¿Para qué investigar los accidentes de aviación?

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26/07/2024 Los Andes (Mendoza) – Nota – Opinión – Pag. 10

MIRADAS

Augusto De Sanctis – Investigador de accidentes de aviación y escritor.

Desde principios de la década de 1950 la Argentina se comprometió, como parte de las actividades que establece el Convenio sobre Aviación Civil Internacional (Chicago/44), a llevar adelante esta tarea con el objetivo de mejorar los estándares de la industria y con ello prevenir hechos futuros similares a los investigados.

Este compromiso se adoptó de modo contemporáneo a otros tantos Estados que también suscribieron a ese pacto global. Esta actividad, alejada de las responsabilidades de la justicia, busca identificar los problemas del sistema y promover acciones de mejora; no se trata de una investigación para hallar culpas ni responsa- Nueva chance para la boleta única nacional El Gobierno nacional encara, entre las reformas que impulsa, una ambiciosa revisión del sistema electoral vigente.

Apunta, principalmente, a la supresión de las elecciones primarias abiertas y a la implementación en los comicios nacionales del sistema de boleta única, que ya se utiliza en Mendoza y en otros distritos electorales.

Dejaremos pendiente por el momento la consideración sobre lo que se pretende hacer con las primarias, o PASO, puesto que ya desde sectores de la oposición han aparecido opiniones al respecto y es muy probable que el oficialismo deba reformular su postura inicial para lograr consensos.

Sí cabe referirse, sin embargo, al nuevo intento a favor de la boleta única para remplazar a la habitual lista sábana con la que se vota en la Argentina desde hace muchas décadas.

Este proyecto cuenta ya con media sanción en el Congreso, con aprobación de Diputados en 2022, pero se encuentra olvidado en el Senado.
La implementación de la boleta única, como se sabe, significa que no haya más una boleta por cada partido o coalición y todos los competidores estén incluidos en un mismo impreso, marcando el votante al candidato de su preferencia. Es el Estado el único responsable de la impresión y distribución de boletas.

Es loable que desde el Ejecutivo Nacional se propicie mejorar el sistema de votación en el país, con más razón cuando los antecedentes en las provincias que utilizan la lista única son mayoritariamente favorables. Así se colabora con la calidad de la democracia, basada en la elección que hacen los ciudadanos.

Como hemos señalado en anteriores oportunidades desde este espacio de opinión, es obligación de la dirigencia política buscar los mecanismos que mejor reflejen la intención del votante. Por lo menos, se debe tender a la aplicación de mecanismos que garanticen más transparencia en los procesos eleccionarios, ya que la lista sábana permite que detrás de una o dos personalidades políticas convocantes que encabecen una nómina se vote simultáneamente a personas que, como ya se ha visto en muchas oportunidades, no cuentan con adecuados antecedentes políticos y sólo tienen el mérito de prestarse para completar un listado.

Además, se trata de un sistema que permite simplificar la tarea de fiscalización durante los comicios, al quedar de lado, entre otras situaciones, la pérdida o adulteración de boletas que suelen reiterarse en las votaciones con el sistema tradicionalmente aplicado. Se gana en transparencia y eficiencia y se aporta igualdad de oportunidades para todas las representaciones partidarias que se presentan a una elección.

Y en esta última línea, también es significativo el ahorro que se produce en la impresión de boletas, ya que la misma se reduce a una sola que reúna a todas las agrupaciones partidarias o coaliciones que se presenten a una determinada votación. El sistema actual, de boleta o lista sábana, supone un gasto innecesario y muchas veces incalculable y estéril en papel, puesto que dichas tiras de candidatos no sólo se colocan en el denominado cuarto oscuro durante el día de votación, sino que también se reparten en la vía pública o en forma domiciliaria a modo de propaganda partidaria.

Es de esperar que la modernización en el funcionamiento del Estado que pregona la actual gestión nacional logre avanzar en un proceso, como el de la boleta única, que no debería merecer ningún tipo de objeción.

