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18/03/2018 - Nuestras voces



Las mentiras de Dietrich

El Ministro de Transporte Guillermo Dietrich permitió que la base aérea El Palomar sea operada como aeropuerto para las llamadas low cost a pesar de haber sido declarada Sitio de la Memoria. El diputado Adrián Grana asegura que Dietrich miente: “Mintió en diciembre cuando le pregunté si estaba hecho el estudio de impacto ambiental y dijo que sí (se presentó un mes después) y mintió esta semana cuando dijo que la casa ubicada dentro del predio no fue demolida”.

Usted, Sr. ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, me trató de mentiroso cuando le manifesté que las obras y demoliciones realizadas en el aeródromo de Palomar violaron la ley 26.691, que protege a ese predio como Sitio de la Memoria.

Es preocupante esta aseveración injuriosa de su parte, ya sea por pura desinformación o directa intención de faltar a la verdad. En los dos casos es muy grave para un funcionario de su nivel. Antes de acusar ligeramente a los diputados que trabajamos para representar los intereses de quienes nos votaron debería encargarse de monitorear o estar al tanto de las obras que su cartera mandó realizar en la base aérea militar del Palomar, con sugestiva premura, para que comenzara a operar la línea low cost FlyBondi, pese al rechazo de la comunidad, de expertos en aeronáutica y a la inconsistente capacidad operativa que nunca pudo disimular la empresa desde un inicio y que hoy se manifiesta en la sucesión de incidentes e irregularidades en la prestación del servicio.

Esos trabajos se hicieron violando de punta a punta la ley 26.691, que declara Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado a “los lugares que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio o donde sucedieron hechos emblemáticos del accionar de la represión ilegal desarrollada durante el terrorismo de Estado ejercido en el país hasta el 10 de diciembre de 1983”.

Como le dije en dos oportunidades cuando vino a la Cámara de Diputados, se trata de sitios que en términos arquitectónicos deben preservarse porque son prueba del accionar del terrorismo de Estado y por ende, parte de la reconstrucción de nuestra historia. Sirve como ejemplo el de la ex Mansión Seré, también conocida como Centro Clandestino de Detención (CCD) Atila, que funcionara en el hoy polideportivo municipal de Morón Gorki Grana. Este CCD dependía de la VII brigada aérea de Morón. Producto de la preservación y posterior investigación que se llevó a cabo en los restos dinamitados del edificio, se pudo establecer la responsabilidad de la Fuerza Aérea en el circuito represivo de la zona Oeste. En su caso, la I Brigada Aérea de El Palomar fue un CCD importante en el sistema operacional de la Fuerza Aérea en la represión ilegal y desaparición de ciudadanos, del cual salían los llamados “Vuelos de la Muerte”.

La ley que lo declara Sitio de la Memoria, sancionada en 2011, establece que la autoridad de aplicación, la Secretaría de Derechos Humanos, debe “garantizar la preservación de los lugares”. Además “publicar la nómina de inmuebles identificados hasta la fecha, informando a todas las provincias y municipios y a la ciudadanía en general, el alto valor que tiene para nuestro país preservar la memoria de las graves violaciones a los derechos humanos” y también entre otros puntos “solicitar a los entes nacionales en cuya jurisdicción revistan los inmuebles enunciados en el artículo 3º, la cesión provisoria de espacios adecuados para el desarrollo de las actividades de difusión, promoción, preservación e investigación”.

Nada de eso se cumplió. Las obras se realizaron de manera clandestina, de noche, sin cartel de obra y sin dar conocimiento a la autoridad de aplicación, y así se demolió el chalet que se levantaba en el ingreso a la base. En esa casa se recibía a los detenidos-desaparecidos secuestrados por la dictadura cívico-militar y se los derivaba a una sala para interrogarlos, es decir, torturarlos, según consta en los testimonios de quienes fueron víctimas sobrevivientes de ese horror. Sería oportuno Sr. ministro, si no se digna a ir al lugar donde ordenó estas obras, que observara las fotos que se adjuntan en este texto, tomadas en diciembre de 2017.

En la primera se ve, detrás del vallado custodiado, el mencionado chalet en proceso de desmantelamiento (sin parte del techo). En la siguiente, una construcción completamente diferente, montada en el lugar donde había estado ese chalet, tomada el día de una inspección ocular ordenada por la justicia a raíz de los amparos presentados por vecinos de Hurlingham. En uno de ellos, patrocinado por Iris E. Pereyra de Avellaneda, Co-Presidenta de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, y Patricia Danna, Presidenta de la Asociación de Derechos Humanos de Hurlingham, se aporta las pruebas que demuestran que el sitio estaba siendo “destruido y alterado a través de obras ilegales, en absoluta violación de la ley 26.691” y se denuncia al presidente y varios funcionarios, entre ellos usted.

En el plenario de comisiones del martes 13 de marzo, donde entre otras cosas debíamos tratar el vergonzante e ilegal mega DNU N° 27 del 2018 del presidente Mauricio Macri, usted me adjudicó la intención de calumniar solo para poner “palos en la rueda” e interrumpir el supuesto magnífico beneficio que este aeropuerto comercial traería a los habitantes locales. Pero el único mentiroso en este episodio es usted, ministro. Mintió en diciembre cuando le pregunté si estaba hecho el estudio de impacto ambiental y dijo que sí (se presentó un mes después) y mintió esta semana cuando dijo que la casa no fue demolida. Usted no puede desconocer las leyes vigentes, ni las implicancias de las obras que realiza su ministerio.

Me gustaría creer que todo esto se debe solo a la ineficiencia suya y del ministerio que tiene a su cargo, pero creo que este incumplimiento se debe a una práctica que ya es un modus operandi de la gestión de Mauricio Macri: si la ley es un estorbo para los negocios, sencillamente no la cumplen. Usted es el ministro de Transporte de la República Argentina y debe desde su función velar por los intereses de los más de 40 millones de argentinos y argentinas, en lugar de oficiar como vocero de las empresas de los amigos de su gobierno. Porque, digámoslo, en esa sesión en que además se me cercenó mi derecho como representante electo por el Pueblo de manifestar mi posición al cortárseme la señal del micrófono en forma arbitraria y discrecional, estaba usted mucho más atento a justificar y minimizar las irregularidades, los movimientos comerciales y operativos de FlyBondi, que de las reformas ilegalmente realizadas en el predio de la 1° base aérea del Palomar, a juzgar por el tenor de sus respuestas a los legisladores que estábamos ahí presentes.

Además de mentir, ministro Dietrich, en dicha sesión usted dejo al desnudo, con su nerviosismo y sus evasivas, el rol que le asignó el presidente cuando lo ungió como ministro: ser el ejecutor incondicional y a cualquier costo de los caprichos del presidente para entregar en bandeja negocios a las empresas de sus amigos, algo a lo que su gobierno nos tiene, lamentablemente, acostumbrados desde que asumió en diciembre de 2015.

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