que Shults "sabía que iba a tener que trabajar el doble que el resto".

"Lo hizo por ella misma y por todas las mujeres que luchan por tener una oportunidad", dijo Foster.

Y su enfoque como madre, según lo que escribió en el libro Military fly moms, refleja un sentimiento similar.

"Nos empeñamos en educar a nuestros hijos para ser líderes, no ovejas", escribió. "Y eso es especialmente importante cuando hay que tomar la decisión correcta y la masa empuja en otra dirección".

Gary Shults, su cuñado, la describe como "una mujer formidable, certera como una estaca".

"Mi hermano dice que ella es el mejor piloto que conoce", dice Gary. "Es una persona muy cariñosa y muy generosa que se ocupa de un montón de gente".

Su suegra también la describe como una cristiana devota, una fe que según ella debe haber contribuido a la calma que demostró en medio de un aterrizaje de emergencia.

"Sé que Dios estaba con ella, y sé que ella estaba hablándole a Dios", dice Virginia Shults.

Sin importar lo que se cruzase por su cabeza al completar el aterrizaje, lo cierto es que Tammie Jo Shults hasta se hizo tiempo para hablar con la torre de control: "Gracias. gracias chicos, por la ayuda".

Traducción de Jaime Arrambide

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