Carga aérea: la Cenicienta que llevó alivio a la industria
Lejos del glamour del transporte de pasajeros, la carga aérea siempre ocupó un lugar secundario en las informaciones del sector. Sin embargo, en medio de la crisis ocasionada por el Covid-19 es la que colabora de modo decisivo para que los catastróficos números de la industria sean menos malos.
Las cifras de mayo, que publicó la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), muestran una ligera mejora en el mercado de la carga aérea y confirman los indicios de que abril pudo haber sido el mes en el que la industria “tocó fondo”.
“La demanda de carga aérea disminuyó en más de un 20% en comparación con 2019. Y con la mayor parte de la flota de pasajeros en tierra, la capacidad se redujo 34,7%. La brecha entre la demanda y la capacidad muestra el desafío de encontrar el espacio en la aeronave que aún vuela para llevar los productos al mercado. Para ello, las perspectivas para la carga aérea siguen siendo más fuertes que para el negocio de los pasajeros, pero el futuro es muy incierto. La actividad económica se está recuperando de los mínimos de abril a medida que algunas economías se desbloquean. Pero predecir la duración y la profundidad de la recesión sigue siendo difícil”, estimó Alexandre de Juniac, Director General y CEO de IATA.
Con más del 95% de los aviones de pasajeros en tierra, la necesidad de “fabricar espacio” para atender la creciente demanda de insumos de todo tipo por el Covid-19, hizo que la carga viajara en primera: la imagen de uno de los aviones de El Al Israel Airlines, la aerolínea nacional de Israel, transformado en carguero.
Dimensión del impacto
Observar lo que pasó en el primer cuatrimestre del año permite tener una idea clara del dramático impacto de la pandemia en los diferentes eslabones de la actividad.
El relevamiento realizado por el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, por su sigla en inglés) muestra el comportamiento tanto en pasajeros como en carga:
Tráfico mundial de pasajeros. En abril se redujo 94,4% (una cifra sin precedentes). El registro se dio tras una disminución de 55,9% en marzo. Se trata de la peor caída del número de pasajeros a nivel mundial en la historia de la industria de la aviación.
En el primer cuatrimestre de 2020, la caída general del tráfico de pasajeros fue de 41,8% y no se avizoran signos de recuperación constante en los próximos meses.
Caídas que superaron 95%
En abril, los principales mercados regionales registraron disminuciones superiores al 95% de su tráfico de pasajeros, salvo en Asia y el Pacífico, donde el segmento nacional empezó a mostrar una frágil señal de recuperación.
A nivel global, la región de Asia y el Pacífico registró un descenso de 87,7% en comparación con el año pasado.
El tráfico internacional de pasajeros casi se interrumpió por completo.
Los mercados nacionales de pasajeros también se vieron gravemente afectados por la crisis generada por el Covid-19.
Los aeropuertos como estacionamientos de aviones, una inusual postal que dejó la pandemia de Covid-19
América del Norte, el segundo mercado nacional más grande del mundo, se vio duramente afectado con una pérdida del 95% de su volumen de tráfico.
Por el contrario, el inicio de una recuperación del mercado interno chino, así como de otros países como Australia, contribuyó a que Asia Pacífico registrara el descenso más bajo, pero aún muy significativo, de 81% en abril en comparación con el mismo mes del año pasado.
Fletes aéreos
Tráfico mundial de mercancías. En abril la caída aún no era tan significativa en comparación con el mercado de pasajeros. Los volúmenes mundiales de carga aérea disminuyeron 22,6% respecto del mismo mes del año pasado, lo que se tradujo en una caída de 10,8% en los cuatro primeros meses de 2020.
El impacto del virus fue grave en los principales mercados para el transporte de mercancías, excepto en América del Norte, que registró un caída sustancialmente menor (-4,5%) en los volúmenes totales de carga mitigada por un aumento del tráfico interno de 3,3%. Sin embargo, el mercado de fletes internacionales de América del Norte sigue mostrando signos de debilidad (en abril cayó 16%).
De acuerdo con los números del ACI, se registraron pérdidas importantes en América Latina y el Caribe (-44,5%); África (-45,8%) y Oriente Medio (-47,6%).
Mientras que Asia-Pacífico (-26%) y Europa (-26,5%) estuvieron en línea con las pérdidas de volumen global.
El mercado de fletes aéreos internacionales siguió adentrándose en territorio negativo en abril con una pérdida del -26,4% en comparación con la disminución del mes anterior del -15,7% en marzo.
Transformismo aéreo
Claramente, a pesar de todo, los volúmenes de carga aérea mundial no se vieron afectados en la misma medida que el tráfico de pasajeros.
De hecho, durante este tiempo se vio una masiva “transformación” de aviones de pasajeros en cargueros temporales, lo que resultó clave para transportar envíos urgentes y suministros vitales, tanto médicos como bienes para evitar que la economía mundial se congelara por completo.
