La aviación, un factor clave para controlar la pandemia

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El desafío logístico • Por Luis Alberto Franco

La ciencia ha demostrado nuevamente que las soluciones a los imprevistos surgen cuando se tiene una noción precisa del problema que se enfrenta, prueba de ellos ha sido y es la lucha para controlar la pandemia que aún sufre el planeta.

Si bien antes de la pandemia la ciencia y la tecnología avanzaban velozmente, nadie hubiera pronosticado que a menos de un año de detectado el SARS-CoV-2 varios laboratorios producirían distintas vacunas para reducir la mortandad y volver a cierta normalidad. No hay dudas de que el crédito que la ciencia biomédica ha recibido por tamaña proeza es justo, pero también se debería reconocer a otros actores que fueron claves en el proceso y que entre ellos la aviación merece un lugar destacado.

Perseguida por ambientalistas abrigados con anoraks confeccionados por polímeros, la aviación se encontraba en 2019 transportando diariamente millones de personas y miles de toneladas de carga de un lado al otro del mundo casi sin que se apreciaran sus servicios. Es que volar se convirtió en pocas décadas en algo rutinario, al punto de que esos prodigios que son las aeronaves en constante evolución tecnológica eran algo común en la vida de la humanidad sin que se llegara a apreciar cabalmente lo que significaría contar con un recurso formidable que sería clave para paliar lo que estaba por suceder.

Una de las industrias más afectadas por el COVID-19 fue la aeronáutica, sin embargo, a ella se le debe que en el lapso que va del 8 de diciembre de 2020 (día en que Margaret Keenan recibió la primera vacuna preventiva del COVID-19 en el Reino Unido) hasta el presente, se hayan distribuido la mayor parte de las 7.000 millones de dosis de vacunas por todo el planeta bajo delicadas normas logísticas de conservación. Es decir un logro que sólo la aviación podía alcanzar en tiempo y forma. ¡la aviación fue una bendición!

Los números son elocuentes. Para suministrar una dosis de cualquier vacuna a 7.800 millones de habitantes del mundo se necesitan aproximadamente 8.000 aviones Boeing 747; dado que la mayoría de las vacunas requieren dos dosis –y ahora 3 a las que habrá que sumar refuerzos periódicos– se debería concluir que el aporte realizado por las aeronaves a los millones de seres humanos fue crucial. Y todo esto sin considerar lo que significó la capacidad de transporte aéreo para lograr respiradores e insumos médicos en el peor momento de la pandemia, es decir cuando no había vacunas ni tratamiento cierto para hacer frente al germen proveniente de Wuhan, China.

Según datos de DHL y la consultora McKinsey, para distribuir 10 mil millones de dosis se necesitan  15.000 vuelos; según otros especialistas el cálculo es demasiado conservador.

En tiempos normales la aviación mundial transporta el 50% de la carga mundial bruta, aunque lo más frecuente es que el avión sea la opción más usada para mercaderías delicadas, por ejemplo, medicamentos y equipos sofisticados que muchas veces requieren rapidez logística y tratamiento especial.

En plena distribución de los primeros millones de dosis de vacunas, Alexandre de Juniac, director ejecutivo de IATA, aseguró que lo que se estaba llevando a cabo era “la misión del siglo para la industria de carga aérea”, lo cual fue y es absolutamente cierto ya que el tiempo promedio de entrega de un cargamento desde un centro de distribución de Pfizer hasta el centro en que se inocula a hombres, mujeres y niños fue de tres días.

Otro funcionario que destacó el aporte de la aviación en la crisis sanitaria fue Albert Bourla, director ejecutivo de la farmacéutica Pfizer, quien dijo al Wall Street Journal, que asegurar que miles de millones de personas tengan la vacuna “es tan crítico como desarrollar la vacuna en sí”. No es para menos, el mantener la temperatura adecuada, estar preparados para manipular elementos como el hielo seco y coordinar la cadena de enlaces, entre otros cientos de detalles a observarse, también fue parte del proceso que permitió la vacunación masiva más importante de la historia.

Se puede discutir mucho sobre el impacto que la aviación tiene sobre el ambiente y está muy bien, sin embargo, lo que ha quedado demostrado es que tener un transporte aéreo eficaz y una infraestructura de apoyo a sus operaciones fue imprescindible para que en esta casa común que alberga 7.800 millones de almas las consecuencias de un flagelo biológico fueran menos graves.

Fuente: aeromarket.com.ar

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