DIABETES INFANTO JUVENIL

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La diabetes, o diabetes mellitus (DM) es una enfermedad en que los niveles de glucosa (azúcar) en sangre están elevados. La DM infanto juvenil puede aparecer a partir de las primeras semanas hasta la tercera década de vida, aunque es en el periodo de 5 a 7 años, y durante la pubertad, cuando la enfermedad tiende a ser más común. Cuando los niveles de glucosa que circulan por la sangre presentan un aumento importante, hablamos de un incremento en el índice de glucemia.(1)

La diabetes infantil o infanto juvenil, es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia. Antiguamente era una enfermedad propia de adultos, pero con el crecimiento del índice de obesidad infantil, asociado a una vida sedentaria y a los malos hábitos alimenticios, se produjo aumento de los casos de DM 2 en estos grupos etarios. La diabetes infantil supone entre el 10 y el 15 por ciento del total de la diabetes y se caracteriza por una alteración en la producción de la hormona insulina por el páncreas o por una resistencia a la acción de la insulina, que es la que permite al organismo transformar la glucosa en energía, promoviendo así un buen funcionamiento del cuerpo humano. La cantidad de insulina liberada depende del azúcar que se ingiere, pues si consumimos alimentos ricos en carbohidratos (patatas, azúcar, pasta, arroz, galletas, etc.), estaremos exigiendo al páncreas a liberar más insulina.

TIPOS DE DIABETES:
Hay 2 tipos de diabetes mellitus: la tipo 1 (DM 1) o insulino dependiente y la tipo 2 (DM 2) no insulino dependiente. La DM 1 se caracteriza por la destrucción parcial o total de las células B de Langerhans del páncreas, con la consiguiente incapacidad para producir insulina. La DM 2 se relaciona con la insulinorresistencia, situación en la cual concentraciones normales de insulina no logran cumplir sus efectos biológicos.

Los datos en nuestro país son antiguos y parciales e informan una incidencia anual de la DM1 de alrededor de 9 cada 1.000.000 chicos menores de 15 años. Es decir, que en el período de 1 año y sobre una población de 1.000.000 de chicos, 9 van a desarrollar DM1. En relación a la DM 2, su frecuencia es muy variable en las distintas poblaciones, lo que tiene que ver fundamentalmente con la vida social, familiar, del entorno del niño y la cultura alimentaría de su familia. En Argentina algunos registros en hospitales pediátricos informan que entre el 1,6% y el 4% de los chicos con diabetes padecen el tipo 2. Todavía hoy en nuestro país la forma más frecuente es la diabetes infantil es la de tipo 1, pero las distintas formas de presentación pueden aparecer a cualquier edad.

El aumento de la frecuencia de la DM 2 va de la mano del aumento de la prevalencia de obesidad que compromete a niños a edades cada vez más tempranas y con formas más severas. Éstos pueden ser asintomáticos en las primeras etapas de su enfermedad, por lo que es importante la pesquisa sistemática en obesos, sobre todo en aquellos con obesidad central (cintura aumentada), acantosis (piel más oscura en pliegues), entre otros signos y antecedentes heredo familiares. La mejor prevención es evitar la aparición de la obesidad desde temprana infancia y antes aún en mujeres en edad fértil y en la población general, ya que madres obesas o con diabetes gestacional generan mayor riesgo de obesidad en sus niños. (2)

La DM 2 presenta como comorbilidades frecuentes las asociadas a la obesidad como hipertensión, hígado graso, síndrome de ovario poliquístico y dislipidemia, particularmente triglicéridos altos. También cabe considerar la presencia de trastornos respiratorios como apnea obstructiva del sueño y problemas ortopédicos en pies, caderas y rodillas. En la mayoría de los casos estas situaciones aparecen antes que la hiperglucemia y son por sí mismas de gravedad.

Manifestaciones de la diabetes
• Poliuria u orinar muchas veces. Al estar la glucosa alta en la sangre, ésta aparece en la orina. Para poder eliminarse, necesita disolverse en cantidades muy grandes de agua, por esta razón el diabético orina muchas veces.
• Polidipsia. Para compensar la pérdida de agua por la orina se tiene mucha sed, incluso a veces se necesita beber líquidos varias veces durante la noche.
• Polifagia. Al no poder utilizar la glucosa, las células reclaman energía y tratamos de compensarlo aumentando la cantidad de alimento.
• Pérdida de peso. Aunque se coma más, la glucosa no llega a las células y el niño con diabetes pierde peso.
• Fatiga,
• Adinamia.
• Irritabilidad.
• Cistitis y otro cuadros infecciosos a repetición.
• Detención de la curva de crecimiento.
• Visión borrosa
• Trastornos del sueño.
• Deficiente desempeño escolar.
• Otras (3)

Tratamiento de la diabetes infantil tipo 1. 
1. Objetivos.
• Favorecer el desenvolvimiento normal de su vida.
• Mantener su crecimiento y desarrollo.
• Evitar complicaciones agudas (hipoglucemia, cetoacidosis).
• Prevenir o retrasar la aparición de complicaciones.