A pesar de la mejoría registrada en mayo, desde IATA advierten que la capacidad sigue siendo incapaz de satisfacer la demanda como resultado de la pérdida de las operaciones de carga “en la panza de los aviones de pasajeros”, que en gran medida siguen en tierra.
La demanda mundial, medida en toneladas-kilómetro de carga (CTK), disminuyó 20,3% en mayo (-21,5% para las operaciones internacionales) en comparación con el año anterior. Eso supone una mejora con respecto a la caída interanual del 25,6% registrada en abril.
Reducciones por doquier
La capacidad mundial, medida en toneladas-kilómetro de carga disponibles (TCA), se redujo 34,7% en mayo (-32,2% para las operaciones internacionales) en comparación con el año anterior, lo que supone una ligera desaceleración con respecto a la caída interanual de 41,6% registrada en abril.
Aunque los números de mayo confirmarían una incipiente reactivación, y que abril sería el peor mes para el sector aéreo, nadie se anima a asegurar que la recuperación sea definitiva.
La capacidad de carga aérea internacional se redujo 66,4% en mayo en comparación con el año anterior, debido al cierre de fronteras y la disminución de servicios de pasajeros (una ligera mejoría respecto a la caída interanual de 75,1% en abril).
El factor de carga (CLF) aumentó 10,4% en mayo (leve descenso desde el aumento de 12,8% en abril). Sin embargo, la magnitud del aumento sugiere que todavía hay una demanda acumulada de carga aérea que no puede satisfacerse debido a la continua paralización de muchos vuelos de pasajeros.
Por último, IATA informó que los pedidos de exportación mundiales siguen disminuyendo, pero a un ritmo más lento: el índice de directores de compras (PMI) que sigue las nuevas órdenes de exportación de manufacturas mejoró desde el punto más bajo registrado en abril, a pesar de permanecer en un territorio de contracción.
Parálisis casi total
“Abril fue devastador para la industria de la aviación ya que el transporte aéreo mundial casi se detuvo por completo a raíz de las decisiones de los gobiernos nacionales de aplicar estrictas medidas de confinamiento en la segunda semana para contener el brote de Covid-19, lo que afectó gravemente el movimiento de pasajeros”, dijo el flamante Director General del ACI, Luis Felipe de Oliveira.
El brasileño asumió la conducción de ACI en junio, tras haberse desempeñado como Director General de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).
El ACI nació en 1991, cuando los operadores de aeropuertos de todo el mundo crearon la primera asociación mundial que representa sus intereses comunes y fomenta la cooperación con socios de toda la industria del transporte aéreo.
El Consejo Internacional de Aeropuertos -que presta servicios a 668 miembros que operan 1979 aeropuertos en 176 países-, es una organización sin fines de lucro cuyo principal objetivo es promover los intereses de los aeropuertos y fomentar la excelencia profesional en la gestión y las operaciones aeroportuarias.
Planificación coordinada
Más allá de lo que pasó y pasa en el sector, de Oliveira se mostró en estos días particularmente interesado en planificar acciones coordinadas que permitan el reinicio de la actividad para evitar lo que ocurrió en el comienzo de la pandemia, cuando cada país aplicó sus propias reglas.
De Oliveira también aprovechó para levantar la voz por sus representados: los aeropuertos.
“Los aeropuertos, al igual que otros sectores de la industria, necesitan ayuda y asistencia urgentes para ayudarlos a reiniciar sus operaciones, navegar por las ramificaciones económicas de largo alcance de la crisis y sentar las bases de una recuperación equilibrada”, comentó antes de referirse a eventuales medidas gubernamentales.
“Toda política que apoye la reducción de los ingresos procedentes de los aeropuertos o una exención general de las franjas horarias perjudicará la capacidad de los aeropuertos para dirigir la recuperación de la industria, que incluye varios sectores que trabajan en ese ecosistema. Los aeropuertos siguen enfrentándose con altos costos fijos”, explicó de Oliveira.
Aumento de los costos
Y entonces, el Director General del ACI se refirió a otro de los puntos que genera controversia en el sector: el aumento de los costos relacionados con las medidas de salud en los terminales aeroportuarias.
En la organización insisten con que es fundamental contar con la asistencia de los gobiernos para hacer frente a esos costos extra ya que se trata de salvaguardar las operaciones esenciales y proteger millones de puestos de trabajo.
En ese sentido, ACI junto con IATA hicieron un pedido público para que “el costo de cualquier medida sanitaria que se requiera sea sufragado por los gobiernos”.
A pesar de que los números de mayo inviten a creer que lo peor ya pasó, la recuperación sigue siendo muy incierta en medio de los rebrotes en varios países del hemisferio Norte y de la prolongación de los cierres de fronteras en buena parte de América latina y el Caribe, hoy epicentro de la pandemia.
Por ahora, no queda más que esperar… y cruzar los dedos.