Aerolíneas Argentinas: mucho más que un par de despidos

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Por AviacionNews – 08/04/2021

La noticia del despido – por lo menos en el primer caso fue así – de dos directores de áreas operativas muy importantes dentro de la estructura de cualquier aerolínea, no es nada más que la espuma de un momento de efervescencia que se vive dentro de la estructura de Aerolíneas Argentinas, y del cual no estarían ajenos los sindicatos.

La salida de Christian Landriscina y Álvaro Francés no se debió, como dejó trascender la empresa internamente, a “desvinculaciones a partir de una reducción de direcciones”.  Algo podría suponerse en el caso de Francés, Director de Aeropuertos, a cargo de Check in, Aprovisionamiento, pre-embarco y Aerohanling, que ya había dejado trascender sus ganas de retirarse de la empresa y del país, para construir la ficción de la reducción de estructura, pero no en el caso de Landriscina, un hombre del riñón político del gobierno y por ende de la dirección de la empresa.

Landriscina, que como Director de Coordinación de Operaciones tenía a su cargo Mantenimiento, Operaciones, Tripulaciones y el Centro de Control Operativo (CCO), había ingresado a la compañía en 2009 como asesor de la Unidad Compras Aeronáuticas, asumiendo la responsabilidad de la Unidad un año después. En 2011 fue designado como Gerente de Área de Producción, lo que la abrió las puertas Comité Ejecutivo de la Compañía.

Con el advenimiento del gobierno de Cambiemos, Landriscinas dejó la compañía para regresar nuevamente en 2019 junto a las nuevas (en realidad no tan nuevas) autoridades: Pablo Ceriani desde las oficinas de la empresa en Aeroparque, y Mariano Recalde desde su despacho en el Senado.

Quienes conocen el día a día de la compañía, sostienen que la relación de Landriscina con algunos gremios, en particular con APTA, no era de lo mejor, pero tampoco con Ceriani, con quien solía tener diferencias por el manejo empresario.

Una de las últimas discusiones, cuentan desde adentro, tuvo que ver con un pedido “de campaña” del gobierno para que la empresa aumentará significativamente sus vuelos a las provincias cosa que no sería posible por el estado actual de la flota, con aviones – especialmente Embraer 190 – vencidos, falta de pilotos y personal de aeropuertos. Una maniobra política que implicaba aumentar significativamente los vuelos a las provincias, con fuertes promociones y bajas tarifas.

Nadie se anima a afirmar que las salidas de Landriscinas y Francés sean las últimas. Las relaciones de Ceriani ya no serían tan buenas con gerentes y gremios como al principio de la gestión: “como Presidente y gerente general…es un buen gerente de finanzas”, chicanean.

Y si bien nada indica que Ceriani pueda dejar la dirección de la empresa, esos mismo gerentes y gremios miran de reojo a Gustavo Lispovich, vicepresidente de Aerolíneas, no con mejores aptitudes para manejar la organización, pero si con un más aceitado manejo político.

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