No lo escuchó nadie: El naufragio de Milei hablando sólo en cadena nacional
El discurso presidencial dejó al descubierto la desconexión del Gobierno con el público, alcanzando los niveles más bajos de audiencia en la historia de la televisión argentina. El fiasco no solo fue televisivo, también en las plataformas digitales, donde apenas se lograron reunir unos pocos miles de espectadores.
Redacción EnOrsai // Lunes 16 de septiembre de 2024 | 05:54
El 15 de septiembre de 2024 será recordado como una fecha clave en la gestión del presidente Javier Milei, no por sus logros o un mensaje inspirador, sino por el contundente rechazo del público argentino a escuchar su discurso por cadena nacional. La presentación del Presupuesto 2025, el documento más importante para cualquier gobierno, fue, paradójicamente, un naufragio comunicacional y político. Los números son devastadores: el rating de la televisión abierta cayó en picada y las plataformas digitales no lograron salvar un evento que desde sus inicios parecía condenado al fracaso.
A las 21:00, momento en el que comenzó la transmisión del mensaje presidencial, la audiencia en los canales de aire promediaba 15,9 puntos. Sin embargo, en cuestión de minutos, el interés se evaporó. Los espectadores abandonaron la emisión como quien huye de un incendio, con una caída abrupta de 10 puntos, alcanzando un mínimo histórico de 3,5 puntos en pleno «prime time» del domingo. El desplome fue tan evidente que los programas que se emitieron inmediatamente después recuperaron su nivel de audiencia sin dificultad, dejando en claro que el problema no era la televisión, sino el contenido.
El fracaso no se limitó a la televisión. La estrategia digital diseñada por Santiago Caputo, uno de los principales asesores del presidente, también naufragó. En YouTube, la cadena nacional apenas reunió a poco más de 5000 personas, un número insignificante para un evento de esta magnitud. En redes sociales, otro campo que el equipo libertario suele manejar con soltura, el impacto fue igualmente decepcionante. Los principales Trending Topics de la noche fueron copados por críticas de la oposición, mientras los «trolls» libertarios, aparentemente distraídos o desmotivados, no lograron controlar el discurso en plataformas como Twitter.
¿Qué fue lo que salió tan mal? Más allá del pobre manejo de la estrategia comunicacional, lo que el episodio revela es una profunda desconexión entre el gobierno de Milei y la realidad de la mayoría de los argentinos. El propio Milei eligió un horario prime time para su discurso, con la esperanza de captar la atención de las familias argentinas que suelen estar frente al televisor en ese momento. Sin embargo, el resultado fue el opuesto: la gente decidió cambiar de canal, mostrando un desinterés notable por escuchar las promesas y análisis de un presidente que parece cada vez más aislado de las verdaderas preocupaciones de la sociedad.
El discurso presidencial estuvo plagado de referencias a Cicerón y citas filosóficas que, lejos de conectar con los problemas del día a día, dejaron una sensación de distanciamiento y elitismo. A medida que Milei avanzaba en su exposición, defendiendo un presupuesto que promete una inflación del 18,3% y un dólar a $1207, era evidente que el pueblo ya no estaba dispuesto a comprar su relato. «El televidente te castiga cuando citas a Cicerón un domingo a la noche», ironizó uno de sus propios colaboradores, visiblemente molesto por la pésima planificación.
El resultado es más que simbólico: en una era en la que la comunicación lo es todo, un gobierno que no logra llegar a su audiencia está condenado a la irrelevancia. El mensaje de Milei no solo fracasó en atraer a la gente, sino que mostró una clara desconexión con el momento social y político del país. En un contexto en el que la inflación sigue galopando, la pobreza no cesa de aumentar, y los conflictos sociales se multiplican, la gente espera respuestas claras y concretas, no discursos abstractos que parecen más adecuados para una cátedra universitaria que para la resolución de los problemas cotidianos.
La caída estrepitosa del rating refleja algo más profundo: el desencanto del pueblo con un presidente que llegó al poder prometiendo un cambio radical y que, hasta el momento, no ha logrado más que profundizar las divisiones y agravar los problemas. En este sentido, la presentación del Presupuesto 2025 se perfila como una nueva promesa vacía, un intento de «blanquear» la situación fiscal del país sin ofrecer soluciones reales para las problemáticas de fondo.
Milei insiste en que su plan es el «más radicalmente distinto» en la historia del país, pero su falta de sintonía con las demandas de los ciudadanos lo convierte en un presidente cada vez más solo. La desconexión es tal que ni siquiera logró convocar a una audiencia mínimamente significativa en un momento clave de su mandato. Las cifras son contundentes: mientras la presentación de presupuestos anteriores logró mantener al menos un interés moderado en la audiencia, este año el rechazo fue rotundo y casi inmediato.
Los números televisivos, y su eco en las plataformas digitales, dejan en evidencia que el Gobierno está perdiendo la batalla no solo en el ámbito económico, sino también en el terreno simbólico y comunicacional. La cadena nacional de Milei pasará a la historia como un fracaso que va más allá de lo anecdótico: es el reflejo de un gobierno que ya no logra hablarle al pueblo, y peor aún, un pueblo que ha dejado de escucharlo.
Fuentes: