Aerolíneas vuelve a rematar sus oficinas de la Torre Bouchard: base u$s15 millones
30/05/2019 06:10 –
Se trata de seis pisos del emblemático edificio que ya intentó vender el año pasado. Ahora busca obtener u$s15 millones para financiar inversiones
Se trata de seis pisos del emblemático edificio que ya intentó vender el año pasado. Ahora busca obtener u$s15 millones para financiar inversiones
Andrés Sanguinetti
Con el objetivo de seguir financiando sus planes de inversión para este año, Aerolíneas Argentinas puso nuevamente a la venta varias oficinas que ocupa en la emblemática Torre Bouchard, ubicada en el barrio porteño de Retiro y pegada al complejo de edificios corporativos conocido como Catalinas.
Se trata de un remate que estará a cargo del Banco Ciudad y que se llevará a cabo el próximo martes 25 de junio por la mañana en la sede céntrica de la entidad financiera.
En realidad, es la segunda vez en menos de un año que la compañía aeronáutica estatal buscará desprenderse de estos activos. La anterior fue en septiembre del año pasado, cuando subastó los seis pisos con cocheras que ocupa en el edificio de 26 pisos que se encuentra en la intersección de las calles Bouchard y Lavalle, de Capital Federal.
En ese momento, las unidades, que van del cuarto al noveno piso, salieron a remate con una base conjunta de u$s19,25 millones y la operación se complementaba con la venta de un terreno lindante al aeropuerto de Ezeiza. Más precisamente, en Ciudad Evita, frente a la colectora de la Autopista Richieri en el kilómetro 20, con un contrafrente sobre los márgenes del Río Matanza que salió a remate con un precio de base de u$s4,25 millones.
Si bien en ese momento el proceso fracasó por falta de interesados, Aerolíneas volverá a intentarlo el mes próximo suponiendo que el escenario puede ser un poco más atractivo para posibles inversores interesados en sumar activos inmobiliarios premium en una torre considerada de Categoría A.
De todos modos, la base del remate es menor a la de ocho meses atrás ya que, el Banco Ciudad tasó las oficinas en u$s15 millones. Es decir, u$s4 millones menos, aunque en esta oportunidad el predio de Ezeiza no será de la partida.
Cada piso se ofrece por separado con diferentes valores que van de los u$s2,3 millones a los u$s2,7 millones, según el piso y la cantidad de cocheras. Por caso, la unidad funcional dos del cuarto piso, junto a 10 cocheras en el tercer subsuelo se ofrece con una base de u$s2,36 millones. La ubicada en el piso quinto y sus 11cocheras entre el segundo y tercer subsuelo, costará u$s2,48 millones. La del sexto que posee nueve cocheras en el segundo subsuelo, también tiene una base de u$s2,48 millones.
La del séptimo piso y sus nueve cocheras en el primer y segundo subsuelo, u$s2,61 millones. Por su parte, la ubicada en el piso ocho junto a sus 10 cocheras del segundo subsuelo, se rematará con una base de u$s2,74 millones, mientras que la del piso nueve y sus 10 cocheras en el segundo subsuelo se tratará de vender en u$s2,48 millones.
Todas estas oficinas fueron compradas por la compañía al inicio de la gestión española del grupo Marsans que vendióp varios terrenos también en Catalinas para mudarse a la Torre Bouchard al 547 en el segundo semestre de 1995.
Fuentes de Aerolíneas Argentinas explicaron a iProfesional que se trata de activos no estratégicos que no son utilizados por la compañía y que tampoco le generan valor, por lo que se decidió subastarlos y usar los fondos recaudados para financiar parte de las inversiones que se están llevando a cabo este año.
Es un plan acotado por las actuales circunstancias que atraviesa la economía del país y que abarca unos u$s100 millones para la actualización de los motores utilizados por la flota de aviones Embraer comprados a Brasil, y para obras en varios de los hangares que Aerolíneas utiliza en todo el país.
El dinero no forma parte de los aportes que el Estado nacional destina a la compañía aérea y que este año se ubicarían en un rango de los u$s197 millones a los u$s200 millones.
Son aportes que salen del Tesoro nacional, que el año pasado y en el 2017 también rondaron las mismas cifras y que tienen como objetivo compensar las pérdidas anuales que reflejan los balances de Aerolíneas.
De hecho, en el último ejercicio correspondiente al 2018, el rojo se ubicó en los $21.800 millones, contra los $6.400 millones del 2017. El fuerte incremento de las pérdidas está justificado en mayores gastos en la compra de combustibles y en el impacto que la devaluación tuvo en su deuda en moneda extranjera.
En el primer caso, Aerolíneas debió utilizar $7.400 millones más para la compra de combustibles por la fuerte suba del precio que tuvo el petróleo durante el 2018. Y otros u$s9.000 millones por el impacto que la suba del dólar generó en la deuda en la misma moneda.
Son u$s500 millones que las actuales autoridades heredaron de la gestión a cargo del kirchnerista Mariano Recalde y que fueron usado en su momento para financiar la compra de los aviones Embraer. Si bien el endeudamiento se mantiene dolarizado, en el balance debe expresarse en pesos y se transforma en un aumento de las pérdidas por la devaluación.
El año pasado, el directorio de Aerolíneas intentó renegociar esta deuda con sus acreedores. Es decir, con el BNDES, el banco estatal brasileño y tenedor de la mayor parte de esos fondos junto un grupo extranjero que le financió la compra de modelos Boeing y Airbus. Esas negociaciones fracasaron por las altas tasas de interés que la compañía debía abonar para refinanciar, por lo que se mantiene en stand by.
Es más, el contexto de inestabilidad financiera actual y la necesidad de hacer frente a una fuerte competencia de las low cost obliga al Gobierno a sostener los aportes para Aerolíneas a pesar de que el objetivo inicial estuvo puesto en eliminar esos subsidios y lograr el autofinanciamiento de la compañía.
Petróleo y tipo de cambio no permitieron alcanzar la meta que ahora también podría verse afectada por el escenario político y la incertidumbre electoral que plantea la continuidad de Cambiemos en el gobierno para el 2020.
«Eso no será posible este año y tampoco lo fue el año pasado, cuando los aportes estatales llegaron a los u$s198 millones», admiten en la empresa que debe enfrentar un contexto actual similar al del 2018, con suba del precio de los combustibles y tarifas en pesos cada vez más baratas.
De hecho, según las cuentas que hacen en la empresa, un pasaje a Córdoba que a moneda corriente costaba $1.000 en el 2016, hoy se puede conseguir a $800, a lo cual habría que sumarle el impacto de la inflación durante esos años.
De todos modos, la compañía mantiene sus operaciones en niveles competitivos que la llevaron a incrementar en un 3% la cantidad de pasajeros transportados y a mejorar su puntualidad.
Y más allá de temas puntuales como el del paro nacional de este 29 de mayo, por ahora la relación con los gremios se mantiene en un período de paz, luego de haber cerrado una paritaria general con un piso del 15%.