Los motores, otro dolor de cabeza para la aviación

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aeromarket.com.ar / Publicado el Oct 7, 2024

Fabricantes con problemas de desgastes y entregas • Luis Alberto Franco

Los nuevos motores que impulsan los aviones más modernos no están funcionando del todo bien y eso está generando dificultades a la industria del transporte aéreo.

No se trata de un sólo fabricante, sino de lo que se podría denominar toda una generación de modernos turbofans que se desarrollaron bajo la presión de un cambio climático cuya causa, prácticamente a unísono, se atribuye al CO2 y los demás “gases de efecto invernadero».

En el listado de los motores con problemas están los CMF LEAP, los  GEnx, PW1000G y los Trent.

LEAP y GEnx

Los motores LEAP y GEnx han tenido problemas que impactaron en la industria del transporte aéreo, al frenar la modernización de las flotas y la planificación operativa de las aerolíneas que dependen de aviones más eficientes como el  Boeing 787, con motores GEnx, y Airbus A320neo o Boeing 737 MAX, Con plantas de poder LEAP–1.

Nuevos desafíos de mantenimiento

Además de las dificultades que existen en la producción en la aviación, los nuevos motores están presentando problemas técnicos inesperados que afectan a las aerolíneas que deben adelantar los programas de mantenimiento o realizar inspecciones adicionales para garantizar la seguridad. Esto suma atrasos en los programas de vuelos y suma costos. Concretamente, los motores LEAP han enfrentado desafíos de desgaste prematuro, lo que ha llevado a revisiones especiales de control en los álabes. Los GEnx, por su parte, mostraron dificultades en componentes críticos como los compresores, sin que aún se pueda determinar la confiabilidad a largo plazo.

Clientes y proveedores

Los fabricantes de motores como CFM International (LEAP) y General Electric (GEnx) han tenido que negociar con sus clientes Airbus y Boeing, quienes a su vez deben dar explicaciones a las aerolíneas. Esta cadena de eventos afecta las finanzas, ya que el sistema está basado en compensaciones.

Las autoridades

La Administración Federal de Aviación (FAA) ha estado monitoreando de cerca los motores fabricados por CFM International, en particular los de la familia CFM56 y LEAP. Las regulaciones y directrices emitidas por la FAA en torno a estos motores se centran principalmente en garantizar la seguridad aérea, lo que ha llevado a la publicación de directivas de aeronavegabilidad y la implementación de medidas preventivas para abordar posibles fallos o desgastes prematuros.

Directivas de aeronavegabilidad (AD)

La FAA ha emitido varias directivas de aeronavegabilidad sobre los motores CFM, en las que instruye a las aerolíneas a realizar inspecciones obligatorias, reparaciones o reemplazos de componentes específicos que podrían poner en riesgo la seguridad de vuelo. Entre las inspecciones están las de los álabes del ventilador, por desgaste y fisuras halladas en los motores CFM56 y LEAP-1B.

Para los motores LEAP, la FAA ha requerido que las aerolíneas implementen programas de inspección más rigurosos, particularmente en los componentes que muestran señales de desgaste prematuro. La agencia ha trabajado en estrecha colaboración con CFM International para garantizar que se desarrollen procedimientos de mantenimiento adecuados y que los operadores sigan estos lineamientos para prevenir incidentes.

En los casos de los motores LEAP-1A y LEAP-1B, han sido seguidos de cerca por el desgaste en los álabes de los compresores, donde la FAA ha pedido inspecciones específicas después de ciertos ciclos de vuelo para evitar fallos.

Colaboración internacional

La FAA también ha trabajado en conjunto con otras autoridades de aviación como la EASA, Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), dado que los motores CFM son utilizados en aviones a nivel global. Esta colaboración asegura que las directrices emitidas sean consistentes a nivel mundial y que las inspecciones y requisitos se apliquen de manera uniforme en todas las regiones donde operan estos motores.

 

Preocupaciones sobre el LEAP y su impacto en la seguridad

Aunque los motores LEAP son considerados más eficientes en cuanto al consumo de combustible y las emisiones, la FAA ha tomado medidas para garantizar que los posibles problemas técnicos no comprometan la seguridad.

Aunque el LEAP es un motor más nuevo, la FAA ha sido cautelosa en exigir revisiones tempranas para identificar cualquier patrón de desgaste que pueda desarrollarse con el tiempo. También se han observado problemas de vibración en ciertos motores LEAP, lo que llevó a la FAA a imponer ciertas restricciones operativas o a recomendar ajustes en el mantenimiento para evitar fallas mecánicas graves.

