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PLANES PREVENTIVOS

¿QUÉ ES EL DENGUE?

El dengue es una enfermedad infecciosa causada por el virus del dengue, del género flavivirus, y que es transmitida por mosquitos, principalmente por el mosquito Aedes aegypti. La infección causa síntomas gripales, pero en ocasiones evoluciona hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado dengue grave o dengue hemorrágico. Tanto la fiebre como el dengue hemorrágico son causados por este virus, del cual se han descrito 4 serotipos distintos, cada uno con propiedades para producir la enfermedad. Es una enfermedad muy extendida, ya que todas las regiones tropicales y subtropicales del planeta la padecen

Transmisión:

El vector principal del dengue es la hembra del mosquito Aedes aegypti infectada, quien transmite los virus a los seres humanos por medio de la picadura.

Este mosquito es una especie principalmente diurna, con mayor actividad a media mañana y poco antes de oscurecer, que vive y deposita sus huevos en el agua, donde se desarrollan la larvas, a menudo a los alrededores o dentro de la misma casa, en jarrones, tarros, neumáticos viejos y cualquier objeto que pueda tener agua estancada, por lo que se suele afirmar que el mosquito que nos pica es el mismo que nosotros hemos criado.

El dengue también se puede transmitir por vía sanguínea, es decir por la sangre o sus derivados contaminados y por la donación de órganos. El contagio vertical (de la madre al hijo) durante la gestación o en el parto, también han sido descritas.

Las personas infectadas son los portadores y multiplicadores principales del virus, y los mosquitos se infectan al picarlas. Tras la aparición de los primeros síntomas y entre los 4 y los 12 días siguientes las personas infectadas pueden transmitir los virus a los mosquitos Aedes.

Patogenia:

Cuando un mosquito infectado que lleva el virus del dengue pica a una persona, el virus entra en la piel junto con la saliva del mosquito y se une y entra en los macrófagos donde se reproduce mientras éstos viajan por todo el cuerpo. Los macrófagos (gran comedor) o fagocitos son células inmunitarias cuya función principal es la de fagocitar todos los cuerpos extraños que se introducen en el organismo, como las bacterias y las sustancia de deshecho de los tejidos.

Cuando los virus se introducen en los macrófagos éstos responden produciendo proteínas de señalización e inflamación para activar el sistema inmune, como quininas e interferón, los cuales son los responsables de los síntomas, como la fiebre, el dolor y los demás síntomas gripales. Como vemos, el virus no es directamente el agente lesivo, sino que los síntomas son debidos a la respuesta inmune del organismo.

En las formas graves, otros órganos pueden verse afectados, como el hígado y la médula ósea, situaciones que se presentan cuando existe una segunda exposición a un serotipo diferente del dengue de la primera exposición. Además, éstas formas graves, suelen producir una disfunción de los endotelios (tejido que cubre la cara interna de todos los vasos sanguíneos), responsables de las hemorragias.

Por lo expuesto, se puede afirmar que la prevención y el control del dengue dependen exclusivamente de las medidas eficaces de lucha contra el vector transmisor: el mosquito.

Cuadro clínico:

La enfermedad, a pesar de ser una sola, tiene dos formas de presentación: dengue y dengue grave.

En el dengue, el 80 % de los casos aproximadamente, aparece solo un cuadro gripal después de un período de incubación de 2 a 8 días, por lo que la enfermedad suele ser leve o pasar desapercibida. No obstante, el cuadro clínico de la fiebre dengue y la presentación de las diversas manifestaciones y complicaciones de la enfermedad varía de un paciente a otro por lo que podemos observar, dolores de cabeza y dolor intenso en las articulaciones (artralgia) y músculos (mialgia), por lo que al dengue también se la ha llamado “fiebre rompehuesos” (aunque los mismos no se rompan), inflamación de los ganglios linfáticos y erupciones puntiforme en la piel de color rojo brillante (petequias), que suelen aparecer en las extremidades inferiores y el tórax desde donde se extiende para abarcar gran parte del cuerpo.

Las formas graves de dengue se caracterizan por aumento en la permeabilidad capilar, por lo que parte del líquido, y proteínas de la sangre se extravasan al tejido extracelular, a lo cual se le suman problemas de coagulación, a la vez que se produce la necrosis de células infectadas, todo lo cual es causado por la respuesta inmune frente al virus.

Otras manifestaciones menos frecuentes incluyen:

• Gastritis.

• Estreñimiento o diarrea

• Náuseas y vómitos.

• Complicaciones renales y hepáticas.

