“Conflictos de intereses” reavivan el escándalo por la estafa del Banco Galicia a Aerolíneas Argentinas

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26/02/2020 08:55 – Infocielo.com (PBA) (Tier 2) – Nota – 

La contratación de la consultora multinacional McKinsey, de la que provienen conocidos “cuadros” de la administración de Mauricio Macri, y flagrantes conflictos de intereses de parte de los funcionarios de Aerolíneas Argentinas, bajo la gestión PRO, avivaron el escándalo por el desfalco que el programa Quiero, del Banco Galicia, provocó a la aerolínea de bandera.
Como se sabe, el Galicia firmó en 2019 un acuerdo con el Grupo Aerolíneas para que sus clientes y trabajadores duplicaran y hasta triplicaran las millas que podían canjear por puntos obtenidos mediante compras con las tarjetas del Banco. Eso significó que Aerolíneas perdiera casi 10 millones de dólares, que se tradujeron en una ganancia equivalente para la entidad bancaria.
El escándalo se reavivió ayer cuando el periodista Alejandro Bercovich difundió en C5N una serie de documentos, internos y confidenciales, en los que se revelaron detalles de la gran estafa.
Constató, por ejemplo, que Silvina Ramos, la funcionaria que impulsó y rubricó el acuerdo, no había informado que hasta hace pocos meses de llegar a AA había trabajado en el Galicia, durante 20 años.
Así se desprende de un documento, confidencial e interno, del grupo Aerolíneas, donde se lee, bajo el título “conflicto de intereses no informado”, que Ramos, entonces “jefa de acuerdos ArPlus” se desempeñó hasta enero de 2019 como “Jefa de segmentos del Banco Galicia” y que por lo tanto debería haber completado el “formulario de declaración de conflicto de intereses” que reviste carácter obligatorio.
En llano: Ramos facilitó con sus contactos y su firma, un programa que reportó enormes ganancias para sus patrones anteriores, en desmedro de las siempre complicadas cuentas de la aerolínea de bandera. Pero hay más.
Un segundo informe, fechado el 26 de diciembre de 2019, también con carácter “confidencial”, revela que el programa se “facilitó” mediante la consultora McKinsey Argentina, de alcance global, en la que trabajaron varios de los “cuadros” de la administración Macri.
A McKinsey se le abonaron facturas por unos 120 millones de pesos -8.3 millones por montos fijos y 112 millones por montos variables. Al día de hoy se le deben abonar tres facturas por 1.5 millones de pesos.
La contratación de la consultora -debía mejorar el programa de millas que costó 10 millones de dólares- corrió por cuenta del Gerente General de Aerolíneas, Nicolás Ovejero, con línea directa a Luis Malvido, el presidente de la compañía durante la época de Macri.
El problema, además de lo oneroso del acuerdo, radica en que Ovejero, como Silvina Ramos, tiene un flagrante conflicto de intereses, por cuanto él mismo se desempeñó en McKinsey, pero también en LATAM, principal competidor de Aerolíneas, como el ex vicejefe de Gabinete y hombre de extrema confianza del expresidente Macri, Mario Quintana.

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