Tras incidentes como el de un vuelo de Southwest, en 2010, la FAA ha emitido guías adicionales para los operadores de aviones equipados con motores CFM, instando a revisiones periódicas y estrictas de los álabes del ventilador y otros componentes críticos. Estas recomendaciones se extienden a programas de entrenamiento para los técnicos y tripulaciones de mantenimiento para que estén preparados para detectar signos de desgaste o daño.

 

La situación en la actualidad

Hasta el momento no se han reportado problemas críticos que afecten la seguridad, las aerolíneas están lidiando con tiempos de servicio más cortos de lo esperado y un aumento en la frecuencia de mantenimientos. Estos inconvenientes han sido exacerbados por problemas globales en las cadenas de suministro, lo que ha causado retrasos en la disponibilidad de piezas y componentes.

CFM ha indicado que están trabajando activamente para mejorar la durabilidad del motor LEAP y reducir la necesidad de mantenimientos no planificados. Además, están intentando alcanzar los niveles de confiabilidad del motor CFM56, un modelo anterior que se destacó por su robustez y larga vida útil en servicio comercial. El fabricante tiene la expectativa de superar estos problemas en el corto plazo.

 

Pratt & Whitney con sus problemas

También Pratt & Whitney (P&W) ha enfrentado problemas técnicos con su línea de motores PW1000G, conocidos también como motores GTF, Geared Turbofan. Estos motores, que se utilizan en aviones como el Airbus A220 y la familia A320neo, han tenido inconvenientes con desgastes prematuros, También aquí los álabes del compresor presentaron dificultades. Como en los casos anteriores, los ciclos de mantenimiento se han acortado y en algunos casos, se ha requerido el reemplazo completo de ciertas partes mucho antes de lo previsto.

Problemas en el  compresor de alta presión

La FAA y otras autoridades de aviación emitieron directrices de aeronavegabilidad en 2023 y 2024 que requerían inspecciones de emergencia y posibles reemplazos de discos en los compresores de alta presión, debido a defectos que podrían causar inconvenientes en vuelo.

 

Recalls y reparaciones globales

En 2023, Pratt & Whitney tuvo que emitir una llamada masiva a revisión (recall) de motores debido a problemas relacionados con el uso de materiales defectuosos. Esto fue un golpe importante para la industria, ya que se vieron afectadas numerosas aeronaves y se generó una crisis en la disponibilidad de aviones para las aerolíneas. El problema estaba relacionado con el uso de polvo metálico contaminado en la fabricación de ciertos componentes críticos, lo que comprometía la integridad de los motores.

Otro desafío que ha enfrentado la línea GTF es su sensibilidad a climas extremos, especialmente en operaciones en regiones cálidas y húmedas. Estos motores han mostrado problemas en condiciones de altas temperaturas, lo que ha reducido su rendimiento y ha causado que las aerolíneas ajusten sus horarios de mantenimiento o limiten las operaciones en ciertas regiones del mundo.

Rolls-Royce tiene lo suyo

Los motores de Rolls-Royce, de la línea Trent, también presentaron problemas, sobre todo los Trent 1000, utilizado en el Boeing 787 Dreamliner, y el Trent 7000, que potencia el Airbus A330neo. Lo que se reitera son los problemas de desgaste prematuro en álabes y compresor poco después de la entrada en servicio del motor, lo que causó una serie de fallos en vuelo y múltiples retiradas de servicio para inspección. Rolls-Royce rediseñó los álabes y lanzó campañas de inspección para garantizar la seguridad de los aviones. En el caso de los Trent 1000 Package B, C y TEN, los aviones de dos de las aerolíneas más afectadas fueron British Airways y ANA (All Nippon Airways).

 

Programas de inspección

Debido a los problemas de durabilidad, las autoridades de aviación, como la FAA y la EASA, han emitido directivas de aeronavegabilidad que exigen inspecciones periódicas obligatorias de los motores Trent. En algunos casos, las inspecciones han tenido que hacerse más frecuentemente de lo planeado originalmente, lo que ha complicado la programación de vuelos y el mantenimiento para las aerolíneas. Las restricciones operativas también han incluido limitaciones en la autonomía de los aviones equipados con motores Trent 1000.

En resumen, los motores Trent 1000 y 7000 han enfrentado problemas importantes de fiabilidad, lo que ha llevado a inspecciones frecuentes, rediseños de componentes y tiempos de inactividad para las aerolíneas. Rolls-Royce sigue trabajando para resolver estos problemas.

Fuentes: Aviation Week, Leeham News and Analysis, FAA, EASA y otras.
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