EDITORIAL bilidades. Los Jueces son quienes poseen esa gran responsabilidad, no los investigadores.
En nuestro país vivimos casos de repercusión mundial, quizás el más vívido recuerdo se remonta al 31 de agosto de 1999 con el accidente de la exLAPA. Al acercarse la fecha de un nuevo aniversario, las imágenes y testimonios sobrevuelan por medios y redes sociales; mientras que la sociedad se repregunta una vez más ¿en que terminó toda esa tragedia? Algunos, más informados, pudieron seguir pormenores y resolución de la justicia; pocos tuvieron alcance a la respuesta técnica que se dio y las mejoras posteriores.

El caso LAPA fue un quiebre en el sistema aeronáutico argentino, no por las condenas judiciales, sino por las enseñanzas y oportunidades de mejora que se analizaron.

Esto no quiere decir que el sistema sea perfecto, pero sí puede afirmarse que es mucho más robusto que aquel de 1999. La investigación del accidente y los años venideros se solaparon con momentos de crecimiento conceptual a nivel estudio de los factores humanos y organizacionales. Esto propició correr el foco d la búsqueda de los problemas que llevan a los accidentes: detectar errores humanos no es el fin, sino un paso intermedio; hoy asumimos que el error es normal y debe contenerse. LAPA nos mostró que el crecimiento exponencial de un operador aéreo indefectiblemente requiere de un andamiaje normativo, gerenciamiento de riesgos y una estructura homogénea entre la autoridad regulatoria y la compañía; en la actualidad se lo denomina gestión del cambio.

Aquel invierno de agosto fue la antesala de lo que años más tarde pasó a ser la normalidad en la investigación de estos casos. El lugar del accidente, el foco de la tragedia solo puede revelar algunos factores desencadenantes que llevaron al lamentable desenlace; pero no puede evidenciar los problemas de fondo, lo que subyace, lo que no es tangible. Todas esas variables son las claves para trabajar en una propuesta eficiente de mejora; lo que internacionalmente se conoce como Recomendación sobre seguridad.

Esas recomendaciones tienen un eje conceptual que coincide con el objetivo de la investigación, quizás podría considerarlas como el producto final y de máximo interés para la terea. Es decir, si la investigación técnica de un accidente tiene como objetivo la prevención y la mejora del sistema, el centro de la atención estará puesto en mejorar aquellos problemas de fondo y no el error final de un operador, piloto, mecánico, etc.

¿De qué serviría recomendarle a un piloto que haga mejor su tarea o no se equivoque, si el sistema no le brinda la capacitación, los medios o las herramientas para poder hacerlo? Esta actividad global, técnica y alejada de la búsqueda de responsabilidades y culpas; no interfiere con el mandato de la justicia. Tampoco la complementa, ni la potencia; se trata de investigaciones formales, oficiales que corren por caminos necesariamente paralelos. La justicia, hace justicia: identifica responsabilidades, culpabilidades y establece acciones de resarcimiento? un mandato democrático y social indispensable. Sin embargo, para lograr la mejora sostenible, es necesario pensar sobre los tres ejes que sostienen la seguridad del sistema aeronáutico: las normas y procedimientos, el entrenamiento y la tecnología. Esas son las variables a las que apela la investigación técnica como aporte.

Para la sociedad no es sencillo ver este desdoblamiento de acciones frente a un mismo hecho crítico. Quizás hasta pueda interpretarse como un solapamiento de responsabilidades del Estado. Sin embargo, este accionar en paralelo de organismos e instituciones independientes es un mandato de la propia Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) organismo regulatorio a nivel global, que la Argentina cumple y marca un norte en la región.

La OACI periódicamente audita los procesos y regulaciones con las que los países investigan los accidentes de aviación, para le mejora del sistema.

Desde el inicio del programa internacional de auditorías en 1999, la actividad propia de investigación en la Argentina demostró estar a la vanguardia y dentro del lote de países con los estándares más alto de calidad de investigación. Pero atención, esto no es sinónimo que no van a ocurrir más accidentes, sino que se cuenta con una estructura para la mejora.

Los resultados no son lineales ni inmediatos, pero con una visión retrospectiva, 2024 nos encuentra mejor parados en materia de seguridad que en 1999. Aún queda mucho trabajo por delante, los escollos diarios lógico y la coyuntura que apremia no deben correr el norte del objetivo.

El caso LAPA fue un quiebre en el sistema aeronáutico argentino, no por las condenas judiciales, sino por las enseñanzas y oportunidades de mejora que vinieron.

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