“El avión cayó por políticos corruptos y empresarios cómplices”
20/08/2021 El Territorio (Misiones) – Nota –
“Para nosotros ya está probado que ese avión se cayó como consecuencia de acciones de políticos corruptos y empresarios cómplices, que aprovecharon la falta de controles que caracterizaron la década podrida”, expresaron ayer ante el Tribunal Oral Federal 5 (TOF 5) los abogados a cargo de la querella de los familiares de algunas de las 74 víctimas mortales que provocó la caída de un vuelo de Austral, ocurrido el 10 de octubre de 1997. Los letrados Norberto Caputo y Silvina Rumachella, que representan a la querella, explicaron en la víspera las razones jurídicas por las que acusan a los 35 imputados del delito de estrago doloso, que significa -en términos sencillos- ocasionar intencionalmente la muerte de las 74 personas que viajaban en ese avión que había partido del aeropuerto de Posadas.
La querella fue la primera parte en exponer sus alegatos. Ello ocurrió entre las 10 y las 16 de ayer, a través de la plataforma Zoom, por la cual se está desarrollando el juicio oral y público en la actualidad. La exposición de la querella continuará el martes próximo.
El inicio de la etapa de alegatos, que precede a la sentencia de los jueces del tribunal Daniel Obligado, José Martínez Sobrino y Adriana Palotti, es una de las instancias más reveladoras de un proceso de debate oral, porque desnuda la estrategia de acusación por parte de la querella y de la fiscalía, mientras que más adelante será el turno de las defensas de los 35 imputados.
En ese sentido, la línea discursiva de la querella buscó ayer dejar en claro ante el tribunal que la caída del avión de Austral fue el resultado de una época del país, bajo el gobierno de Carlos Menem, a la que denominaron “la década podrida por la corrupción política y judicial”.
El abogado Norberto Caputo expresó que “fue una tragedia anunciada porque en esa época reinó la falta de controles por parte del Estado, la privatización de Aerolíneas Argentinas y la llegada a nuestro país de aviones que se descartaron en España y se los trajo para acá porque evidentemente sabían que los muertos en Argentina son mas baratos que los muertos en España”.
Según la querella, “reducir la explicación de lo que pasó con ese avión a los últimos 30 minutos del vuelo, como pretenden hacer las defensas para hacernos creer que esos dos pilotos que los guiaban eran dos tarados que decidieron meterse a propósito en una tormenta, es un argumento que no aceptamos”.
Los abogados querellantes entienden que por ese entonces hubo en el país una tierra fértil a las políticas neoliberales que privilegiaron los negocios por sobre la seguridad del espacio aéreo. “Y el propio Poder Judicial argentino no supo, no quiso o no pudo hacer justicia a lo largo de esta larga y penosa causa judicial”, señalaron.
Para encuadrar su argumento acusatorio, la querella analizó la situación política del país en el momento de la caída del avión, la forma en que durante esa época se controlaba la seguridad aérea, las primeras reacciones de la empresa Austral luego de la tragedia, las investigaciones técnicas que se realizaron en Uruguay porque el avión cayó en Fray Bentos y toda la pelea judicial que comenzó en los tribunales argentinos para investigar las razones de la caída de ese avión.
Víctimas con nombre y apellido
La exposición de la querella tuvo su momento más conmovedor cuando se citó con nombre y apellido a cada una de las 74 víctimas fatales de la tragedia. “Para la Justicia son un número más, para nosotros eran nuestras madres, hermanos, maridos, amigos, padres o hijos. Los perdimos hace 24 años y todavía seguimos tirando del carro para que se haga justicia. No fue fácil para nosotros revivir tanto dolor a lo largo de este juicio, pero sabemos que vale la pena porque no tenemos duda de que es necesario que se sepa toda la verdad. Sólo eso nos dará algo de paz”.
La emoción también se apoderó del debate judicial cuando la abogada Silvina Rumachella explicó el dolor que significa a los familiares de las víctimas “no haber podido enterrar físicamente a sus muertos, porque los pocos restos que nos dieron de esos 74 seres humanos entraban en dos bolsas de plástico. Y tampoco los pudimos enterrar simbólicamente porque todavía no tenemos una sentencia que dictamine las responsabilidades por sus injustas muertes”.
“Ustedes no van a comprender jamás las secuelas que dejaron esas muertes en nosotros, pero tienen la oportunidad de reparar tanta injusticia que reinó siempre sobre esta causa judicial”, expresó Rumachella.
Seguirán reclamando justicia