La fuerte caída de las conexiones aéreas preocupa al sector
Gabriela Origlia
turismo. Aun con el reinicio de la actividad, en los principales aeropuertos hay un 60% menos de vuelos; expectativa por Aeroparque.
CÓRDOBA. La conectividad aérea doméstica e internacional cayó fuerte, aun después del reinicio de los vuelos: en los principales aeropuertos del país hay en promedio 60% menos vuelos que en 2019 y en el primer trimestre de 2020. Es uno de los puntos que más preocupan al sector turístico y lo plantean como «el gran desafío», además de la necesidad de avanzar más rápidamente en la inmunización de la población.
Desde el inicio de la pandemia, Latam Argentina se retiró del país, al igual que Norwegian, que se vendió a JetSmart, y Andes no está operando porque los números no cierran. Las empresas privadas estiman que el tráfico de pasajeros cayó de 1,4 millones mensuales a unos 380.000.
Hay expectativas de que la reapertura del Aeroparque Jorge Newbery, el 15 de este mes, mejore la situación, ya que reduce los costos de traslados de pasajeros, un ítem que tiene mucho peso en especial en el caso de las low cost, Flybondi y JetSmart. Aerolíneas Argentinas tendrá también conexiones regionales desde esa estación, y aún no hay definiciones de qué pasará en ese segmento con las de bajo costo.
La caída de la conectividad aérea es importante en todo el país. Por ejemplo, en Mendoza, hasta marzo de 2020 había un promedio de 40 vuelos diarios; hoy son unos diez semanales. Los empresarios turísticos están atentos a que en el corto plazo se autoricen nuevamente los vuelos internacionales desde el Aeropuerto El Plumerillo; están reclamando que se activen frecuencias a Chile (dicen que hay interés por viajar a la Argentina) y a Brasil.
San Carlos de Bariloche tiene ahora una cantidad de vuelos diarios similar a la que un año atrás registraba en baja temporada; en la alta temporada la ciudad alcanzó picos de 40 vuelos diarios. En los primeros siete días de enero la media fue de una decena diaria y en febrero mejoró con 311 programados. Hoteleros y agencias están trabajando «fuerte» para que se reabran las conexiones internacionales.
Puerto Iguazú ?uno de los destinos más dinámicos en los últimos años? tuvo en enero del año pasado alrededor de 450 vuelos; el mismo mes de este año fueron 65. En febrero el incremento fue imperceptible. De 15 vuelos diarios, en promedio, en el arranque de 2020, pasó a dos. En la Asociación Hotelera Gastronómica y Afines de Iguazú remarcan que les preocupan «mucho» los precios: la media de un ticket es de entre $32.000 y $45.000 dependiendo de la fecha.
Un año atrás, desde Córdoba, Aerolíneas Argentinas volaba a diez destinos (incluido Santiago de Chile); Latam tenía 17 vuelos semanales a Buenos Aires, 7 a Lima, 10 a Chile y 3 a San Pablo; Gol tenía 11 frecuencias semanales a San Pablo; Norwegian, 14 por semana a Buenos Aires; JetSmart, dos por semana a Iguazú, Salta y Bariloche, 7 a Buenos Aires y uno a Trelew; Flybondi, 6 a Buenos Aires, dos a Neuquén y 3 a Iguazú, Salta y Bariloche.
Copa sumaba 7 frecuencias por semana a Panamá; Air Europa, 4 a Madrid vía Asunción del Paraguay, y American Airlines, 4 a Miami (los levantó antes de la pandemia).
En enero último, siempre desde Córdoba, Aerolíneas Argentinas cubrió 3 vuelos semanales a Bariloche, Mar del Plata y Mendoza y 30 a Buenos Aires; JetSmart, 5 por semana a Buenos Aires y dos a Bariloche; Flybondi, 3 a Buenos Aires.
Distintas fuentes privadas consultadas por la nacion insisten en que los costos de volar aumentaron fuerte en el último año: estiman que el del combustible se duplicó por la suba del petróleo y del dólar, y por encima de eso se movió el costo de las compañías de seguro internacionales que comenzaron a repartir la siniestralidad pasada en menor cantidad de vuelos. De US$110.000 por avión se pasó a unos US$300.000.
«Aun con costos que se mantuvieran con muchos menos pasajeros, la ecuación económica no rinde igual», señala el ejecutivo de una empresa, que apunta que los vuelos hoy tienen una ocupación promedio del 60%.
Las empresas mantienen contactos con el Gobierno para tratar de tener un norte a mediano plazo.
Siguen pendientes varios reclamos, como la reducción de tasas y que YPF les financie el combustible en iguales condiciones que a Aerolíneas Argentinas. En un mercado diezmado, garantizar conectividad es clave. Hay quienes barajan que, en esta coyuntura, el Estado podría hacer una regulación más fuerte y determinar la oferta en función de la demanda; otra chance podría ser el retorno de las bandas de precios hasta tanto haya una recuperación más clara de la demanda.
Según el último estudio de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) de noviembre, Londres experimentó una caída de la conectividad aérea del 67%. En Nueva York la baja fue del 66%; Tokio (-65%), Bangkok (-81%), Hong Kong (-81%) y Seúl (-69%). En América latina la conectividad cayó 91% en promedio.
En Mendoza hay solo unos 10 vuelos semanales