Demoras en la publicación de informes de accidentes aéreos ralentizan el aprendizaje de la industria
Según datos aportados por IATA, de las 214 investigaciones sobre accidentes del período 2018-2022, solo 96 cumplen con los requerimientos de tiempo de la Convención de Chicago. 31 fueron publicados dentro de un año del accidente, y 58 luego de entre uno y tres años.
La Convención de Chicago establece que dentro de los 30 días posteriores al accidente se debe publicar un reporte preliminar ante la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), mientras que el reporte final de acceso público debe estar tan pronto como sea posible y dentro de los 12 meses siguientes al accidente, y en caso de que esto no logre cumplirse, debe haber comunicados interinos de manera anual.
“El proceso de investigación de accidentes es una de nuestras herramientas de aprendizaje más importantes a la hora de establecer normas de seguridad mundiales. Pero para aprender de un accidente, necesitamos informes que sean completos, accesibles y oportunos”, dijo al respecto Willie Walsh, director general de la IATA.
Los reportes nutren no solo a las aerolíneas sino a todo el ecosistema: fabricantes, reguladores y proveedores de infraestructura, entre otros.
“En los últimos cinco años, menos de la mitad de los informes de accidentes exigidos cumplen las normas de exhaustividad y puntualidad. Se trata de una violación inexcusable de los requisitos establecidos claramente en el Convenio de Chicago. Como sector, debemos alzar la voz ante los gobiernos en defensa del proceso de investigación de accidentes consagrado en el Anexo 13. Y contamos con la OACI para recordar a los Estados que la publicación de un informe completo del accidente no es opcional, sino una obligación en virtud del Anexo 13 del Convenio de Chicago”, concluyó Walsh.
20 años de IOSA
Durante esta AGM, IATA también celebró los 20 años de IOSA, la certificación de seguridad operacional que garantiza el cumplimiento de estándares en las aerolíneas que participan, sean o no miembros de IATA.
Más de 400 aerolíneas han sido certificadas, las cuales en conjunto tienen una tasa de accidentes casi tres veces menor que las que no lo están, brecha que se agranda hasta cinco veces en el caso de accidentes fatales.