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31/01/2018 - La Nación - Nota

Disputa de alto vuelo: la guerra de los aviones termina en empate




Sandro Pozzi

Airbus se anotó 1109 pedidos netos de aviones en 2017 de 44 clientes. Boeing cerró el año con 912 unidades por parte de un total de 71 clientes. En ambos casos, les sirve para asegurar a los inversores que siguen logrando amasar ventas. Se mire por donde se mire, dicen desde los dos mayores fabricantes de aviones del mundo, fue un año muy bueno.

En cuanto a las entregas, ahí Boeing es la ganadora: en total ensambló 763 aviones. Supera por uno el récord de 2015. Así además amasa 5864 aviones en cartera por valor de 134.800 millones de dólares. Es suficiente para cubrir siete años de trabajo. Por su parte, Airbus entregó 718 unidades durante el año (frente a las 688 realizadas en 2016) y va a elevar la producción del A320 en la planta que tiene cerca de Pekín, una de las cuatro que opera en todo el mundo.

El pasado fue el último año con John Leahy al frente de las ventas de Airbus. No fue fácil. A la amplia ventaja que tenía Boeing en los pedidos y los problemas de producción, se le sumó la investigación en Francia y el Reino Unido por sus prácticas comerciales. Pese a ello, los títulos del consorcio europeo están en sus niveles máximos. También los de su rival Boeing, el valor que mejor rindió en Wall Street.

Airbus iba bastante rezagada hasta que sorprendió con más de 500 pedidos en solo 24 horas. Fue un récord para la industria. Entre los contratos se encontraba el de 430 aviones del modelo de pasillo único A320Neo para el fondo Indigo Partners, que se repartirá entre cuatro aerolíneas. Después sumó otros contratos por 275 aviones, que incluyen 100 unidades para la aerolínea norteamericana Delta Air Lines.

La remontada en las ventas de Airbus es calificada por los analistas del sector de la aviación de sorprendente. Dos terceras partes del negocio lo hizo con 2017 llegando ya a su fin. El impulso final fue suficiente para batir a Boeing.

Esta rivalidad los está forzando, además, a ofrecer importantes descuentos cuando los pedidos son muy grandes. Un mayor volumen permite reducir costos, pero puede afectar el margen de beneficio con que opera la empresa.

Boeing acumulaba en los primeros nueve meses del año ingresos por valor de US$ 41.260 millones en la división de aviones comerciales. La cifra representa una caída del 5% respecto del mismo período del año anterior. El beneficio operativo en ese segmento de negocio, sin embargo, ascendió 3020 millones de euros, que multiplicó por cuatro.

En el caso de Airbus, la cifra de negocio por la venta de aviones comerciales mejoró un 4%, hasta los 32.643 millones de euros que le aportaron un beneficio de 1520 millones, que duplicó.

La lucha se concentra en los aviones pequeños, los más populares entre las aerolíneas que operan rutas cortas. Boeing recibió 745 pedidos de B737. Airbus sumó 1054 pedidos del A320. El consorcio europeo acaba de firmar además una alianza con la compañía canadiense Bombardier para fabricar su CSeries en la planta que opera en el estado de Alabama.

Boeing, por su parte, negocia con la empresa estatal brasileña Embraer cómo fusionar sus operaciones.

En el segmento de los aviones de largo recorrido, Boeing se impone con claridad a Airbus en una relación tres a uno. La estrella en la categoría de los bimotores de doble pasillo es el B787 Dreamliner, que tuvo su mejor año desde 2013 con un total de 94 pedidos el pasado ejercicio. Es el segundo avión más vendido en esta categoría, por delante de los 60 aviones de la familia B777.

Las dudas persisten sobre los programas B747 y A380, los modelos más grandes. Las aerolíneas estadounidenses dejaron de operar el icónico jumbo de Boeing el año pasado. Y el futuro del enorme A380 está en el aire: el jefe comercial de Airbus, John Leahy, adelantó hace unos días que si no llegan nuevos encargos, no tendrán otra opción que dejar de fabricar este modelo.

Boeing, por su parte, tiene 12 aviones B747 en cartera, frente a 28 hace un año. Es suficiente para dos años de producción. Randy Tinseth, responsable comercial de la compañía de Chicago, dice que la buena noticia es que el crecimiento económico está alimentando la demanda de aviones para el tráfico de mercancías. La cuestión es saber cuándo sus clientes se sentirán cómodos para comprometerse a comprar.

El mercado de los pequeños aviones, dicen los fabricantes, sigue siendo muy sólido y esperan que el tráfico de pasajeros crezca un 5 por ciento durante este año.

También señala que los nuevos aviones generaron durante los últimos tres años beneficios a sus clientes superiores a los que se registraron en las tres décadas precedentes, gracias a que son más eficientes, flexibles y fáciles de mantener.

Condiciones favorables

Más allá de su disputa interna, los dos fabricantes de aviones coinciden en destacar el buen momento que atraviesa su mercado, impulsado especialmente por la demanda de los modelos que operan las rutas más cortas.



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