Once estadounidenses que viajaban en el avión de Aeroméxico accidentado hace una semana sin dejar muertos demandaron en las últimas horas a la aerolínea y se sumaron a la que presentó otro norteamericano hace cuatro días.
La firma Corboy & Demetrio (C&D) anunció que también representará a tres familias y un hombre que viven en Chicago y que iban a bordo de la aeronave que perdió el control poco después de salir del aeropuerto internacional Guadalupe Victoria de Durango con destino a la Ciudad de México.
"Los pasajeros representados incluyen una abuela, su hija y sus dos nietas menores, una madre y su hijo, una pareja y sus dos hijos menores, y otra persona. Todos son residentes de Chicago", detalló el bufete en un comunicado.
Según Thomas Demetrio, uno de los cinco juristas demandantes que cuentan con gran experiencia en este tipo de casos, "todas las personas en el vuelo tienen derecho a saber exactamente qué causó el accidente".
"Un avión no se cae del cielo por un simple aguacero", indicó el abogado al referirse a las difíciles condiciones climáticas que había en Durango en el momento del accidente.
Los abogados consideraron además que aunque el "clima es un factor", la operaciones "del vuelo dependen de cómo la aerolínea y los pilotos monitorean el estado y responden a esas condiciones".
El primero en demandar el pasado viernes fue un profesor de 43 años residente de Northlake, ciudad ubicada a 20 kilómetros de Chicago, que también está siendo representado por C&D.
A bordo del avión viajaban cuatro tripulantes y 99 pasajeros de los cuales 65 eran estadounidenses -algunos de origen mexicano-, 32 mexicanos, un español y una colombiana.
Aunque las causas del accidente están bajo investigación, el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, afirmó que se presume que el avión se desestabilizó en el despegue por fuertes ráfagas de viento.
