La CGT se movilizó contra el Gobierno y confirmó el paro del 9 de mayo
02/05/2024 La Nación – Nota – Política – Pag. 16
Javier Fuego Simondet
La convocatoria incluyó también a los grupos piqueteros; no se aplicó el protocolo de Bullrich a pesar de los cortes de calles.
Como parte de su enfrentamiento con el Gobierno, la CGT desplegó su poder de convocatoria en una movilización por el 1° de Mayo que tuvo su epicentro en el monumento Canto al Trabajo, en la avenida Independencia y Paseo Colón. La cúpula cegetista difundió un documento con fuertes reclamos al Gobierno, al que se acusó de instrumentar «un ajuste brutal». La marcha de ayer fue parte de su hoja de ruta de protestas, que contempla un segundo paro general contra la gestión de Javier Milei dentro de ocho días.
La avenida 9 de Julio estuvo cortada al tránsito entre Carlos Calvo e Independencia, en ambos sentidos. La avenida Independencia fue el punto de concentración de gremios, movimientos sociales y agrupaciones de izquierda, que definieron confluir en distintas esquinas de esa arteria. Participaron, además de la CGT, organizaciones sociales y sindicatos vinculados a la CTA. El Ministerio de Seguridad de la Nación y su par porteño no activaron esta vez el protocolo antipiquetes y la marcha se desarrolló con normalidad. Una gran cantidad de micros para el traslado de manifestantes se observó en la 9 de Julio, en su lateral Bernardo de Irigoyen y en la avenida San Juan, entre otras calles.
Detrás de una bandera con la consigna «la patria no se vende», los jefes de la CGT Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña, junto a varios dirigentes más de la central obrera, avanzaron por la avenida Independencia en dirección a la sede de cegetista, en la calle Azopardo al 800, para brindar una conferencia de prensa.
El cántico predominante en esa columna de la central obrera fue el de «la patria no se vende», con entonación clásica de hinchada de fútbol. Al llegar a Paseo Colón y cruzarse con los gremios de izquierda, que tuvieron su propia columna, los triunviros fueron recibidos al grito de «paro, paro, paro, paro general».
Los jefes de la CGT recibieron en la sede de Azopardo al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, acompañado de integrantes de su gabinete, como Andrés Larroque y Walter Correa, e intendentes como Fernando Espinoza (La Matanza) y Julio Alak (La Plata).
«Ratificamos el paro del 9 de mayo. Nunca estuvo en duda», dijo Daer, uno de los referentes, al abrir la conferencia en la CGT. Dijo, además, que la central obrera tiene previsto reunirse con los senadores nacionales de los diferentes bloques para que no prospere la sanción de la Ley Bases. El líder del gremio ATSA (trabajadores de la sanidad) calculó en «más de 300.000» los asistentes a la manifestación.
«Queremos aclarar que no hemos discutido ni negociado ningún proyecto ni dictamen de lo que ocurrió en la Cámara de Diputados», remarcó Daer al inicio de la conferencia de prensa, al referirse a los artículos de reforma laboral que lograron media sanción en la Cámara baja.
«El paro del 9 de mayo va a mostrar el descontento de millones de personas. Tenemos en agenda ir a visitar a todos los senadores para que no voten esta ley nefasta que va en detrimento del pueblo argentino. Los 33 senadores del peronismo se comprometieron a votar en contra.
Saben que no pueden votar para privatizar empresas, para que vuelva el impuesto a las ganancias», dijo Pablo Moyano, otro de los jefes de la CGT.
En la puerta de la CGT, cuando la conferencia de prensa ya finalizaba y comenzaba la desconcentración de los manifestantes, se agrupó una columna del gremio de aeronavegantes que conduce Juan Pablo Brey, que reclamaba contra una posible privatización de Aerolíneas Argentinas. «Si tocan Aerolíneas, qué quilombo se va a armar», advertían sobre la calle Azopardo.
Frente a la sede cegetista se vio también al excanciller Felipe Solá.
Los gremios y partidos de izquierda, en tanto, realizaron su propio acto en la Plaza de Mayo, tras confluir por un momento con las columnas de la CGT. Estuvieron custodiados por efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería Nacional. El operativo de seguridad desplegado no les permitió desplegar en la plaza el escenario principal para el acto y debieron leer el documento por el Día del Trabajador desde una camioneta ubicada frente al Cabildo, con poco alcance de su equipo de sonido, como cierre de una marcha que culminó con la entonación del himno izquierdista «La Internacional».
Kicillof, ayer en la CGT, entre Fernando Espinoza y Walter Correa. Las columnas sindicales avanzaron por la avenida Independencia.