El futuro caza de la Fuerza Aérea Argentina, entre decisiones en el corto plazo y requerimientos futuros

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Proyecto central de la actual gestión, la definición y adquisición del futuro caza de la Fuerza Aérea Argentina no solo depende de decisiones en el corto plazo, sino que su esperada formalización demandará una serie de soluciones palpables si se quiere atender los requerimientos asociados a un sistema complejo como son los aviones de combate.

Ante la certeza de un cambio de administración, fuentes nacionales e internacionales coinciden que el gobierno argentino podría oficializar su decisión sobre el futuro caza de la FAA una vez cumplido el proceso electoral previsto para el próximo 19 de noviembre. Esto último no solo obedece a los tiempos de la política, sino que también permitiría amortiguar los efectos de anunciar una significativa inversión en un rubro que tiene escasa relevancia para la opinión pública, así como para una gran parte del arco político.

Esta decisión de corto plazo deberá realizarse a conciencia, teniendo en consideración factores que van desde las condiciones de financiamiento, pasando por aspectos técnicos y cuestiones de política exterior. A riesgo de ser reiterativos, tampoco podemos pasar por alto que la elección del caza de la Fuerza Aérea Argentina se ha desarrollado en el marco de una puja regional entre EE.UU. y China, con la India jugando el papel de actor secundario.

Con la formalización de la compra de los aviones de exploración P-3C/N Orion noruegos para la Armada Argentina, adquisición en la cual Washington jugó un papel relevante, no son pocos los que aventuran que la balanza de las relaciones entre EE.UU. y China podría equilibrarse con la resolución del caza de la Fuerza Aérea. La elección del Chengdu FC-1 es considerada como una opción salomónica por ciertos sectores, ignorando posiblemente los alcances que conlleva una decisión como es la compra de un avión de combate.

En cuanto a los candidatos, poco queda por agregar a lo vertido desde Zona Militar en contadas ocasiones: desde el favoritismo inicial de la Fuerza Aérea Argentina por el FC-1, pasando por la iniciativa India y su HAL Tejas, a la evolución de la propuesta por los F-16 Fighting Falcon. Vale recordar y recalcar que esta opción fue inicialmente subestimada por muchos actores nacionales, ya sea por desconocimiento sobre el potencial de los F-16 o por cuestiones alentadas desde un plano ideológico, dejando de lado todo sustento técnico elemental.

Pensando a largo plazo

A los fines de no repetir errores pasados, la compra de cazas para la Fuerza Aérea Argentina deben contemplar una proyección a mediano/largo plazo a los fines de atender los requerimientos que demandará adquirir, operar, sostener y mantener al día un sistema de armas de la talla del F-16 Fighting Falcon, FC-1 o HAL Tejas.

Uno de los aspectos más relevantes es el presupuestario, ya sea para la adquisición de las aeronaves, su correspondiente paquete logístico, armamento y de adiestramiento. Estos últimos son esenciales para garantizar la disponibilidad de las aeronaves a lo largo de los años de su vida operacional, y también para poder hablar correctamente de un “sistema de armas”. Se trata de aspectos elementales de un proyecto complejo, que demandará una inversión constante si se pretende aprovechar al máximo sus capacidades.

Otro punto de gran importancia será el presupuesto asignado para operar y sostener a los nuevos cazas, aspecto sobre el cual se deberá trabajar arduamente a lo largo de los próximos años si no se quiere sub-utilizar al material, cayendo en situaciones como la actual, en la cual casi ninguna Brigada Aérea puede poner en el aire un escuadrón completo y sostenerlo en el tiempo, tanto en cantidad como en capacidades.

Los requerimientos se siguen expandiendo si consideramos la formación y adiestramiento de pilotos y personal técnico, la necesidad de contar con infraestructura adecuada que permita operar y alojar convenientemente al las aeronaves, sus pañoles y sistemas terrestres asociados, así como un largo etcétera.

La decisión sobre el futuro caza para la Fuerza Aérea Argentina va más allá de una simple definición y firma de contrato. Se trata de una obligación a largo plazo, con todos los desafíos que ello implica (presupuestario, de cultura organizacional, de política exterior, etc), que si es bien dirigida y gestionada implicará un salto de cualitiativo para la Fuerza y, principalmente, para el instrumento militar de la República Argentina.

Carlos Borda Bettolli – Zona-militar.com

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