La hepatitis es la inflamación del hepatocito, o sea, de la célula hepática, o más genéricamente, es un trastorno inflamatorio del hígado.
Las causas de las hepatitis pueden ser:
Tóxicas: originadas por el alcohol y un gran número de medicamentos, como por ejemplo, la isoniazida, metotrexate, paracetamol, etc. Traumáticas Por déficit de irrigación sanguínea Hereditaria, como la fibrosis quística, etc. Infecciosas, producida por parásitos, bacterias o virus hepatotropos. Las hepatitis virales son: la hepatitis A, la hepatitis B, la hepatitis C, la hepatitis d y la hepatitis E.
La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Esta hepatitis constituye un grave problema de salud a nivel mundial y puede causar tanto un cuadro agudo como una hepatopatía crónica, la que conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis o cáncer de hígado.
Transmisión
El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del organismo hasta siete días, perído en el cual puede contagiar a otra persona, y el período de incubación de la enfermedad es de aproximadamente 75 días.
El contagio se puede producir a través del contacto con sangre o fluídos corporales (semen, flujos vaginales y saliva) de una persona que tenga el virus. El virus puede detectarse entre 30 y 60 días después de la infección, pero puede persistir y dar lugar a una hepatitis crónica.
La exposición puede ocurrir después de un pinchazo con una aguja o con objetos cortopunzantes contaminados o si hay contacto con la sangre u otro fluído corporal con la boca, los ojos o la piel.
Las personas que tienen riesgo de contraer la hepatitis B son la que:
- Tienen relaciones sexuales sin protección con una persona infectada, sea homo o heterosexual.
- Reciben transfusiones de sangre o tienen contacto con sangre en el trabajo (el caso de los trabajadores de la salud)
- Son sometidas a hemodiálisis (insuficiencia renal)
- Se hacen tatuajes o acupuntura con agujas contaminadas
- Comparten agujas durante el consumo de drogas
- Comparten artículos como máquinas de afeitar o cepillo de dientes con una persona que tiene el virus
8- Nacieron de una madre infectada por el virus de la hepatitis B
- Los que se someten a un procedimiento médico quirúrgico u odontológico.
Síntomas
Durante la fase aguda muchos de los infectados no presentan síntomas. No obstante otros pacientes pueden tener manifestaciones que suelen durar varias semanas con síntomas que son comunes a otros cuadros virales, como ser: cefaleas, fiebre, fatiga extrema, náuseas, vómitos, dolor abdominal, inapetencia, dolor en las articulaciones y los músculos, diarrea, etc.
Otros indicios que pueden orientar a pensar en una hepatitis son el tinte ictérico en la piel y las conjuntivas (color amarillento), orina oscura (coluria), heces blancas (acolia) y la anamnesis (interrogatorio) de paciente que relate posibles exposiciones riesgosas.
Fase crónica: los síntomas pueden desaparecer al cabo de algunas semanas si su cuerpo es capaz de combatir la infección, pero algunos pacientes nunca se libran del VHB, con lo que pasan a la hepatitis crónica. Estos pacientes pueden o no ser sintomáticos, pero algunos desarrollan daño hepático crónico con insuficiencia hepática, y podrán llegar a la cirrosis hepática o cáncer de hígado.
Diagnóstico
Las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la hepatitis B de otras hepatitis virales, por lo que es fundamental la confirmación del diagnóstico por el laboratorio. Para ello se disponen de pruebas que permiten distinguir si se trata de infecciones agudas o crónicas y realizar un correcto seguimiento del paciente.
Tratamiento
La hepatitis B aguda, si no se presenta con complicaciones, no requiere ningún tratamiento específico, pero debe respetarse el reposo físico, una dieta libre de alcohol, sustancias grasas, condimentos picantes, frituras y pocas carnes rojas y los medicamentos nocivos para el hígado. Deberá consumir frutas frescas, abundante agua y alimentos ricos en glucosa.
Para la fase crónica de la hepatitis se cuentan con medicamentos específicos contra el VHB. Además se deberán tratar los síntomas de la enfermedad hepática, los que serán más estrictos cuanto más avanzada se encuentre la patología.
Prevención
La vacuna contra la hepatitis B es el principal pilar de la prevención de esa enfermedad. La OMS (Organización Mundial de la Salud) aconseja vacunar a todos los recién nacidos antes de las 24 horas de vida, tratamiento que se complementará con dos dosis posteriores. Con esta serie de vacunas se logra generar anticuerpos que alcanzan niveles de protección superiores al 95% en lactantes, niños y adultos jóvenes, considerándose que la protección será permanente.
No obstante esta recomendación y dado que últimamente se observa que muchos adultos de más de 20 años contraen la enfermedad, los distintos gobiernos del mundo aconsejan vacunar a toda la población y no sólo a aquellos incluidos dentro de los grupos de riesgo. El esquema de vacunación consta de 3 dosis: la inicial, la segunda al mes y la tercera a los seis meses de la primera.
