La reforma laboral “de hecho” que busca el Gobierno: paritarias por empresa y aumentos de salarios por productividad

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clarin.com

Sin un proyecto de ley, el Gobierno busca que los sindicatos negocien empresa por empresa su situación. Quieren evitar despidos masivos si la Argentina sigue muy cara en dólares.

La reforma laboral en la Argentina se dará mucho antes de que sea un proyecto de ley que pueda discutirse en el Congreso. La idea del Gobierno es que los cambios en el mundo del empleo simplemente sucedan como acuerdos entre partes: cambios en los Convenios Colectivos de Trabajo (CCT), negociaciones paritarias por empresa y aumentos de salarios reales solo cuando se gane productividad. Es decir, que cada trabajador produzca más en menos tiempo.

Los funcionarios conocen que la Argentina quedó cara en dólares: precios de los bienes y servicios, como el de los salarios (la fuerza de trabajo), son más altos para competir frente a otros países, por los aumentos nominales de los sueldos y la apreciación del peso frente al dólar que ocurrió en 2024. Eso genera incentivos al turismo internacional de los argentinos hacia el exterior y a que las empresas se dediquen a las importaciones, eventualmente bajando las persianas de la producción local.

Como el Gobierno no piensa una devaluación para acomodar variables económicas, para evitar que esa tendencia se consolide busca bajar impuestos cuando sea sostenible y no altere el equilibrio en las cuentas públicas -superávit fiscal-.

Pero la otra parte del plan es convocar a los sindicatos y los empresarios a negociar una reforma en los convenios colectivos de trabajo de cada actividad y que las negociaciones paritarias sean empresa por empresa, según cuentan en los despachos oficiales.

«Necesitamos cuidar a regiones y empresas postergadas. Queremos flexibilidad para las empresas y los trabajadores. Que los básicos de convenio sean básicos, y que quienes puedan pagar más, porque su actividad lo permite, que lo hagan», describen.

El ejemplo que no quieren repetir en La Libertad Avanza es lo que pasó en la década de 1990: que los sindicatos presionen con aumentos de salarios a toda una actividad en una época de dólar planchado, dejar los sueldos tan altos en dólares que sean imposibles de pagar para los empresarios y los obligue a iniciar despidos masivos o el cierre de sus fábricas para dedicarse a la importación.

En ese sentido, dicen, la política salarial de este año será validar aumentos solo por inflación. Y valoran el gesto de Hugo Moyano, de Camioneros, de bajar sus pretensiones y firmar un 5,5% trimestral, en línea con la inflación prevista por el Gobierno.

Foto archivo

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