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La Confederación General del Trabajo (CGT) logró su primer triunfo significativo al frustrar el intento del Gobierno de aprobar de manera express la reforma laboral en el Congreso antes de fin de año, rompiendo así el escepticismo que pesaba sobre su capacidad de influencia.
De forma silenciosa y estratégica, la cúpula cegetista -encabezada por los cosecetarios generales Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Arguello– consiguió que el debate en el recinto del Senado se postergue hasta febrero, en medio de un panorama económico y social que, según pronósticos sindicales, será más complejo para el oficialismo.
Mientras el Gobierno buscaba un tratamiento acelerado, la CGT desplegó una doble estrategia: por un lado, una masiva movilización de protesta en Plaza de Mayo que reunió a todo el Consejo Directivo y un amplio arco sindical, reafirmando su oposición a la reforma por considerarla un cercenamiento de derechos laborales. Por otro, en paralelo, la conducción de la central llevó adelante discretas negociaciones con senadores, diputados y gobernadores, que derivaron en compromisos clave para dilatar el proceso.
Reforma laboral: El Gobierno sumó el primer traspié
El revés para el oficialismo se materializó cuando la senadora Patricia Bullrich, tras una reunión de urgencia en Casa Rosada, anunció la postergación del debate al recinto, pese a haber logrado un dictamen provisorio en comisiones. Fuentes legislativas indican que la falta de alineamiento total de los bloques aliados y la presión sindical jugaron un rol decisivo en esta decisión, que abre un compás de espera hasta el segundo llamado a sesiones extraordinarias.
La CGT mantiene el alerta
Desde la CGT aseguran que mantendrán la línea de acción definida: negociación política estratégica, presión gremial directa con los trabajadores y, de ser necesario, la vía judicial apelando a argumentos de inconstitucionalidad, como los que ya les permitieron avances previos contra el DNU 70/23.
Este logro refuerza la centralidad de la CGT en la disputa política, ante un febrero que promete un clima social distinto al actual. Todo frente a la contundente advertencia de una huelga general. “Si el Gobierno sigue sin escucharnos, vamos a profundizar las medidas y terminaremos con un paro nacional en todo el país”, avisó Sola en su discurso de cierre en el acto de ayer en Plaza de Mayo.
Imagen: tiempoar



