Saocom 1-B: las aplicaciones del satélite, a tres años de su lanzamiento

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Un ejemplo virtuoso del desarrollo espacial local

Fue puesto en órbita en plena pandemia y en el presente cumple diversas funciones: brinda imágenes sensibles para los productores agropecuarios, provee datos sobre la explotación del litio y reporta fugas de agua potable para evitar conflictos mayores.

Por Pablo Esteban – Página12
31 de agosto de 2023 – 00:01

Se cumplieron tres años del lanzamiento del Saocom 1-B, el satélite de observación de fabricación argentina puesto en órbita a fines de agosto de 2020 por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). En el presente, de manera complementaria al 1-A (lanzado dos años antes), el artefacto cósmico es fundamental en la detección y el reporte de fugas de agua potable en cinco provincias que forman parte de la región pampeana. También brinda servicios al sector productivo público y privado en la gestión agropecuaria. Un hito que exhibe el potencial del sistema científico y tecnológico doméstico para enviar al espacio sus desarrollos autóctonos.

“A tres años, cada vez tomamos más conciencia del esfuerzo y el desafío que significó lanzar un satélite en medio de una pandemia, sino también porque junto con el 1-A están funcionando perfectamente. Cada día que pasa vamos agregando más funcionalidades y servicios; me refiero tanto a la detección de fugas en las redes de agua potable como brindar información sensible en la explotación del litio y el mapeo de los salares. Aplicaciones que no estaban planificadas desde el principio y hoy se ejecutan sin problemas”, dice Raúl Kulichevsky, director Ejecutivo y Técnico de la Conae. Un desarrollo que también sirve para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas; así como para obtener mapas de desplazamiento de glaciares, pendientes y alturas.

Gracias a la misión Saocom, es posible confeccionar mapas de humedad de suelos y, en esta línea, avanzar en una gestión del agua más eficaz. Al ser identificadas las fugas, es posible dar aviso a las empresas que gestionan la llegada del recurso a los campos y a las ciudades para conseguir que se desperdicie la mínima cantidad posible. Un aspecto clave si se tiene en cuenta que se trata de un recurso tan valioso como escaso y que, según se estima, existen pérdidas que a nivel mundial llegan al 30 por ciento. Vale destacar lo que sucedió de manera reciente en Uruguay, con la sequía de la represa San Severino y su escasez que impidió la realización de actividades básicas como el consumo, la higiene y el aseo diario.

En este marco, junto a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca a nivel nacional, Conae trabaja para calcular la superficie del territorio nacional en la que se produce agricultura bajo riego. A partir de la observación satelital, es posible contribuir a mejorar la producción según los cultivos en cuestión, en la medida en que brinda data sobre cuándo conviene cosechar, qué plagas molestan y qué fertilizantes son utilizados. Como en otros rubros, contar con la chance de planificar –a partir de modelos ajustados a la realidad– conduce a evitar futuras pérdidas de inversiones.

Cómo funciona el radar

El Saocom cuenta con radar de apertura sintética que opera en la porción de las microondas en banda L del espectro electromagnético. ¿Qué implica ello? Su principal ventaja es que cuenta con una fuente propia de energía y, en efecto, no requiere de luz para obtener imágenes. Como resultado, el artefacto puede funcionar con eficacia más allá de las condiciones del tiempo atmosférico, el día o la noche.

El radar emite una señal a partir de su antena, la onda viaja a la velocidad de la luz, atraviesa las nubes, rebota en la tierra y parte de ese residuo de energía regresa al radar. Luego, digitaliza la información y, desde la base de la Conae en Córdoba, se descargan los datos a partir de procesadores que dan como resultado imágenes. Datos que se generan en función de la demanda que hagan las instituciones comprometidas en el proyecto, como pueden ser el Instituto Nacional del Agua o el INTA, entre otras.

Conquistar el cielo

El Saocom 1-B tiene las mismas características que su antecesor, el 1-A, que había sido enviado al espacio en 2018. Ambos se comenzaron a construir y se impulsaron durante el gobierno de Cristina Fernández, a partir de una política de acceso al espacio que apuntó a consolidar la soberanía más allá del terreno de lo visible.

Como resultado, se pensaron, diseñaron y fabricaron tecnologías argentinas hechas para beneficio de la población argentina. Basta con señalar que en la misión, los expertos de la Conae trabajaron junto a Invap (principal contratista), la firma pública Veng, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Laboratorio GEMA de la UNLP; nada menos que 80 empresas de tecnología e instituciones del sistema científico tecnológico del país y un total de 900 investigadores comprometieron sus esfuerzos.

Vale destacar que la articulación no solo fue entre instituciones locales, ya que la misión forma parte de un programa más ambicioso: el Sistema Ítalo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE). Ambas naciones asumieron el compromiso de conformar una constelación de seis satélites y fue conseguido con éxito.

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