40 años de democracia y un debate ausente: la proyección global de Argentina desde el Atlántico Sur
18/11/2023 mdzol.com (Mendoza) – Nota
Hernán Etchaleco
Urge que Argentina avance prontamente en una recuperación de las capacidades militares de sus Fuerzas Armadas, para hacer frente a este nuevo escenario, que determinará su futuro.
Argentina busca ampliar y desarrollar nuevas capacidades logísticas para Argentina en la Antártida y el Atlántico Sur.
El futuro es blanco. El Reino Unido lo sabe; Chile y Australia también; China y Estados Unidos se aprestan a jugar sus fichas. Según se ve, 2024 viene bien movido en torno del Atlántico Sur. Hace unos meses, Australia anunció la creación de un fondo de USD 800 millones para promover sus intereses en la Antártida y trazó un plan para fortalecer su posicionamiento estratégico en el Continente Blanco. Mientras tanto, Londres puso en funciones a una nueva delegada en Malvinas, que fue recibida con renovados ejercicios y nuevo equipamiento militar.
A mediados del año pasado, la Fuerza Aérea de Chile recibió de parte del Reino Unido el primero de tres aviones de reconocimiento militar Boeing E-3D Sentry para desempeñar misiones de “vigilancia, exploración, reconocimiento aeroespacial y mando y control aéreo”. De inmediato se conoció la noticia que cinco aviones militares chilenos violaron el espacio aéreo argentino en ruta a Malvinas. Mientras tanto, como desde hace mucho tiempo, en particular desde el referéndum del Beagle, esta cuestión estratégica para el futuro de la Argentina permanece ajena de los debates en nuestro país, al punto que no registró ni una sola mención de los candidatos durante el larguísimo proceso electoral de este año.
Es extraño, nuestros vecinos y las grandes potencias preparan el terreno para una futura renegociación del Tratado Antártico. Firmado en 1959 y en vigor desde 1961, el acuerdo reconoció y congeló los reclamos de soberanía sobre el continente helado y busca preservarlo de la competencia militar y económica. Pero los recursos naturales encontrados allí, producto de la intensa actividad científica desplegada por todos los estados parte, vuelve cada vez más irresistible la tentación de renegociarlo. Y pese a no ser un estado signatario, China sigue con atención los movimientos de todos, en particular de Australia y Japón, con quienes tiene una competencia estratégica en Asia.
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¿Y Argentina qué hace?
Tras años de inacción, el Gobierno nacional anunció la construcción de una nueva Base Naval Integrada en la ciudad fueguina de Ushuaia, que busca ampliar y desarrollar nuevas capacidades logísticas para Argentina en la Antártida y el Atlántico Sur . Su estratégica ubicación geográfica permitirá prestar servicios logísticos y de asistencia a otros países, y complementa la iniciativa del Polo Logístico Antártico que avanza en Tierra del Fuego.
Por otro lado, el Ministerio de Defensa anunció una nueva guarnición militar en Tolhuin. Desde el punto de vista diplomático se avanzó en un espacio de cooperación en el Atlántico Sur , junto a Brasil y las naciones africanas con presencia en la región. Pasos positivos, pero ¿suficientes para competir con las grandes potencias? Claramente no. Ni siquiera con nuestros vecinos.
Sin un posicionamiento fuerte en la Patagonia, que incluya además el desarrollo económico de sus recursos, Argentina marcha hacia la intrascendencia global. Todos lo reconocen: gobierno, oposición, diplomáticos, analistas. Debe ser uno de los pocos temas que reúne consensos amplios, casi unánimes. Pero si bien nada es más urgente que lo estratégico, Argentina mantiene relegada en su agenda esta discusión.
Es hora entonces de encarar la parte que más nos cuesta: como nos azuzaba Ortega y Gasset, “Argentinos, a las cosas”.
Hernán Etchaleco.
* Hernán Etchaleco, consultor. Licenciado en Ciencias de la Comunicación, UBA.