Aerolíneas Argentinas: la oposición dialoguista puso condiciones para la privatización y no hubo dictamen
Encuentro Federal pidió citar a gobernadores, detalles de la venta y abrir una bicameral. El titular de la compañía no fue. El martes vuelve el debate. El debate por la privatización de Aerolíneas Argentinas no empezó fácil para el Gobierno en la Cámara de Diputados: sectores de la oposición dialoguista que habían avalado la venta durante el tratamiento de la ley ómnibus pidieron condiciones para reiterar su respaldo. No se firmó el dictamen y el oficialismo volverá a convocar a una reunión informativa para el martes.
Mauricio Cantando
Los principales reparos fueron de Encuentro Federal, a través del diputado Nicolás Massot, quien reclamó discutir las condiciones de conectividad aérea con los gobernadores y conocer los planes de venta que tiene el presidente Javier Milei. También exigió que se conforme la comisión que debe evaluar los procesos de privatización.
La UCR no se expresó formalmente. Gran parte de la bancada estaría a favor de la privatización, pero hay una discusión interna sobre las condiciones que pedirán para habilitar la venta. Durante el plenario sólo habló Fernando Carbajal, uno de los díscolos, quien advirtió que no se puede avanzar con la privatización porque no se explicaron los motivos.
Los partidos provinciales tampoco se expresaron, pero según señaló a Letra P un miembro del bloque Innovación Federal, no están dispuestos a autorizar una venta sin garantías de sostener los vuelos a sus provincias. Sin Unión por la Patria, el Gobierno no puede perder un voto de la oposición dialoguista para avanzar con la privatización.
El oficialismo confía en aprobar el proyecto en Diputados, con la mayoría que avaló la venta de Aerolíneas durante la ley ómnibus, aunque aún no inició gestiones para conseguir el número que aquella vez no tuvo en el Senado.
Pero en el plenario de las comisiones de Presupuesto y de Transporte tampoco pareció tener el camino allanado para avanzar rápido en Diputados con los proyectos presentados por Hernán Lombardi (PRO) y Juan López (Coalición Cívica), que declaran a Aerolíneas Argentinas sujeta a privatización y delegan el proceso en el Poder Ejecutivo. De mínima, se esperan varias semanas de debates.
La reunión se llevó a cabo con una nutrida manifestación de los gremios aeronáuticos en las afueras del Congreso. Expusieron el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, quienes antes de asistir se reunieron con el presidente de la cámara baja, Martín Menem.
El futuro de Aerolíneas Argentinas
La novedad del plenario fue la ausencia del presidente de la compañía, Fabián Lombardo, quien estaba en el listado de invitados originales y no apareció. Temía una emboscada de UP, que la semana pasada recibió a dirigentes gremiales que acusan al funcionario de haber confesado que planchaba la paritaria por cuestiones políticas.
Lombardi y López defendieron sus proyectos, casi calcados, que habilitan a Milei a vender a Aerolíneas Argentinas cuándo y cómo quiera. «La privatización anterior no funcionó porque se pasó de un monopolio público a uno privado. Necesitamos más capilaridad, mejores precios y para eso queremos competencia», sostuvo Lombardi, para quien la línea de bandera complicó la industria turística.
«Nadie quiere invertir en una verdulería si sabe que en la otra cuadra hay una a la que el Estado le paga papa, cebolla y los empleados», sostuvo el diputado del PRO.
López sostuvo que «los directivos de las empresas públicas no están capacitados para dirigirlas y, como dice un informe del BID, explican mucho de los problemas de corrupción cuando se estudia el soborno transnacional».
Rolandi fue el más enfático. «El Estado es un pésimo administrador de las empresas. El negocio de un empresario es tomar riesgos y buscar beneficios. Eso está roto en Aerolíneas», denunció.
El funcionario señaló que desde la estatización, en 2008, Aerolíneas Argentinas «perdió 8.000 millones de dólares. American Airlines vale 7000 y Lufthansa 6000. Esto fue el despilfarro y la locura de mantener una empresa en la que nunca se limitó el giro discrecional de fondos».
Moggeta aseguró que el objetivo es que «Aerolíneas compita con las mismas reglas, porque la distorsión y el monopolio ha hecho un flaco favor. Estamos generando condiciones para que pueda competir de la misma manera».
El funcionario fue el más duro con los gremios aeronáuticos: los acusó de tener privilegios y hasta de apañar el robo de valijas. Aseguró que los pilotos tienen beneficios como pedir taxis individuales o cobrar doble aguinaldo.
Los pedidos de Massot
Massot fue el opositor que rompió las cuentas del gobierno. Si bien no se opuso a la privatización, exigió condiciones que los funcionarios reconocieron no tener en carpeta. De mínima, pidió saber cuál es la modalidad de venta que se planea y propuso abrir la ronda de consultas con gobernadores para tener detalles de la conectividad que estaría en riesgo sin línea de bandera.
El pliego de condiciones había sido acordado en el variopinto bloque Encuentro Federal y la mayoría fue clave para que el capítulo de privatizaciones fuera aprobado en la ley ómnibus, inclusive en la versión que llegó al Senado, con Aerolíneas adentro.
«Este proyecto es incompleto, porque no estamos legislando respecto ni de la metodología ni del procedimiento. Le estaríamos dando la total libertad al gobierno para que tenga igual condición de avanzar en un desguace y en una liquidación de activos de la compañía a un contrato de administración, una concesión parcial, una privatización parcial o total que puede derivar en que el próximo comprador también la desguace», sostuvo Massot.
El diputado también exigió conformar la bicameral de control de las privatizaciones, encargada de supervisar el proceso. «Hay nueve empresas habilitadas para vender y no está la comisión creada. Ahora la vamos a pedir, porque nos estamos conociendo», ironizó.
Los funcionarios no pudieron aportar precisiones. Rolandi puso como ejemplo la decisión de pedirle al Gobierno de Córdoba que financie el déficit operativo de Río Cuarto. «Hubo vuelos en temporada baja que tuvieron una contribución negativa. No se pagaban los costos. Tienen que reducirse».
Moggeta no supo explicar como es el proceso de venta previsto. «Están todas las opciones en análisis», señaló. Sólo aclaró que si los vuelos se suspenden por conflictos gremiales, no habrá otra opción que un desguace. El funcionario evadió una pregunta sobre el descenso del déficit de la compañía, que complicaría justificar su venta total.
Por Unión por la Patria, defendió la continuidad de la compañía estatal el ex ministro de Transporte, Diego Giuliano. «Ya se privatizó, y se vendieron 22 aviones en 3 semanas, se liquidaron los activos y terminó con el actor que lo llevó adelante preso en España y el Estado argentino otra vez haciéndose cargo de los salarios de los trabajadores y el combustible».
El diputado y titular de la CTA Hugo Yasky