El tratamiento propiamente dicho consiste en:
La educación diabetológica del paciente y su familia: este es un pilar indispensable para realizar un correcto automonitoreo, administración de insulina y adoptar conductas adecuadas ante situaciones de riesgo.
Insulinoterapia: el paciente y su entorno deberá estar en condiciones de administrar la insulina requerida para su tratamiento, acorde los distintos tipos, y a sus reales necesidades, a través de inyecciones subcutáneas.
En la actualidad, existen nuevos dispositivos, que sustituyen a las antiguas jeringuillas o a las plumas de insulina, que permiten un mejor control y manejo de la enfermedad. Se trata, por ejemplo, de las bombas de insulina, con o sin sensor de glucemia, que a través de una cánula blanda introducida debajo de la piel, administran insulina de forma continuada durante las 24 horas del día. De esta manera, el niño tiene que pincharse menos veces, lo que repercute en una mejor calidad de vida (4).
• Plan de alimentación. La participación de un nutricionista en indispensable para garantizar la adecuada alimentación acorde los hábitos, gustos posibilidades económicas del niño y su familia, pero siempre debe ser una dieta sana, variada y equilibrada.
• Monitoreo glucémico. Las mediciones serán entre 4 y 6 veces al día, según necesidad. Su propósito es:
• Ajustar la dosis de insulina según glucemia.
• Evaluar la respuesta glucémica por los alimentos.
• Evaluar la tendencia de las glucemias para prevenir y evitar las hipo o hiperglucemias.
• Actividad física es una aliada fundamental del buen control metabólico. Se recomienda que sea regular, individualizada y supervisada. Cualquier actividad es buena mientras sea del agrado del niño, pero adecuada a su peso y edad, y orientada y asesorada por un médico de preferencia deportólogo o un profesor de educación física entrenado.
Apoyo psicoemocional al paciente y su familia, ya que el impacto que genera el diagnóstico hará que cada uno responda de una manera diferente. Todos deberán adaptarse a una enfermedad crónica con posibles descompensaciones agudas.

Tratamiento de la diabetes infantil tipo 2.
El objetivo de tratamiento es favorecer el descenso de peso, la vida activa y la alimentación saludable y desde el punto de vista del laboratorio lograr HbA1c (insulina glicosilada) menores de 6,5% y glucemias menores de 126 mg/dl antes de comer. El plan de nutrición va a hacer énfasis en la alimentación saludable con alimentos con bajo índice glucémico, ricos en fibras y con grasas poli y monoinsaturadas. Se considerará el tamaño de las porciones y el respeto a los horarios de comidas. Recomendar como mínimo 4 porciones de frutas y verduras y limitar los azúcares simples. La actividad física tendrá idénticos criterios a los ya señalados para la DM 1.
En muchos casos, al lograrse el descenso de peso adecuado, las glucemias tienden a normalizarse. La metformina es el hipoglucemiante de elección y el único aprobado por la FDA para el tratamiento de la DM 2 en niños mayores de 10 años de edad desde 2005.La utilización de insulina, metformina o ambas va a depender de múltiples factores como la forma de presentación, situaciones o patologías concomitantes y la evolución de la enfermedad. La insulina es el tratamiento de elección si hay hiperglucemia severa o cetosis. La metformina puede actuar en presencia de insulina facilitando sus efectos, pero está contraindicada en pacientes con función renal alterada, trastornos hepáticos, respiratorios, infección y abuso de alcohol o cuando se realizan estudios con medios de contraste. Se deben valorar cuidadosamente las comorbilidades y de ser necesario realizar el tratamiento específico de la dislipidemia, de la hipertensión o de cualquier otra patología concomitante.
También es indispensable la correcta educación diabetológica, el manejo del automonitoreo glucémico y el reconocimiento de los riesgos y beneficios del tratamiento instituido. En adolescentes se debe ser cauteloso en cuanto al abuso de alcohol.

CONCLUSIONES
• La DM es una enfermedad crónica que, correctamente controlada permite una aceptable calidad de vida.
• La DM 1 depende de factores genéticos, y la DM 2 principalmente de factores alimentarios, familiares, sociales y culturales.
• En todos los casos es fundamental realizar un correcto autochequeo para mantener los niveles de glucemia en valores cercanos a los fisiológicos.
• La actividad física es una aliada importante para lograr el éxito del tratamiento.
• La dieta acorde es otro pilar esencial en el tratamiento de la DM.
• Los obesos con DM 2 necesariamente deben bajar de peso, ya que ese solo logro suele mejorar su diabetes.
• Los diabéticos deben esmerarse por evitar la aparición de cualquier otra patología asociada.

REFERENCIAS
1. www.guiainfantil.com
2. Dra Mabel Ferraro: Cuando la diabetes comienza en la infancia.
3. Fundaciondiabetes.org
4. www.mibebeyyo.com/diabetes infantil

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