Los signos de alarma en un paciente con dengue que pueden significar un colapso circulatorio inminente, incluyen:

• Distensión y dolor abdominal

• Sangrado de la nariz.

• Gingivitis o sangrado de las encías.

• Frialdad de manos y pies y palidez extrema.

• Sudoración profusa.

• Somnoliencia e irritabilidad.

• Taquicardia e hipotensión arterial.

• Convulsiones.

• Dificultad respiratoria.

• Edemas periféricos.

• Trombocitopenia (disminución de las plaquetas en sangre).

• Manifestaciones de daño de órgano (hepatopatías, miocarditis, endefalitis, etc)

Diagnóstico:

Para facilitar los diagnósticos debemos tener en cuenta algunos criterios:

I) La definición de caso probable de dengue tiene los siguientes criterios: fiebre de hasta 7 días de duración sin una causa aparente que la origine, asociado a la presencia de dos o más de los siguientes síntomas o signos:

• Cefaleas.

• Dolor retroocular

• Mialgias

• Artralgias

• Postración.

• Exantema.

• Hemorragias leves.

II) La definición de dengue grave se agrega:

• Hemorragias severas que conducen al shock o acumulación de líquidos entre los tejidos (edemas).

• Dificultad respiratoria.

• Afectación severa de órganos: hígado, corazón, cerebro etc.

Diagnóstico de laboratorio:

I) Métodos directos:

• aislamiento viral: realizado con una prueba en el suero durante las primeras 72 horas.

• RCP: detección del ácido nucleico.

• NS1: detección de una proteína de la cápsula viral.

II) Métodos indirectos: IGM dengue: detección del anticuerpo en sangre. Debe realizarse después del quinto día de la enfermedad.

III) Otros hallazgos de laboratorio:

• Leucopenia (disminución de los glóbulos blancos).

• Trombocitopenia (disminución de las plaquetas).

• Hipoalbuminemia (disminución de las albúminas sanguíneas).

• Aumento del hematocrito (porcentaje de glóbulos en sangre) como consecuencia del sangrado y extravasación de líquidos.

Tratamiento:

No existe una vacuna ni un tratamiento especifico para esta enfermedad, pero si uno basado en las manifestaciones clínicas y las nuevas guías de la OMS que establecen tres grupos terapéuticos:

• Grupo A: pacientes que pueden ser enviados a su casa porque no tienen alteración hemodinámica, no pertenecen a un grupo de riesgo ni tienen signos de alarma. El manejo se basa en el aumento de la ingesta de líquidos orales y tratar el dolor y la fiebre. Es importante que no se administre aspirinas y otros antiinflamatorios no esteroides los que pueden producir o incrementar la hemorragia. En su lugar debe administrarse paracetamol.

• Grupo B: pacientes con signos de alarma o pertenecen a grupos de riesgo. Requieren hospitalización de no menos de 72 horas para reponer líquidos endovenosos, monitoreo estricto de signos vitales, diuresis y medición del hematocrito.

• Crupo C: pacientes con diagnóstico de dengue grave, que requieren se internados en una Unidad de Cuidados Intensivos.

Medidas preventivas y profilaxis:

1. La eliminación del mosquito Aedes aegypti es la primera y principal herramienta para prevenir la enfermedad.

2. Asimismo, se debe impedir la reproducción del mosquito, para lo cual es fundamental evitar la permanencia de aguas estancadas dentro y fuera de la casa y tapar correctamente aquellos contenedores de agua que no puedan evitarse. Recordar que es en el agua donde las hembras de los mosquitos ponen sus huevos y se reproducen

3. Se debe proceder a efectuar la consulta médica ante la aparición de los primeros síntomas que hagan sospechar la infección con el virus del dengue.

4. Es fundamental aislarse del mosquito, teniendo especial énfasis en los cuidados que deben brindarse a los niños más pequeños y aquellas personas convalecientes (grupo de riesgo)

5. Es primordial la instalación de mallas metálicas en puertas y ventanas exteriores que impidan el ingreso de los mosquitos a la vivienda.

6. Es asimismo importante usar de gacevos de tela mosquitera o tul sobre las cunas y camas para evitar las picaduras de los mosquitos.

7. Dado que el mosquito Aedes aegypti es de hábitos diurnos el uso de repelentes contra los mosquitos deben aplicarse durante el día en las zonas cubiertas o no cubiertas por la ropa.

8. Si padece o cree estar afectado por el virus del dengue no se automedique con aspirinas.

Recordar que: La prevención y el control del dengue dependen exclusivamente de las medidas eficaces de lucha contra el vector transmisor: el mosquito.

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