Desafíos para el Complejo Aeroespacial
17/10/2021 BaeNegocios.com – Nota
Guillermo Moreno
“Nuestro país no debe bajo ningún concepto quedar a la zaga, debemos alcanzar el ritmo mundial cuanto antes, a toda costa, sea cual fuere el esfuerzo personal, científico o económico”, se indicó en Plan Quinquenal de Aeronáutica (1947-1951). Los equilibrios macroeconómicos (fiscal y externo), serán la condición sine qua non para la ampliación y consolidación, omni tempore, del sector aeroespacial, en un contexto industrial imbricado con el sistema de defensa nacional.
Para encuadrar el análisis sobre esta industria “de punta”, relevante para el desarrollo económico, es necesario realizar un somero repaso sobre su devenir. Así, al inicio del siglo pasado, proliferaron las investigaciones en rededor del sector metal mecánico en Córdoba, que reunió los requisitos iniciales para transformarse en el epicentro de esta actividad. Por ello, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) creada en 1927, promocionada por el Sector Público, representó el primer hito en la década del ’50 que sirvió como preludio al más avanzado sector aeronáutico del sur hispanoamericano.
En este marco, hacia el año ’55 se habían producido, con diseño nacional, más de una treintena de modelos de aviones dotados para realizar tareas logísticas o acciones de combate. Así fue como la innovación tecnológica aplicada al campo aeroespacial permitió: la construcción del modelo I.Ae.35 Huanquero, bimotor multipropósito para entrenamiento avanzado de vuelo, transporte ligero de pasajeros, reconocimiento fotográfico, etc., y la investigación autárquica y puesta en valor de “vectores de propulsión” 2 (cohetería), con aplicaciones destinadas especialmente hacia las ciencias meteorológicas y de comunicaciones.
En este último aspecto, los esfuerzos en el “Proyecto Cóndor I y II”, y su parcial concreción3, dan cuenta del acervo tecnológico y humano presentes en nuestra Patria.
Sobre las fortalezas y capacidades actuales
La actual Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), creada en 1991, reemplazó a la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CONIE) absorbiendo, entre otras, las competencias de: observación de la Tierra, disponiendo de información sobre el territorio continental y marítimo, proveyendo así, datos de alto valor agregado a diversos sectores productivos que mejoran la competitividad sistémica, exploración y utilización pacífica del espacio ultraterrestre4, abriendo nuevas fronteras para proyectos y misiones conjuntas con resultados y beneficios compartidos, no competitivos, junto a países cooperantes, y el desarrollo tecnológico para uso espacial, promoviendo la apertura de nuevas empresas de investigación que aporten “soluciones” a los eslabones de las diversas cadenas productivas.
El proceso de integración vertical, que permite completar el ciclo y concretar lo ut supra señalado, demanda la realización de: vectores de propulsión con carga útil5, centros espaciales con lanzaderas, estaciones terrenas, como así también zonas de integración y ensayos de grandes elementos estructurales.
En el Cuadro, se sintetizan los logros alcanzados
El proyecto Tronador, ejemplo de lo señalado, ha sido desarrollado mediante una serie de Vehículos Experimentales (VEx), con control de vuelo, aviónica y tecnología aplicada de avanzada que, con fallos y éxitos, van marcando el rumbo de la inserción de la Nación en los más altos estándares en exploración espacial.
Otro ente destacado es la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (ARSAT), que mediante un contrato de locación de obra con la compañía INVAP ha colocado a la Argentina en el selecto grupo de países con capacidad de diseñar, desarrollar y construir satélites geoestacionarios de telecomunicaciones.
En el área aeronáutica, FAdeA, a pesar de décadas de “stop and go” (parar y arrancar) y privatizaciones paralizantes, mantuvo mediante acuerdos de complementación cierta actividad con reparaciones y reacondicionamientos de jets de combate, e incursiono nuevamente en el diseño y producción de:
aviones para la Fuerza Aérea, aeronaves para fines no específicos y aeroestructuras, como partes de aviones de índole civil y comercial.
Planificando… como continuar
Como oportunamente señalamos en ”Litio argentino: de salares, baterías y las 3 I” el concepto de Inserción Internacional Inteligente (3I), es la guía que debe utilizarse para la consolidación y crecimiento del complejo aeroespacial.
El salto de calidad que representó colocar con éxito un satélite de comunicaciones, el 16 de octubre del 2014, a 36000 km de altura y que funciona ininterrumpidamente, demuestra la potencia del aparato productivo argentino.
Las naciones socias para los nuevos proyectos a implementar, son aquellas con un “estado del arte” similar al alcanzado en estos lares. A su vez, la participación del Sector Privado en estos emprendimientos garantiza la tasa de retorno como un “elemento” que brinda certeza de su continuidad en el tiempo.
Asimismo, los fondos de inversión ad hoc, pudiendo utilizar los argendólares como fuente de recursos, son también los instrumentos adecuados para el financiamiento de mediano y largo plazo.
Finalmente, los equilibrios macroeconómicos (fiscal y externo), serán la condición sine qua non para la ampliación y consolidación, omni tempore, del sector aeroespacial, en un contexto industrial imbricado con el sistema de defensa nacional, a la luz de un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS), con orientación a la producción.
Lic. Guillermo Moreno, Dr. Gastón Bres y Lic. Leandro Cárcamo Manna
Agradecemos la colaboración de Marcos von Ifflinger