Huelgas. Filas eternas, vuelos anulados y retrasos: los viajeros europeos sufren en los aeropuertos en pleno verano

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03/07/2022 La Nación – Nota – El Mundo – Pag. 26

Los empleados del sector reclaman mejores sueldos y condiciones de trabajo, y dificultan los planes de miles de personas

Liz Alderman

PARÍS Marie Marivel tiene 56 años y trabaja desde hace 18 años como agente de seguridad en el Aeropuerto Charles de Gaulle de París, donde escanea a miles de pasajeros y valijas por día. Siempre ha sido un trabajo extenuante, dice Marivel, pero en los últimos tiempos las condiciones laborales se han vuelto directamente insostenibles, ya que por falta de personal su carga de trabajo prácticamente se duplicó y el galopante aumento del costo de vida pulveriza su magro salario.

Y ahora que los agentes de seguridad, el personal de tierra, valijeros y otros trabajadores aeroportuarios iniciaron una huelga en demanda de mejores sueldos y más personal, Marivel está decidida a luchar.

El fin de las restricciones pandémicas ha desatado un verdadero furor en toda Europa por los viajes en avión, dice Marivel. «Pero la falta de personal es flagrante, y para colmo, con los sueldos que cobramos, no se llega a fin de mes. Los trabajadores exigimos mejoras».

Europa se prepara para un verano de agitación social, por la galopante inflación y la falta de personal, que fogonean un estado de protesta en todos los sectores de la economía, desde la industria siderúrgica hasta la recolección de basura. Pero la disputa es particularmente patente en el rubro del transporte, donde el trabajo a destajo y la falta de personal han empezado a empujar a la huelga a los trabajadores de aerolíneas, aeropuertos y trenes. La huelga ferroviaria de la semana pasada en Gran Bretaña, por ejemplo, fue la más larga que vivió el país en los últimos 30 años.

Y para este fin de semana y los días subsiguientes hay varios paros previstos. El viernes próximo, por ejemplo, los empleados de seguridad del aeropuerto de Hamburgo, Alemania, harán una jornada de huelga en reclamo de mejoras salariales.

Los pilotos de la aerolínea escandinava SAS amenazaban con parar, en medio de febriles negociaciones de los sindicatos con la empresa para que aumente los sueldos.

Y el personal de mostradores de British Airways ya avisó que a mediados de mes entra en huelga en demanda de mejores condiciones laborales en el aeropuerto londinense de Heathrow.

Según informó la prensa francesa a última hora del viernes, la autoridad de aviación civil del país avisó que durante el sábado sería cancelado uno de cada cinco vuelos salidos del Aeropuerto Charles de Gaulle, debido a la continuidad de las medidas de fuerza.

El inicio del verano en Europa ya venía marcado por el caos y los amontonamientos en aeropuertos, estaciones de tren y principales destinos turísticos, por la dificultad de los operadores del sector para manejar el auge de la demanda. Miles de vuelos programados para agosto fueron cancelados y podrían sumarse miles más, ya que compañías como Lufthansa e EasyJet no logran conseguir personal de refuerzo ni reemplazo para los que renuncian.

En Alemania, la estrechez de personal de aviación en tan desesperante que el gobierno acelerará los trámites de miles de trabajadores extranjeros, mayormente de Turquía, para paliar la falta de personal de seguridad, mostradores y cuidado de las aeronaves.

Las interminables horas de demora en los controles de seguridad de los principales aeropuertos europeos, como Heathrow o Schiphol, en Ámsterdam, han sido dominadas, pero el alivio es temporario y se espera un recrudecimiento del caos cuando los sindicatos de Suecia y España inicien la nueva ola de medidas de fuerza que ya anunciaron.

En los aeropuertos europeos, los valijeros, el personal de tierra y otros trabajadores son empleados tercerizados de empresas subcontratadas por las aerolíneas y los aeropuertos para obtener servicios a bajo costo, herencia de una política de la Unión Europea tendiente a liberalizar la competencia en el sector. Un sindicato del sector asegura que el Aeropuerto Charles de Gaulle tiene subcontratadas a más de 800 empresas, que proporcionaron personal para una amplia gama de servicios, desde los mostradores de checkin hasta la limpieza de los baños.

El problema es que en los últimos dos años cientos de miles de esos puestos de trabajo se perdieron debido a la suspensión de los viajes por la pandemia. Pero ahora, ante el repentino aumento de la demanda aérea, el sector tiene más de 100.000 puestos vacantes, entre despedidos durante la pandemia y renuncias de empleados para dedicarse a una activad más rentable.

Turnos incómodos «Las condiciones de trabajo en el sector se han deteriorado tanto que ya no es atractivo», dice Eoin Coates, director de aviación de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte. Los sueldos son bajos, apunta Coates, y en muchos de los puestos de trabajo la jornada laboral está dividida en turnos muy incómodos, que comienzan antes del amanecer o duran hasta la medianoche, o incluso más tarde. «Mientras tanto, en toda la economía, los ingresos y el poder adquisitivo se redujeron», agrega. «La paciencia de esa gente está al límite».

Para el descomunal sector del turismo en Europa, la amenaza de huelgas no podría ser más grave.
Las aerolíneas apostaron a un verano fuerte que compensara los altos costos del combustible, y los destinos turísticos necesitan un repunte de los viajes para ayudar a reactivar las economías locales.

En los aeropuertos de Estados Unidos, el domingo pasado fue el día más ajetreado en lo que va del año, con 2,4 millones de pasajeros, según la Administración de Seguridad en el Transporte. Pero este fin de semana largo por el feriado del 4 de julio será todavía más multitudinario: la aplicación de reservas de viajes Hooper anticipa que casi 13 millones de pasajeros volarán a, desde o dentro de Estados Unidos .

Lo que se preguntan muchos viajeros es si las aerolíneas lograrán llevarlos a destino, y en horario.
Traducción de Jaime Arrambide

Esperas en el aeropuerto de Madrid, donde se cancelaron vuelos La terminal de Houston, ajetreada por el fin de semana largo en EE.UU.

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